Háblale a tu hijo mientras duerme y lograrás cambios en su conducta y su desarrollo. Más o menos así se resume un artículo relacionado con los beneficios de una práctica que ha dado mucho que hablar en el ámbito de la ciencia del sueño.
En la novela futurista del filósofo y escritor británico Aldous Huxley Un mundo feliz,publicada en1932, seres humanos son cultivados en tubos de ensayo y luego manipulados o adoctrinados mediante la hipnopedia.
Aunque este clásico de la literatura es una obra de ficción bastante pesimista de la sociedad, su carácter visionario avizoraba un fenómeno que ha sido objeto de investigaciones, debates y mitos.
Pero, realmente ¿en qué consiste? El término hipnopedia no aparece registrado en la Academia de la Lengua Española, pero fue acuñado por Huxley en su novela como educación a través del sueño.
Especialistas en neurociencia y trastornos del sueño se han debatido a lo largo de los años en la eficacia de esta herramienta cómo método de aprendizaje, sin llegar a conclusiones que demuestren que verdaderamente transforma el nivel de conocimientos adquiridos mientras dormimos.
En los años ‘50 y ‘60 del pasado siglo se estudiaba la hipnopedia como herramienta para enfrentar exámenes escolares o aprender otras lenguas, incluso hubo compañías que vendían cursos de idiomas con la promesa al usuario de asimilar el contenido sin más esfuerzo que reproducir el audio mientras dormía.
La magia nunca ha sido tal, pero el método no ha sido refutado del todo, pues una serie de nuevos hallazgos neurocientíficos demuestra que una parte crítica del aprendizaje ocurre mientras dormimos.
Ciertas o no las teorías, en las redes circulan disímiles consejos para madres de niños pequeños, relacionados con la aplicación de la hipnopedia como un método efectivo para lograr mayor bienestar en los pequeños.
Dos horas después de que el niño esté dormido, es el momento exacto para decirle cuanto lo amas o trasmitirle un mensaje agradable y positivo que limpie su mente de la televisión, la violencia, comentarios destructivos o alguna conducta negativa que hayas tenido hacia él durante el día.
Es esa la oportunidad de crearle un sueño relajado acompañado de una voz dulce con de mensajes cortos y cariñosos.
¿Por qué en esa etapa del sueño? Especialistas en trastornos del sueño aseguran que en la fase MOR las barreras de la mente consciente bajan y somos más permeables a la información. “Todo lo que le digas a un niño durante su periodo de descanso penetrará en él de forma directa y efectiva”.
Para aplicar esta técnica se recomienda hacerlo durante 10 o 15 minutos durante 21 días seguidos, que es lo que tardan las células en regenerarse, entonces ya estas vendrían cargadas de información positiva.
Según se asegura en varios de estos artículos, este mecanismo puede ayudar a modificar la conducta del pequeño, a mejorar su autoestima y a potenciar su desarrollo psíquico y emocional.
La sugerencia está hecha, si bien la hipnopedia no es un fenómeno mágico que te hará un genio al despertar y sacar cinco puntos en cualquier examen, tal vez su aplicación no solo contribuya al bienestar de los hijos, sino que permita a los padres trasmitir el amor que a veces, por la rutina diaria, olvidan demostrar a los pequeños.
Curiosidad: En Un mundo feliz, de Aldous Huxley, el fenómeno de la hipnopedia se descubre accidentalmente cuando una noche los padres de un niño dejan encendida la radio. El pequeño, al despertar, recitó un discurso de George Bernard Shaw en lengua inglesa, de la cual no sabía ni una sola palabra.
Usted recuerde que solo es una novela de ficción, semejante acto mágico aún está lejos de probarse.