Los I Juegos Panamericanos Junior de Cali serán la novedad deportiva indiscutible de este año 2021 sumamente intenso en su segunda mitad, pese al azote de la pandemia de la Covid-19.
Para la cita que a criterio electivo de Panam Sports acogerá a más de 3.500 atletas de 41 países miembros comprendidos entre las edades de 14-23 años Cuba inscribirá a una delegación de 214 efectivos, los cuales pugnarán en 189 pruebas y 26 deportes del programa de 33 disciplinas convocadas, según información aportada por el director de alto Rendimiento del Inder, José Antonio Miranda.
Con el aliciente adicional que los campeones de cada disciplina accederán vía directa a los Panamericanos de Santiago de Chile 2023 y en algunos casos como en el balonmano, este certamen será la vitrina previa de cara al Mundial sub-23 de la especialidad; incentivo adicional que ha derivado que en algunos deportes individuales los Comités Olímpicos Nacionales (CON) hayan decidido presentar a más de un efectivo.
Cabe destacar que, en el caso de disciplinas como el boxeo y la lucha, donde Cuba posee considerable poderío, las plazas pertenecen al CON y no al atleta; mientras en otras como el taekwondo, el kárate, las pesas y el judo sería el deportista agraciado el acreedor del boleto a los escenarios continentales chilenos. Siendo los boletos por este concepto, de forma general a los adicionales que se otorguen para la cita en Santiago.
Ahora bien, toca analizar algunas variables de cara a dicha competición, para pisar con objetividad o acercarnos a un posible rendimiento antillano.
Composición de la armada
El primer elemento pasa por la composición de nuestra armada, la cual precisó Miranda posee un 78% de sus filas procedentes de los Centros Nacionales de Alto Rendimiento Cerro Pelado y Giraldo Córdova Cardín. A quienes se suman otros 61 en edades inferiores o iguales a 18 años, de ellos 45 que transitan por las Escuelas de Iniciación Deportiva, y el resto con seguimiento en academias provinciales.
Dos de ellos, por cierto, de solo 14 abriles.
Esto lanza un mensaje de la necesidad de haber establecido criterios personalizados en materia de cargas de entrenamiento, modelaje competitivo, predisposición psicológica y otras variables, sobre todo en aquellos más noveles y los que al no estar insertados de manera directa o a tiempo completo en una institución deportiva, sus frecuencias, fondo físico, volúmenes y rigor preparatorios no han sido los mismos.
Otro elemento importante es el hecho de que estos jóvenes serán el grueso de la cantera de reserva de cara a los ciclos de Los Ángeles 2028 y Brisbane 2032, amén de que algunos tienen perspectiva más inmediata de cara a París 2024 y otros como Leyanis Pérez (atletismo), Katerhine Nuevo (canotaje, C-2), José Ramón Pelier (canotaje, C-1), Laura Herin (lucha) y Daniela Fonseca (tenis de mesa), poseen el aval adicional de su experiencia bajo los cinco aros en Tokio.
A propósito, Miranda confirmó la baja por lesión de la finalista olímpica y subtitular mundial de canotaje en el C-2, Yarisleidys Cirilo.
Siguiendo esa cuerda de efectivos y accesos hallamos que, debido a situaciones de diversa índole, muchas de ellas generadas por la Covid-19 se vio afectada nuestra clasificación en el voleibol de sala, tenis, baloncesto 3×3, y el softbol, las tres primeras con presencia en el programa olímpico.
Justo ahí aflora otro vacío o agujero negro, sin pecar de escéptico en demasía: el hecho de cómo pudieran comportarse nuestras disciplinas de conjunto, toda vez que no es secreto el declive por el que atravesamos en muchas de ellas, como consecuencia de torneos domésticos endebles, transición interrupta de las categorías cadete y juvenil a mayores –amén de que está aprobado el rescate de la Espa Nacional-, y casi nulo fogueo internacional de nivel, cuestión esta última exacerbada en tiempos de coronavirus.
Pienso en el propio voly, el polo acuático, el baloncesto, el balonmano, el nado sincronizado, y el fútbol, con especificidades y otros elementos de incidencia casuísticos. Excluyo al béisbol porque, como es bien sabido, su agenda extra fronteras y estructura competitiva en casa son considerablemente más serias.
¿Cómo rendirán en Cali ante semejante panorama de “orfandad” esas disciplinas colectivas?
