Hotel Vueltabajo, con céntrica ubicación en la ciudad de Pinar del Río (Cuba) y en medio de un agradable entorno, rodeado de historia y cultura. Su construcción data del siglo XIX y aun conserva sus aires coloniales con las exigencias de los nuevos tiempos.
Está ubicado en la calle Martí n.º 103, esquina a Rafael Morales.
El lugar donde se construyó el hotel tuvo como primer antecedente su excelente ubicación, un espacio donde confluían la Calle Real o Mayor y el Camino a San Juan y Martínez o Río Feo.
Allí se levantó una fonda o posada de tránsito en los inicios del siglo XIX que consistió en un edificio de rústica arquitectura de dos plantas de madera y teja en cuya planta alta se ofrecían bailes.
En 1875 fue adquirida la instalación por un excocinero de Las Tullerías, de ciudad de La Habana, Ricardo Fernández, quien la denominó El Capricho, aunque el pueblo lo llamaba Hotel Ricardo, por la impronta de su distinguido dueño quien le imprimió gran dinamismo a su comercio y supo aprovechar el ensanche económico de las últimas décadas del siglo XIX por el auge tabacalero en el territorio.
El hotel Ricardo poseía en sus pisos unas bellas losas catalanas traídas expresamente de Barcelona, y sus paredes estaban revestidas hasta cierta altura de artísticos azulejos sevillanos. Tanto las unas como los otros, con el de cursar del tiempo y por el desconocimiento, negligencia y poco cuidado de los que intervinieron en los remozamientos del hotel, fueron extraídos.
Desde que hace su entrada, el visitante puede apreciar la historia de esta lujosa instalación turística, pues del techo del lobby penden las lámparas originales talladas en bronce, al igual que la carpeta con un fino trabajo en cedro y una estructura superior en bronce y cristales nevados con el escudo que lo identifica.
Nota: referencias tomadas de la Ecured
Conozco el Hotel. Me he hospedado en él. Se debería de llamarle de nuevo por el nombre original: «Hotel Ricardo». Acaso la fábrica de conservas no se sigue llamando «Conchita», que así se nombraba la madre del propietario del lugar y no nos ha dado ni coriza por ello.