Iván Francisco Arenas Rodríguez es considerado por muchos el padre de la Neurocirugía en Pinar del Río, a pesar de no ser realmente vueltabajero. A sus 78 años confiesa que a los pocos meses de haber empezado la carrera de Medicina ya había decidido que iba a estudiar algo relacionado con el sistema nervioso.
¿Por qué optó por la Neurocirugía dentro de tantas ramas que tiene la Medicina?
“La escogí, no fue al azar. Decidí la especialidad prácticamente a los pocos meses de haber empezado la carrera de Medicina; había decidido que iba a hacer algo relacionado con el sistema nervioso y finalmente lo canalicé a través de la Neurocirugía.
“Cuando terminé primer año ya estaba incorporado en cierta medida, como alumno ayudante, a la práctica del estudio del sistema nervioso, tanto a la neuroanatomía como la neurología y a la neurocirugía.
“Y tuve una gran suerte porque escogí un momento que podemos decir que era una época de oro por los profesores que tuvimos. Allí estaban el profesor Ramírez Corría, el padre de la Neurología en Cuba, el profesor Rafael Estrada y toda una serie de personas que hicieron historia en la Medicina cubana y que coincidieron con mi deseo de estudiar Neurocirugía.
“Tengo el privilegio de ser del curso que inauguró el instituto de ciencias básicas y preclínicas Victoria de Girón. Fue un momento de crisis de la Medicina cubana por el nivel de migración que existía. Y ese curso marca pudiéramos decir un antes y un después en la Medicina en Cuba. Primero porque fue muy unido y que por determinadas razones de carácter militar inicia con la Crisis de Octubre. De él surgieron, además, toda una serie de compañeros dirigentes de la Salud y a otros niveles, incluso del Gobierno.
“El curso que inició el instituto de ciencias básicas y preclínicas Victoria de Girón fue el precursor de todo lo que vino después, como el destacamento Carlos J. Finlay, y toda esa serie de movimientos de la masividad. También creo que significó un antes y un después de la Medicina en Cuba desde el punto de vista de la docencia”.
¿Cómo llega a Pinar Iván Arenas?
“Nací en Guanabacoa. Al terminar la carrera, los que hacíamos Neurocirugía teníamos derecho a no hacer el posgraduado, lo que hacíamos era seguir la especialidad.
“Pero tocó la casualidad de que el curso completo se fue a hacer el posgraduado y los únicos que no íbamos éramos tres que habíamos hecho Neurocirugía, y con un espíritu un poco altruista, planteamos que eso no era correcto. Y vengo por primera vez a Pinar del Río en el año 1969 y hago mi posgraduado como neurocirujano aquí.
“Pudiéramos decir que es el inicio de la Neurocirugía en la provincia. Regreso en el año ´70 a hacer la especialidad y retorno a Pinar en el ´74, ya como especialista de Primer Grado.
“En cierta medida se da la fundación del servicio de Neurocirugía en Pinar del Río en el ´69. En aquel año la Neurocirugía que se hizo fue fundamentalmente de traumatología. Ya en el ´74 se comienza un servicio con una forma más organizada y con atención a la gran mayoría de las patologías, no solamente a la traumatología, sino también a tumores cerebrales, patologías cerebrovasculares como era la aneurisma, malformaciones arteriovenosas, y a patologías del raquis, específicamente la hernia discal.
“De ahí fuimos nucleando una serie de compañeros; el primero que vino fue el doctor Aris Fernández, ya desaparecido, después otros como el doctor Sergio Márquez, y así nos fuimos organizando hasta llegar al grupo que somos hoy.
“Pienso que en este momento la Neurocirugía en Cuba tiene en Pinar del Río un equipo grande, fuerte, con prestigio. Contamos con un prestigio que se hace evidente.
“Es infrecuente que un paciente en Pinar te plantee que él desea hacerse tratamiento en La Habana, prácticamente cuando eso ocurre es porque nosotros no tenemos el recurso material. No es ese el deseo del paciente como pasaba en los primeros años del servicio. Esa es la realidad de la evolución de la Neurocirugía en Pinar”.
¿Cómo ha sido la formación de los jóvenes dentro de la especialidad?
“Hemos formado muy buenos médicos. No hemos estado exentos de la emigración, ese es un fenómeno que realmente está a todos los niveles en la actualidad en la Medicina cubana.
“Y sí, hemos formado muy buenos médicos, a tal extremo que te diría que ahora la Neurocirugía en Pinar del Río goza de muy buena salud.