Pinceladas sobre la preparación
¿Cómo lograr acercarse a parámetros de forma deportiva óptima en poco más de ocho semanas luego de 20 meses sin entrenamiento sistemático personalizado? ¿Cómo cubrir un espectro etario tan variado y asumir detalladamente los procesos en atletas que además están en franca etapa de desarrollo biológico? ¿Cómo limar algunas contradicciones que pudieran surgir de índole competitiva como en el caso de los 110 con vallas y la altura de los obstáculos en el atletismo?
Esas y otras interrogantes pudieran surgir de manera lógica, a la hora de proyectar objetivos competitivos y preservar la salud de nuestros deportistas.
Al respecto el Jefe del Departamento Técnico Metodológico del Inder, Oscar Nuevo, explicó que estructuraron un periodo preparatorio que inicialmente cubrió ejercicios de fuerza, trabajo con ligas y mancuernas, y la representación ideomotora de la técnica de referencia.
A lo cual se añadieron dos-tres micro ciclos dirigidos a la adaptación funcional integral, con énfasis en los componentes aerobio, de fuerza, coordinación; y transitando hacia la búsqueda de capacidades coordinativas y especiales.
Sin embargo, no en todas las disciplinas pudo cubrirse este programa de manera puntual, pues el pentatlón moderno, la natación, el nado sincronizado y los clavados, presentaron algún nivel de afectaciones asociado a la temperatura y llenado de las piscinas.
A lo que se suman otras cuestiones de incidencia como la respuesta de los atletas a las cargas, su recuperación en una etapa acelerada e intensiva de entrenamiento, el lidiar con el peso corporal, porcentajes de grasa y moldeo del físico competitivo idóneo…
De ahí que en muchas disciplinas no se les exigirá a los participantes el 100% de sus rendimientos, con mayor expresión en las denominadas de tiempo y marca, donde este elemento es más fácil de constatar.
En otras, entre la juventud de la comitiva, la inexperiencia, la adrenalina que bien pudiera derivar en ansiedad, y los deseos de estrenarse en un escenario continental de la mejor manera, será un tanto más engorroso pulsar al detalle el grado de exigencia, entrega y cumplimiento de estos parámetros competitivos en nuestros efectivos.
Detalles a los que reitero, hay que agregar una relación rendimientos-edad-capacidad individual de respuesta a tono con características biológicas, físicas y psicológicas de cada competidor; y el hecho de que buena parte de los contrarios en tierras cafeteras no presentó un impasse tan prolongado y severo como nuestros legionarios.
El poder de siempre
Como constituye nuestra tradición histórica en Cali apostaremos al rendimiento de nuestras disciplinas de combate (boxeo, lucha, y judo esencialmente) y el atletismo como principales opciones de preseas y títulos.
El taekwondo en este rango de edades no posee el mismo empuje que la categoría élite; y en lo particular, aún con la ausencia de Cirilo, agregaría al canotaje, porque Pelier, Nuevo y su provisional compañera de bote en la canoa, bien pudieran preservar su estado de gracia y sacarle provecho, si no acusan desgaste excesivo, a un año con experiencia olímpica, mundialista y de Copas del Mundo sumamente loables.
Del resto de los deportes en los cuales incursionaremos, las combinaciones doradas estarían fundamentadas en posibles individualidades como Anisley García en el Clavados, Andrea Becali en la natación, y varios otros atletas en los casos de las pesas, la propia Daniela Fonseca en el tenis de mesa, la esgrima, el ciclismo… en fin.
Lo cual también estará en dependencia de las inscripciones en cada deporte, porque en el caso de la natación, por ejemplo, al declinar de su participación Estados Unidos y Canadá, le permitió a nuestro plantel ampliar a diez sus exponentes.
Aunque ya todas las delegaciones oficializaron sus inscripciones a Cali, que tendrá una subsede en Barranquilla, donde serán efectuados los torneos de béisbol y sóftbol; mientras en el Valle de Cali estarán organizadas la mayoría de las disciplinas.
En el caso de las competencias de kárate y judo, se desarrollarán en Jamundí; el boxeo y ciclismo de ruta lo harán en Buga, mientras que en el lago Calima estarán triatlón, vela, remo y canotaje.
Una mirada que consideramos necesaria antes de descorrerse las cortinas en Cali; a donde iremos como siempre torciendo por los nuestros y con la esperanza de épicas de rendimiento, pero también con interrogantes y perspectivas de objetividad entorno a un contexto que no ha sido el ideal.