Tan solo tres meses después del triunfo de la Revolución fueron creados los Órganos de la Seguridad del Estado (OSE). Desde entonces y hasta la fecha todos los planes desestabilizadores y procedimientos empleados contra Cuba de carácter subversivo e injerencista han fracasado, y para ello, el accionar del pueblo como su principal aliado ha sido vital.
El trabajo de los OSE, enfocado a enfrentar el terrorismo, la guerra económica y las acciones de espionaje, entre otras, se ha visto enriquecido cada día, a la vez que los planes desde Washington se han perfeccionado con el uso y avance de las nuevas tecnologías.
A 63 años de su creación, los OSE tienen en la juventud cantera fértil.
Guerrillero dialoga hoy con dos oficiales de la Seguridad del Estado, que aseguran haber encontrado en su carrera una extraordinaria realización profesional, siempre desde el compromiso con Cuba y su gente.
EN EL ESTUDIO ESTÁ LA CLAVE
“Lleva mucho sacrificio, exigencia, y nada, absolutamente nada se podría lograr sin el apoyo de la familia y de los compañeros de trabajo, sin voluntad y sin entrega”, asegura el primer teniente Luis Alejandro Reloba Domínguez, quien a sus 27 años sabe que no equivocó la vocación.
“Soy licenciado en Contrainteligencia y Derecho y entre la carrera y después la vida laboral ya llevo 10 años en el Minint. Es un trabajo constante y creo que el éxito depende de lo que uno sea capaz de hacer y de esforzarse.
“Hay que estudiar mucho, leer, informarse, es esencial estar actualizado en el acontecer nacional e internacional. Hay que tener un gran intercambio con otras personas, con jubilados de los OSE, eso te nutre bastante, te prepara, te ayuda a la hora de proyectarte, de hacer un análisis, de comprender un fenómeno y hoy la guerra se nos hace en gran parte a través de las redes sociales.
“Nuestro fin es mantener la tranquilidad ciudadana y el orden interior y los jóvenes somos la continuidad de todos los procesos. Como se dijo en la serie televisiva que todos recuerdan En silencio ha tenido que ser, ahora también, en otro contexto, bajo otras condiciones, pero en silencio”.
Luis Alejandro creció en una familia cercana a las filas del Minint, su papá ya jubilado fue, como él, oficial de los OSE. Ahora su hija Victoria de apenas cinco añitos le despierta la alegría y el compromiso cada mañana. Sabe que en sus manos está también el futuro de la pequeña. Supo desde muy temprano de qué parte estaba el deber.
INTRANSIGENTE Y HUMANA
Con unos ojos expresivos que resaltan sobre el nasobuco llega la capitana Sara Elisa Suárez Torres. A sus 31 años conoce del amor de un hijo y guarda con recelo los recuerdos del abuelo de Holguín, ese que luchara en la clandestinidad y fuera revolucionario de pura cepa.
La Ciudad de los Parques la vio crecer durante su niñez y adolescencia, hasta que la familia vino a Pinar y decidió echar raíces por acá.
Graduada de la Academia del Minint en Contrainteligencia y Derecho, para esta joven ser oficial de los OSE es lo más bonito que le ha pasado en la vida.
“Tenía el ejemplo de mi abuelo que me inculcó siempre el amor a la Revolución, pero en el preuniversitario leí el libro Los Disidentes y eso marcó mi vida para siempre, porque ahí entendí el papel desde el punto de vista tan sencillo, tan humano y responsable que tenemos nosotros los oficiales de la Seguridad, de cara al pueblo y a Cuba”.
Al referirse a su tiempo de estudio dice: “Los cinco años de la carrera fueron maravillosos, nunca los olvidaré, pero este ha sido un trabajo de mucho sacrificio, porque hay que proteger a la Revolución de las acciones enemigas, de las actividades contrarrevolucionarias y prevenir todo lo que se pueda planear en función de quebrantar la Patria.
“Lleva tiempo, preparación, estudio, y, sobre todo, dedicación al trabajo, eso es primordial. Cuando uno se dedica a fondo entonces puede desentrañar ese ardid en contra de la Revolución, tanto en lo político, en lo económico, en lo social…
“Soy madre también, soy hija, soy esposa y a veces uno quiere estar al lado de la familia en un momento determinado y no se puede, porque hay procesos que hay que seguir. Y uno no puede dar tantas explicaciones, pero ese sacrificio y los resultados que marcan un logro, bien valen la pena, como vale la pena el anonimato si todo sale bien. Eso es lo bello.
“No puedes decir nada, pero te das cuenta de que te entienden y eso es muy importante”.
¿Cómo debe ser un oficial de los Órganos de la Seguridad del Estado?
“Un oficial de la Seguridad del Estado debe ser ante todo intransigente, fiel y estar preparado para enfrentar los intereses del enemigo, las influencias de las redes; debe ser humano y solidario”.