“Goza de muy buena salud por dos razones: una, porque el grupo de trabajo siempre ha tenido un rigor desde el punto de vista docente que quizás en algunos momentos ha sido criticado. Hemos tenido muy buenos neurocirujanos, pero también hemos suspendido a algunos. Esta especialidad no permite ni neurocirujanos mediocres ni neurocirujanos malos. Usted es bueno o no lo es. Porque sencillamente a usted no le gustaría que lo atendiera un neurocirujano malo. Y eso es un principio.
“Por otro lado, hay una ley de la vida, de la dialéctica, que no tiene marcha atrás: Lo nuevo sustituye a lo viejo, y si usted no cumple eso, a usted realmente le van a pasar por arriba. Y ese es un fenómeno que se da a todos los niveles de la sociedad y en la Neurocirugía se cumple también.
“Hay muchachos jóvenes muy buenos. Realmente si con algo yo duermo tranquilo hoy es con el relevo de la Neurocirugía. Tenemos un relevo de jóvenes con la suficiente madurez para asumir la responsabilidad en este aspecto”.
Pero no ha pensado en la jubilación…
“Realmente sí he pensado en la jubilación. En estos momentos tengo una situación difícil porque mi hija más pequeña presenta un problema complejo de la columna vertebral que es muy probable que requiera una cirugía.
“Y pienso en los próximos meses poderle dedicar todo el tiempo. Es muy probable que esta cirugía lleve hospitalización, rehabilitación y creo que ya a mi edad es lógico que le dedique un poquito de tiempo al aspecto familiar.
“Es una situación que nos ha golpeado. Uno toda la vida se dedicó a los problemas de la columna vertebral y ahora la más chiquita de los hijos tiene un conflicto al que le vamos a dedicar tiempo para poder salir airosos.
“Y, por otro lado, ya me apoyo mucho en los jóvenes. El tiempo quirúrgico aquí es muy prolongado; ya no es lo mismo, y son cosas que uno se lo siente y te tratan con mucho respeto, pero pienso que hay que saber cuándo irse”.
Lo sentirán también los pacientes…
“Hay que saber cómo se hace esto, para que el paciente sienta que ese relevo que uno le deja sea capaz de darle solución a su problema”.
¿Se ha sentido realizado totalmente con la profesión?
“Sí”.
¿Aquí en Pinar del Río?
“Sí”.
¿Nunca pensó irse para La Habana, ejercer en otro país?
“Realmente nunca pensé ejercer la profesión fuera de Pinar del Río, siempre me he sentido cómodo. He fundado mi familia aquí y es muy pequeña. Podría decir que mi familia en Cuba es a partir de mí. He pensado ejercer la Medicina fuera del país, por ejemplo, yo me sentí bien cumpliendo misión en Luanda en Angola, desde 2008 hasta 2011.
“Es una pena que los médicos recién graduados no puedan pasar por África. África está virgen de enfermedades y es una escuela de Medicina muy grande y muy bonita. Se aprende mucho.
“Y realmente el fenómeno migratorio está siempre presente por una situación fundamentalmente de carácter económico, que hoy nos golpea. Creo que hay que verlo con mucho respeto, con mucho cuidado. Las restricciones no van a ser la solución, porque podemos poner en juego la continuidad de la Medicina. Y te repito, lo nuevo sustituye a lo viejo”.
¿Le ha ocurrido que por limitaciones de recursos haya tenido que trasladar a un paciente a La Habana para ser diagnosticado o recibir su tratamiento? ¿Ha sido esto un freno para el desarrollo profesional en la provincia?
“Las capitales de los países, como es lógico, absorben mucha tecnología moderna. Un ejemplo, antes de que hubiera tomografía axial computarizada en Pinar, la hubo en La Habana y teníamos que mandar a los pacientes allá y la situación era compleja; todavía tenemos limitaciones tecnológicas por lo que hay que recurrir a La Habana.
“A medida que fueron pasando los años, que fuimos creando un grupo fuerte, la necesidad de ir a la capital se ha ido minimizando y también en la medida en que hemos ganado prestigio.
“Este conflicto de las provincias con respecto a La Habana a veces te golpea. Ejemplo: a nosotros en meses pasados por una orden de un ´jefe de arriba´ nos trasladaron a una paciente materna que requería un tratamiento quirúrgico de una lesión cerebral. Se hizo sin contar con nosotros, sin tener el antecedente de todas las maternas que hemos atendido aquí. Eso lo golpea a uno y al servicio integralmente, también al grupo de muchachos con el que trabajo.
