Muchas veces sin la posibilidad de acceder a los tratamientos más avanzados, los pacientes con enfermedades cardiovasculares en Cuba sufren las consecuencias del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos al país caribeño, pese a las garantías y esfuerzos del Ministerio de Salud Pública.
Los efectos del cerco norteamericano son palpables en la especialidad de Cardiología por la carencia de insumos necesarios para efectuar determinados procederes, comentó a la Agencia Cubana de Noticias el doctor Ángel Esteban Miranda Fragoso, subdirector clínico del Hospital Universitario Manuel Ascunce Domenech, de esta ciudad.
La colocación de marcapasos y otros dispositivos implantables como los cardiodesfibriladores automáticos y resincronizadores, se dificulta, sobre todo, ante la necesidad de comprarlos y trasladarlos desde mercados alejados en Asia y Europa, por la imposibilidad de obtenerlos en Estados Unidos, potencia más desarrollada al respecto desde el punto de vista médico y también más cercana geográficamente a Cuba.
El encarecimiento del precio de los aparatos está determinado por la inexistencia de un libre comercio con la nación norteña, aunque algunas de las empresas tienen en determinada porción acciones norteamericanas, o son muy sensibles a recibir sanciones de ese gobierno porque simplemente intercambian con la Mayor de las Antillas, abundó el galeno, especialista en cardiología.
Renunciar a los dispositivos mencionados implica no contar con los medios más avanzados para enfrentar enfermedades como la insuficiencia cardíaca, los trastornos del ritmo y las arritmias ventriculares, que conducen a la muerte, especificó.
A su vez, lamentablemente hay quienes llegan a estar a la espera, incluso durante meses, porque no se dispone de las válvulas protésicas sustitutas de las naturales mitral y aórtica, las cuales en algún momento pierden su propiedad biológica y capacidad funcional, y provocan padecimientos que comprometen la vida del paciente.
La nación norteamericana es la principal productora de las endoprótesis, dispositivos con diferentes medidas de acuerdo a cada persona y, aunque son muy caros, en Cuba se ponen de manera gratuita, con una alta demanda del número de intervenciones quirúrgicas de ese tipo, señaló Miranda Fragoso.
En las limitaciones derivadas de la cruel política está la repuesta a la interrogante de los pacientes de por qué no existe un centro cardioquirúrgico en cada provincia, sin embargo, funciona la red cardioquirúrgica dividida entre las regiones occidental, central y oriental.
El recrudecimiento de la estrategia mantenida por las administraciones estadounidenses impacta en la disponibilidad de piezas de repuesto o la renovación de equipos para el diagnóstico como los ecocardiógrafos y, como sucede en otras instituciones asistenciales del país, los dos existentes en el Centro de Atención Cardiovascular del Manuel Ascunce Domenech están rotos.
Por su parte, llega a afectarse con el bloqueo la adquisición de equipamiento y medicamentos para pacientes en la terapia intensiva, y la realización de la gasometría e ionograma, empleados para conocer sobre el medio interno de los ingresados bajo esos cuidados, entre otros ejemplos.
Los profesionales de la Salud Pública en la Mayor de las Antillas revierten a diario las afectaciones ocasionadas durante cerca de 60 años por la imposición del cerco económico, comercial y financiero del gobierno norteamericano, el cual impacta también en otros sectores como la educación, el deporte y el transporte.