La incorporación de la mujer al trabajo y la calidad del empleo que ocupa constituyen un desvelo perenne de las autoridades del país.
En entrevista para Negocios en Cuba así lo aseguró Anielka Fernández, miembro del secretariado de la organización nacional femenina y que atiende las tareas de promoción y atención a la familia.
‘Si queremos que ellas tengan autonomía económica propia, debemos proporcionarles alternativas de puestos laborales y también contribuir a la ampliación de las prestaciones de servicios para la trabajadora en la comunidad’, dijo. Según la funcionaria de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), son múltiples las iniciativas que estimula la organización de cara a fortalecer dicho propósito.
Nosotros tuvimos la posibilidad de impulsar, por ejemplo, el denominado Movimiento de Patios 60×60, con el fin de promover en las zonas rurales, fundamentalmente, la agricultura urbana, suburbana y familiar, significó.
Del total de personas involucradas, aseveró, hoy ese proyecto tiene un 40 por ciento de participación femenina, lo que deviene en una buena expansión para esta fuente de empleo en las localidades agrícolas.
Hablamos de más de 378 mil 500 compañeras, cifra que supone un crecimiento que supera las 130 mil al cierre del último calendario en relación con 2018, cuando la presencia de ellas era de un 31 por ciento, puntualizó.
Pero, aclaró, estos empeños no constituyen objetivos aislados, sino que encuentran su expresión más abarcadora en el ‘Programa Nacional para el adelanto de las Mujeres’, aprobado por el Consejo de Ministros en octubre del pasado año.
Se trata, sostuvo, de una plataforma gubernamental que contiene siete áreas de atención diferenciada, y una concierne el empoderamiento económico.
La elaboración de políticas que faciliten el acceso al trabajo ha de tener, a la par, una mirada inclusiva y por ello, aludió la funcionaria, deben considerarse todos los planteamientos, como la situación de las amas de casa, deseosas de hacer su aporte a la sociedad y de poseer autonomía monetaria.
Especialmente para ellas, y ante el reclamo de la diversificación de las prestaciones que requiere la comunidad, surgió en 2020, con el auspicio del Ministerio de Comercio Interior, el proyecto Espumás.
Dicha iniciativa consiste en el servicio de lavado por personas que tienen a su cargo el cuidado de niños pequeños, ancianos o discapacitados, y a las que se les dificulta la movilidad fuera del hogar.
Dijo Fernández que, gracias a esta alternativa, facilitan el arrendamiento de una o dos lavadoras y la compra del detergente necesario para tres meses, mientras ellas determinan los precios a cobrar de acuerdo con la oferta y la demanda.
Distribuidas en las 15 provincias del país, esas figuras son 73 en la actualidad y, antes de finalizar el año, prevemos alcanzar el centenar, manifestó.
In situ
Arroyo Naranjo, uno de los municipios periféricos del centro-sur de La Habana, posee una extensión de 80 kilómetros cuadrados. Allí vive Delvis Utria, una de las seis integrantes de Espumás en la comunidad. Relató que previo a dedicarse al negocio de lavado, laboró varios años para el Estado antes de que eligiera la actividad por cuenta propia desde su casa.
Al cuidado de su padre enfermo y un hijo adolescente, confesó que quedó maravillada con la idea de poder acogerse a la iniciativa.
Expuso, asimismo, que entre las trabajadoras del proyecto existe una comunicación tan buena que no descarta que en el futuro puedan constituir una cooperativa u otro tipo de entidad que incluya disímiles servicios, sumados a los que ya brindan.
A partir de las disposiciones recientemente tomadas por la máxima dirección del país respecto a la creación de micros, pequeñas y medianas empresas privadas, la FMC se enfrasca en la promoción de tal variante para las mujeres.
Al efecto, cuando las condiciones sanitarias lo permitan, queremos realizar un taller con las asociadas al sector no estatal donde podamos escuchar sus criterios y orientarlas sobre las posibilidades ahora ofrecidas a los diferentes actores económicos; de manera que también valoren las formas en las que pueden incorporar a otras para lograr cadenas productivas, comentó Fernández.
Consideró que el acompañamiento de la organización femenina es primordial si se toma en cuenta el panorama laboral de la nación que, desde enero de este año, se ha visto dinamizado por la Tarea Ordenamiento, proceso que impulsó la unificación de las dos monedas de curso legal.
Datos del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social indican que, derivado de su impacto y hasta el 30 de junio, más de 194 mil personas acudieron a las oficinas tramitadoras para conseguir empleo, y de las cuales, 130 mil 763 aceptaron la propuesta. De ese último total, las beneficiadas representaron el 36 por ciento.
Otros esfuerzos
La funcionaria de la FMC reconoció, no obstante, que en el propósito de alcanzar un óptimo escenario para las trabajadoras es preciso transformar o influir en distintos ámbitos simultáneamente.
Por eso subrayó la importancia de la creación de las llamadas casitas infantiles o guarderías, cuyo éxito depende de que las diversas entidades u organizaciones aprecien las ventajas de fundar estas instituciones en sus predios para beneplácito de las obreras.
A la vez, ponderó los empeños que se acometen en pos de la estructuración de una red de cuidado para los ancianos, y de las transformaciones a las que aspiran en la enseñanza técnico-profesional, de modo que esas especialidades resulten opciones más atractivas.
En Cuba se ha avanzado mucho en materia de equidad, pero subsisten temas que aún deben ser atendidos, estimó.
En el país todos percibimos lo mismo por idéntico desempeño; sin embargo, hay que luchar contra vestigios de discriminación en temas de promoción y eliminar las brechas que todavía existen, agregó.
Sentenció que en ese aspecto el mayor anhelo no es intentar emular con los hombres, sino que todas puedan disfrutar de iguales oportunidades y que se cumpla la política del Estado que propugna el goce de los mismos derechos.
(Tomado de Negocios en Cuba)