“Nosotros no hemos tenido grandes problemas con La Habana porque debido al prestigio que hemos ganado muchas veces nos comprenden y nos han apoyado. Siempre hemos tenido apoyo del Cimeq, del Instituto de Neurología y Neurocirugía, del Instituto de Oncología, independientemente de que en algunos aspectos ellos tienen más desarrollo que nosotros. Actualmente estamos atravesando una crisis de equipos radiológicos, pero es una crisis nacional y debemos afrontarla con inteligencia”.
¿Dedica mucho tiempo al estudio?
“Al estudio siempre hay que dedicarle tiempo. El nivel de información que sale o se publica es imposible leerlo en un día. A mi edad uno va siendo selectivo y muchas veces aprendes más de los jóvenes, de lo que te comunican, de lo que te dicen, que de lo que tú mismo estudias, pero el médico que deje de estudiar fracasa”.
¿Cómo le va con la tecnología?
“Te decía que lo nuevo sustituye a lo viejo. Pertenezco a una generación de neurocirujanos que pudiera decirse que aprendimos a operar con los ojos, luego tuvimos que aprender a operar mirando por un microscopio, luego tuvimos que aprender a operar mirando por un endoscopio y ahora hemos tenido que aprender a operar mirando un display, pero si no lo haces te quedas atrás, porque la tecnología sigue y si no la incorporas te conviertes en un neurocirujano o en un especialista retrógrado de cualquier rama”.
¿Cuán importante es para usted sus pacientes?
“El paciente es la persona más importante que hay en un hospital, no el médico. En el hospital existen muchas personas que son importantes, pero el principal es el paciente. Tan importante es el médico que hace un buen diagnóstico o impone un buen tratamiento como la enfermera que lo cumple, como el empleado que limpia el piso y asea los baños.
“Puede que el médico tenga la categoría universitaria, pero qué hace con hacer un buen diagnóstico e imponer un buen tratamiento o hacer una buena cirugía, si no tiene un empleado que le limpie la sala.
“En ese aspecto la retribución económica también es significativa, pero el que no piense que lo más importante en un hospital es el ser humano que viene con la salud quebrantada, está mal”.
¿Siempre opera con el mismo equipo, con las mismas personas?
“No, uno tiene que dejar que cada cual se sienta bien con el equipo que se sienta cómodo. Eso es complejo. Tú no puedes imponerle a un muchacho en formación que opere con ´Fulano o con Mengano´. Cuando estás formando a un joven debes de tratar que aprenda con el mayor número de especialistas, pero ya cuando se desarrolla hay que dejar que cada cual se sienta cómodo con quién quiera operar, porque ahí hay muchos intereses. Cada cual posee distinto ADN, distintas huellas digitales, y poder compaginar eso es difícil, sobre todo, en un equipo quirúrgico.
“Los muchachos se van nucleando desde el punto de vista afectivo, científico, porque a este especialista le gusta operar más columna, al otro le gusta más vascular y tú tienes que ir dejando que cada cual escoja su camino en ese aspecto”.
¿Cuáles han sido los momentos más difíciles que ha afrontado dentro del hospital?
“La atención al niño con enfermedades tumorales del cerebro. Ese niño para nosotros, para el médico, es devastador. Por más que tú dices, voy a rechazarlo, ocasionalmente te cae un niño y te destroza.
“El niño con enfermedades tumorales del cerebro, con enfermedades malignas, que no es infrecuente, es tremendo; te hace sentir muy mal, a tal extremo, si eres preocupado, que cuando llegas a tu casa la familia en vez de preguntarte cómo pasaste el día, te preguntan cómo está él.
“Porque te lleva mucho tiempo y la Neurocirugía Pediátrica se ha convertido en una especialidad en el mundo con sus características, sobre todo, la tumoral.
“El servicio atiende casos del Pediátrico y del ‘León Cuervo’, porque el volumen de pacientes no es tan grande y nos permite mantener la asistencia. En las entregas de guardia, a partir de los que tengamos ingresados, tratamos de priorizar a los niños. Eso es un principio. No es necesario un neurocirujano fijo en el Pediátrico”.
¿Cree que la Medicina ocupa hoy en el país el justo lugar que merece?
“Pienso que hay la intención de que lo ocupe, pero de que haya la intención a que realmente se sienta, por ejemplo, en el aspecto económico, dista mucho. Hay ramas de otras profesiones de la sociedad que ganan más que un médico, no te voy a hablar de un neurocirujano, hay determinadas ramas, incluso dentro de las instituciones armadas, que ganan mucho más después de un curso de seis meses.
