Sin dudas la creación por Fidel Castro de las escuelas vocacionales, allá por el año 1974, fue un gran acierto. Sencillamente estos centros escolares se convirtieron en formadores de los científicos y profesionales de este país, y hasta la fecha mantienen su objeto social.
En este mes, el día 27, el instituto preuniversitario vocacional de ciencias exactas Federico Engels, de Pinar del Río, cumple sus 45 años, y creo que existen motivos para que estudiantes y profesores, los de hoy y los de ayer, se sientan orgullosos.
Los primeros, por la formación que recibieron, que no solo se centró en el perfil cognoscitivo (que fue de calidad), sino en la preparación desde el punto de vista formal y humano que recibieron para enfrentar la vida con humildad, decencia y capacitación.
Profesores y directivos que en estos 45 años pasaron por este centro, también tienen motivos para celebrar. Allí aprendieron no solo a dar clases de calidad, sino a compartir sus conocimientos con los demás compañeros de la cátedra.
Porque a decir de muchos entrevistados durante años en este ejercicio del periodismo, lo más importante en el “Federico Engels” siempre fue, y es, que los alumnos reciban los contenidos de la mejor manera, para lo cual hace falta preparación y unión de los colectivos de asignatura.
Además, una colega, que fue profesora del centro, nos confesó que allí aprendió de disciplina laboral, lo que habla muy bien de la escuela.
Por estos días igualmente hemos conversado con muchos de los alumnos actuales, de los de ayer, y todos sin excepción hablaron con cariño excepcional de sus compañeros, de las amistades que allí sembraron y cosecharon, de la excelente calidad de los claustros de profesores, y que conste que hablamos con estudiantes de diversas generaciones.
Precisamente con ese objetivo se crearon las vocacionales, planteles en los que al principio los alumnos pasaban seis años, luego solo el preuniversitario; pero lo cierto es que al inicio en sus infraestructuras estaban incluidos todos los detalles para forjar a un hombre moderno, instruido y capaz.
Desde áreas deportivas, anfiteatros, piscinas, aulas o laboratorios, talleres hasta los albergues y demás locales, cada uno de estos centros era en sí una pequeña ciudad con una gran matrícula y potencial.
Han pasado casi 45 años desde su fundación, sin embargo la “Engels” todavía es un ejemplo a seguir en materia educativa, y las estrategias que utiliza para la formación de sus alumnos le permiten ser un referente en cuanto a trabajo científico, premios en concursos, labor investigativa y resultados en los exámenes de ingreso a la Educación Superior.
Todo ello le posibilita tener un lugar privilegiado entre los centros de su tipo en el país, lo que está avalado por los resultados en los principales indicadores que se miden en la emulación.
Lo cierto es que los graduados de esta institución, durante casi medio siglo, son hoy científicos, médicos, profesores, periodistas, escritores, ingenieros, geólogos, psicólogos, dirigentes políticos y administrativos… y representan un gran porcentaje de los profesionales que están en primera fila en las diferentes esferas de la sociedad, tanto en la provincia, el país como en otros lugares del mundo.
Por ello, es un privilegio pasar por las aulas de esta escuela, porque los alumnos que verdaderamente aprovechan las posibilidades que les brinda el centro, de seguro serán buenos en sus carreras universitarias y mucho mejores en su vida laboral.
Y solo para ejemplificar, hace apenas unas horas un graduado del IPVCE nos decía que su paso por este centro no solo lo enseñó a estudiar, sino a investigar, lo cual le ha sido primordial en la universidad, sobre todo para la carrera pedagógica que él eligió.
En resumen, creemos que existen motivos de sobra para que cada pinareño celebre la existencia de esta vocacional y cada aniversario del “Federico Engels”, por lo que confiamos en que el corazón solidario de los habitantes de este terruño decida acompañar, aun en la distancia, a los alumnos y profesores que por estos días tienen varias actividades para homenajear la fecha.