Millones de dosis de una vacuna contra la Covid-19 producirán desde la próxima semana Irán y Cuba, según declaró el Doctor Vicente Vérez Bencomo, director general del Instituto Finlay de Vacunas, en una entrevista dada a un medio de prensa del país persa.
La agencia Prensa Latina reportó la entrevista ofrecida por el científico al canal Hispantv, en la que anunció que ambos países utilizan todos los conocimientos y plataformas a su alcance para producir la PastuCovac, que sería la primera vacuna conjugada del mundo contra la COVID-19.
Vérez Bencomo y el Dr. Alireza Biglarí, máximo directivo del Instituto Pasteur de Irán, ofrecieron una conferencia de prensa este martes en Teherán en la que dieron detalles de la colaboración científico y tecnológica, y que siguió a otras actividades del investigador cubano en aquel país que incluyeron un encuentro con el canciller Mohamad Yavad Zarif y otro con el doctor Said Namaki, ministro de Salud.
El Instituto Finlay tiene mucha experiencia en la producción de vacunas conjugadas para niños, por lo que decidimos utilizar esta plataforma para construir una vacuna contra la COVID-19, explicó Vérez Bencomo.
Esto no significa que otros países no tengan esta capacidad -dijo-, pero Irán y Cuba fueron los primeros países en desarrollar una vacuna conjugada contra la COVID-19 hace aproximadamente un año, que se encuentra en las etapas finales de la tercera fase de un ensayo clínico.
Esta coproducción, llamada Soberana 02 o PastuCovac, cumple todas sus expectativas, incluida la prevención de infecciones y la producción de anticuerpos en la célula, y es eficaz contra mutaciones del virus, apuntó.
“Se necesitan 15 años para desarrollar una vacuna desde cero hasta la etapa de industrialización, pero hicimos todos los pasos en un año, y la evidencia muestra que funciona muy bien”, ha subrayado.
Al respecto, declaró que actualmente están en la etapa industrial y se espera que se comiencen a producir millones de dosis de la vacuna la próxima semana.
Ya existía una colaboración de larga data entre ambos institutos en la producción de la vacuna antineumocócica conjugada y la transferencia de esta tecnología a Irán, por lo cual el científico recalcó que gracias a esta cooperación previa, ambos países pudieron avanzar rápidamente para lograr trabajar en la fabricación del nuevo vial.
Este antígeno antineumocócico, recordó Vérez Bencomo, fue la vacuna más vendida y cara de la historia en 2002, y los pueblos de Irán y Cuba no tuvieron acceso a ella por las sanciones en su contra, porque era una vacuna fabricada en EE.UU., un hecho que llevó a los cubanos a obtener la soberanía y desarrollarla durante 15 años.
Luego de fabricar una propia, por medio de la colaboración científico-técnica entre ambos Estados, transfirieron su tecnología a sus similares iraníes. Tal experiencia ha sido muy provechosa en el caso de los fármacos antiCovid-19.
Prensa Latina destaca que la política estadounidense de bloqueo contra Teherán y La Habana obstaculiza la adquisición de equipos y medicamentos, razón por la cual los científicos de los dos países acudieron a sus conocimientos para eludir ese cerco inhumano.
Con antelación el Instituto Pasteur divulgó un comunicado que señala que «Cuba e Irán tienen en su haber una larga historia de cooperación en el campo de la biotecnología», y señala que el entendimiento sobre la vacuna contra la Covid-19 se basa»en una relación estratégica en el campo de la investigación y el desarrollo de tecnologías de vacunación”.