En un estudio publicado recientemente en la revista Nature Immunology, los investigadores se dedicaron a analizar el papel de la primera línea de defensa del organismo contra el covid-19, especialmente de los llamados «antecesores de los anticuerpos».
Los investigadores explican que «la inmunidad innata es la primera línea de defensa de nuestro organismo, soluciona el 90 % de los problemas causados por el contacto con bacterias y virus», es decir crea los anticuerpos que atacan a los patógenos, mientras el organismo se prepara para una defensa más específica, de anticuerpos y células T, «la inmunidad adaptativa».
Al estudiar la interacción de los antecesores de los anticuerpos con el Sars-Cov-2, encontraron que una de las moléculas de inmunidad innata denominada lectina de unión a manosa (MBL por sus siglas en inglés), se une a la espícula del virus –la proteína que permite su propagación– y la bloquea.
Además, notaron que al mismo tiempo que funciona como una especie de anticuerpo natural, la MBL podría identificar las variantes de covid-19, incluidas la delta y la ómicron, para actuar contra ellas.
Los investigadores intentan probar si la molécula de MBL puede servir como agente preventivo o como terapia contra el virus, ya que «es una molécula funcionalmente similar a un anticuerpo, de la que las variantes del virus, al menos las conocidas, no pueden escapar».
Actualmente, están investigando la relación e interacción entre este mecanismo protector de defensa natural y la respuesta inmunitaria que se genera con la vacuna anticovid.