Carlos Gardel dice en una de sus canciones que 20 años no es nada, pero para Guerrillero han significado dos décadas de crecimiento, superación, entrega y sí, también disfrute y amor por el trabajo.
En el año 2000, nuestro semanario se insertó en el mundo de la web 2.0 y las nuevas tecnologías. El 23 de noviembre se creó la versión digital que desde ese momento, comenzó a informar a los pinareños dentro y fuera de Cuba, sobre el acontecer de la más occidental de las provincias cubanas.
Ha sido un proceso de aprendizaje, de cometer errores y aprender de ellos, de estudiar las principales tendencias y conocer hacia dónde se dirige el periodismo digital. Y también ha impuesto retos, porque de semanario nos convertimos en un diario online y por lo tanto, implicó cambios en las rutinas productivas.
Los más jóvenes se unieron a los de más experiencia y formaron un equipo sólido que aprendió a redactar en un nuevo lenguaje multimedial, a usar infografías, realizar entrevistas online, idear especiales web, grabar y editar videos, estudiar sobre posicionamiento, diseño.
Varios han sido los momentos importantes a los que se les ha dado cobertura: los desfiles por el Primero de Mayo, el acto nacional por el Día de la Rebeldía Nacional, sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, las jornadas de la cultura, las ferias del libro, visitas de importantes dirigentes y personalidades de la cultura, el deporte, las ciencias.
Atrás quedó la etapa del periodismo tradicional y ya no hay distinción entre periódico impreso y digital. Ahora, todos han asumido la mentalidad de las grandes redacciones integradas en las que la palabra y el texto, aunque siguen siendo fundamentales, no son la única manera de comunicar y hacer periodismo.
Guerrillero llega a su cumpleaños 20 más fortalecido, sobre todo con la experiencia adquirida durante los últimos meses, en los que la pandemia que ha jugado a detener el mundo, no ha logrado poner en pausa las ganas de hacer y el compromiso con los lectores. Se han cambiado las dinámicas y ahora la redacción se extendió a nuestros hogares, porque el distanciamiento social es lo más prudente y eficaz, pero la distancia física no ha disminuido el deseo de comunicar, informar, explicar sobre la realidad que nos rodea.
Una felicitación a todo este gran equipo que se entrega día a día y ha convertido al periodismo en su pasión, porque para todos es sin dudas, el mejor oficio del mundo.
Yo estuve casi treinta años sin volver a leer el Guerrillero y hace un par de años, un primo mío me recomendó una noticia interesante que había visto en esta página web. Entonces me hice asiduo a ella. La eché de menos en estos días en que estuvo fuera de servicio. Yo soy pinareño de corazón y disfruto muchas noticias y artículos que ustedes publican. A veces me parecen un poco ridículamente solemnes; pero entiendo que se trata de un mecanismo de sublimación. La ideología debe primar. Tal vez también por eso no han publicado varios comentarios míos. Les aclaro que no soy un «enemigo». Ninguna «potencia extranjera» me paga nada. No pertenezco a ningún grupo de oposición al gobierno cubano y soy de los que pensé hace ya más de diez años, que las nuevas generaciones traerían cambios favorables al pueblo de Cuba, que vive en una dimensión distinta a la mayoria del resto del mundo. Ojalá el país se abra al mundo, como pedía Juan Pablo II. Ojalá algún día se respete el derecho a opinar distinto sin censurarlo. De todo corazón les deseo lo mejor. Hace muchos años, vi en el cine Praga una película de Nikita Mikhalkov. Creo que el título en español era «Sin testigos». Se trataba de un matrimonio disfuncional que interactuaban en medio de un desastre existencial. Recuerdo que ella le dijo al marido algo asi: «Cada persona tiene una lucecita interior que debe estar en resonancia con sus actos en la vida. Cuando eso no ocurre, esa persona es un ser desgraciado». Amigos pinareños, hermanos, guíense por esa lucecita interior y su pecho reventará de alegría, de ilusiones y de proyectos. Abrazos a todos, amigos y enemigos.
Hola amigos. Soy yo otra vez. Era previsible que no publicaran mi comentario anterior. No están todavía en condiciones de estrechar la mano que se les tiende. Malo eso. Pero más malo ver que NO HAY ni un sólo comentario adornando sus artículos. Todos han sido censurados?, o es que simplemente la gente en Cuba no tiene opinión? Reflexionen amigos. Saludos. Yo también soy pinareño, les guste o no.