Leydis Posada y Alex Manuel Capó hicieron historia, aunque a decir verdad, hace rato la habían labrado, desde que decidieron rehacer su vida, luego que ella los golpeará duro.
Estos jovencitos se inscribieron en los anales de la historia cubana tras convertirse en los primeros paratletas del tiro con arco en competir en Parapanamericanos. El resultado poco importa, y digo poco importa, porque más que la medalla colgada en el pecho, está su actuación.
Cuando la noche del nueve de enero de 2021 llegó el fatídico accidente de tránsito en su moto, mientras regresaba de vacacionar, y lo dejó sin parte de su pierna izquierda, pensó que todo acabaría.
Desde ese momento, el especialista en sistemas eléctricos de autos y motos tuvo que cambiar radicalmente su vida. Pocos contaban con la recuperación efectiva de este joven que apenas llega a los 30 años de edad. Aunque confiesa que las jornadas posteriores a la funesta noche fueron duras, el apoyo familiar y su fuerza de voluntad inquebrantable lo hicieron salir adelante.
Leydis Posada no se lo quería creer, el dolor que la había aquejado en la rodilla no iba a ser pasajero, para nada, era una dolencia que cambiaba la vida de la estudiante de Turismo que hoy tira flechas a la diana como una fiera, con la seguridad de que siempre la vida da segundas oportunidades.
Ambos llegaron a Santiago casi sin competencias previas, pero con una gran fe de no defraudar a los suyos, aun sabiendo que los mexicanos, a los cuales se midieron en el arco recurvo, eran superiores en toda la línea. Fueron flecha a flecha, disparo a disparo, hasta caer con las botas puestas 5-4.
Hay medallas que no se ganan en la competencia, ya se han obtenido antes de iniciar. El cariño de la gente, el respeto de los rivales, la admiración de Juan Carlos Stevens Caminero, su entrenador, todo eso vale más para ellos que cualquier pedazo de metal con un cordel puesto.
Hoy estos muchachos también merecen el respeto de todos, tienen el abrazo de Stevens y el respeto mayor, ese que se han ganado solo por el mero hecho de llegar, ser dignos rivales y competir como leones.