“La Medicina en Cuba está sometida a la misma presión económica que está sometido el país. Es típica y reiterativa la pregunta que con frecuencia la población te hace: ‘¿Cómo está el Abel Santamaría?’ Ya resolví esa pregunta, mi respuesta siempre es: ‘Está como está el país’”.
Quien disfruta de su profesión, la ama y la defiende, no anda buscando elogios y reconocimientos, pero con los años que le ha dedicado a la Medicina y a la Neurocirugía, ¿cree que tiene lo que se merece y se ha ganado?
“He sentido durante toda mi vida aquí en Pinar y actualmente el respeto de los cuadros de dirección de la Salud y de la provincia, yo no tengo conflicto en eso; pero te repito, una cosa son los deseos de la dirección del país, de la provincia y otra es la realidad. El médico está viviendo la misma realidad que vive todo el mundo. El médico no está exento del conflicto de la vivienda, del conflicto del transporte, del de la comida. Vive en esta sociedad. Y realmente no tiene ningún privilegio. Quizás hubo un momento en el que la economía lo permitió, éramos privilegiados porque había una mayor asignación de automóviles o de combustible, que en este momento no es factible”.
Doctor, usted rompe el mito de que la mayoría de los médicos tienen una mala caligrafía.
“Siempre he tratado de que mi caligrafía, de que lo que escribo, sea legible. Es una cosa que se me inculcó desde la Primaria, tener una buena caligrafía, no así con la ortografía, tengo mis problemas con la ortografía, pero con la legibilidad de mi letra, no tienen dificultad mis pacientes.
“Creo que los médicos deben de tener interés por eso; la letra dice mucho, muchas veces, aclara cosas”.
¿Es cierto que tiene un carácter fuerte, recio?
“Es así, para mucha gente soy un pesado. Aquí algunos compañeros nos decimos entre nosotros ´rosca izquierda´, por ejemplo, Juan Carlos Delgado, que yo diría que es lo más titular que existe en la cirugía general en Pinar. Se dice que nosotros somos ´rosca izquierda´, pero nos va bien. Y ya cuando las personas nos conocen y se compenetran con nosotros nos aceptan.
“A mí no me gusta ir con medias tintas. Me dicen: ‘Iván tú eres muy duro’. ¡Y yo digo, ‘¡ah!, tú quieres que yo te cocine’. Pero vamos a suponer que me ponga a darle larga para decirle a un familiar que el paciente tiene un cáncer de cerebro y que lo va a perder. Por mucha vuelta que tú le des, al final tienes que decírselo, es un problema de estilo. La madurez de los años te va diciendo cómo tienes que enfrentarlo y también depende de cómo te cojan el biorritmo.
“En días pasados vino un paciente a la sala que no había citado. El pinareño es muy indisciplinado, le gusta que lo vean en el pasillo, te aborda en cualquier lugar, pide una receta y uno se da cuenta que en el mundo eso no se hace.
“Pienso que también en cierta medida no ganamos prestigio. Quizás el médico se ha visto obligado a ponerse la bata para coger botella, no sé hasta qué punto se ha visto obligado a hacerlo para la cola, y en el mundo la bata se usa exclusivamente dentro del hospital. En África usted sale con la bata puesta y no te atienden.
“A tal extremo que dentro del argot médico los que tienen motorina y no tienen licencia, se ponen la bata y otros le dicen ‘te pusiste la licencia de conducción’. Todo eso ocurre…
“Al final yo no tengo grandes problemas de carácter con las personas que me conocen. O sea, si yo te salvo el familiar: Iván es buena gente, si desgraciadamente ello no ocurre, entonces tú puedes tener otra opinión y lo comprendo. Soy ‘rosca izquierda’.
“Mire, el hospital baila al mismo son del país. Nosotros en estos momentos tenemos un resquebrajamiento desde el punto de vista social. De por sí el cubano habla en voz alta; a mí me pone mal la gente gritando dentro del hospital. Hablar en voz alta, interrumpir… para el pinareño la solidaridad con el que está enfermo es venir un camión de gente a visitarlo, y todo el mundo le da un besito y lo toca, en medio de una crisis de agua y de jabón.
“Y por más que uno lo explique es en vano, no te entienden. Me lo dicen en la cara: ¡Ese viejo es un pesado, qué atravesado! Llegas a un cubículo a las nueve de la mañana y está lleno de gente y digo: ‘No paso visita’. Eso no me preocupa, porque creo que estoy actuando bien. A veces le digo a la gente que no es un problema de filosofía, es disciplina. Aquí tenemos en este momento tres terapias, ves el vestíbulo del salón de operaciones que parece a veces un mercado persa, la gente sentada en el piso; la zona de preparto, igual y eso es histórico en Pinar del Río”.
