El uso del Interferón Alfa 2B Recombinante, junto con otros antivirales que también se fabrican en Cuba, tiene un efecto significativo en el tratamiento a los pacientes con COVID-19, declaró hoy Eduardo Martínez Díaz, presidente de Biocubafarma.
El galeno expresó que se piensa que el uso del interferón contribuye a tener en el país una letalidad del 2,7 por ciento, muy por debajo del seis por ciento mundial.
Asimismo, explicó en la Mesa Redonda que este es uno de los componentes del sistema inmunológico que activa los mecanismos de protección viral en el organismo, de ahí el uso del medicamento cubano en esta pandemia.
Martínez Díaz comentó que desde que Cuba confirmó sus primeros casos se ha usado el producto y si bien por la novedad de la enfermedad no existe evidencia de que iba a tener una efectividad, por experiencias de epidemias anteriores a causa de coronavirus se conoce que podría contribuir al tratamiento.
Una de las fortalezas en el enfrentamiento a la pandemia es que la biotecnología cubana es capaz de producir el Interferón en medio de una difícil situación por el encarecimiento de los medicamentos y la falta de materias primas, precisó.
Más de 70 países han solicitado el medicamento cubano para incluirlo en sus protocolos de tratamiento a los pacientes que desarrollan la enfermedad.
El doctor Gerardo Guillén, director de Investigaciones Médicas del CIGB, mencionó la larga experiencia con el producto en el país, Cuba fue la segunda nación del mundo que produjo interferón leucocitario luego de Finlandia y posteriormente se desarrolló el recombinante, acotó.
Sobre la posibilidad de utilizar el interferón por la vía nasal, destacó que actualmente se analiza por un grupo de especialista el protocolo a seguir para iniciar su uso esta semana y extenderlo a todo el personal médico como protección.
Por último, el especialista expresó que se realiza un estudio con 60 seropositivos en el Hospital Luis Díaz Soto los cuales se tratan la mitad con el Interferón Alfa y los restantes con Alfa + Gamma.