¿Siente que alguna vez descuidó la familia ante el ejercicio de la profesión?
“No, estoy tranquilo con eso. Mi familia ha sido extremadamente comprensiva, nunca la he descuidado. Ahora tengo estos nietos que prácticamente viven conmigo y ahí está la benjamina, que tiene esa escoliosis severa, pero está en el momento ideal de darle una solución y lo vamos a hacer”.
¿Cómo cree que deba ser un médico cubano de estos tiempos?
“Lo primero, debe contar con los suficientes conocimientos científicos como arma fundamental para resolver los problemas. En cierta medida lo que más me preocupa de la Medicina cubana es el rigor de la docencia. Soy de los que tiene el criterio de que la masividad no puede ir en contra de la calidad. Y que la complacencia y el promocionismo conspiran contra eso.
“No siempre el prestigio está dado por la calidad del médico y eso creo que es preocupante. Considero que es uno de los problemas más serios que tiene la Medicina cubana, y es la calidad de su impartición.
“En segundo lugar, el médico tiene que ser muy humano. El médico que sea capaz de poseer suficientes conocimientos científicos y sea capaz de comprender a esa persona que tiene un dolor o a ese familiar, es un médico que triunfa. Lo demás es un poco superfluo en este aspecto.
«En resumen: tiene que tener conocimiento científico y ser una persona extremadamente humana. Al que no le guste la medicina no debe ejercerla”.
Felicidades ésa gran figúra que es ejemplo de varias generaciones ejemplar profesional de la medicina en Cuba y un ser humano digno del pueblo pinareño y Cuba ese es el principio de la medicina cubana digan lo que digan por desacreditar nuestros personal médico y trabajador de la salud gracias ivan por todo lo que significas para Pinar Cuba y el mundo mucha salud
¡Excelente artículo! Afortunadamente no he tenido que cursar por esa triste especialidad ni personalmente, ni con ningún familiar cercano, pero no dudo de la calidad de los especialistas. Quien a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija.
Querido amigo, compañero de curso y colega te envío un fuerte abrazo y mis felicitaciones en el 2023 para ti y todos los compañeros del hospital Y tu apreciada familia. Un gran abrazo
Felicidades a mi médico a mi amigo y a mi padre su hoy camino es gracias a esa dedicación a ese amor a ese carácter rosca izquierda a ese ser humano me encantó la entrevista pq una vez más demostró quién es lo q piensa y lo q quiere para las nuevas generaciones ojalá esos jóvenes en formación tomen todo lo bueno y malo de el y pq no todos los q escogieron la profesión de cualquier área de la salud x fe se q Dios le va abrir todas las puertas q necesite para la operación y rehabilitación de su hija gracias a quien permitió la entrevista y a la periodista q la realizó pq permitió q dijera todo lo q había dentro y fuera de él
Mil felicidades doctor Arenas por esta experiencia expuesta como médico al servicio de la sociedad como padre de neurocirugía que representa una responsabilidad humana de Cuba para el mundo
Realmente como decimos a lo cubano me quito el sombrero. Mis respetos para el Profe, es un Ejemplo a seguir y concuerdo con sus palabras cuando dice que a él que no le guste la medicina no debe ejercerla xq realmente hay que ponerle corazón yo en lo Particular llegue a su sala por primera vez con mi esposo después de ver pasado un covib muy mal y quedar con unas secuelas de las que ni hablar y solo puedo decir que a pesar de los rumores de su carácter me sentí muy pero muy bien atendida y su forma de tratar en lo profesional es lo que más admiro ojalá todos actúen de esa forma. Y si creo el respeto y prestigio se gana en la forma que el profe explicó
Su relevo está garantizado DTB siempre
Muchas gracias Doctor. Ud salvó la vida de mi esposo. Hace 31 años. Un golpe terrible en la cabeza. Hoy día está muy bien gracias a sus manos, a su atención. Ud tiene un lugar muy importante en nuestros corazones. Que Dios lo bendiga.
Conoci al Dr ivan Arenas siendo un estudiante de secundaria que está pensando estudiar medicina, y acudia a lis horpitakesKeon Cuervo Rubio y al pafiatrico Pepe Portilla con mis primos ya fallecidos médicos Dres Chuchu Carmona y Marcos Montano, para empapatme de ese mundo de sacrificio , dedicacion y renunciamiento que significa esa carrera. Ellos eran sus amigos y colaboradores, presencie muchas discusiones de casos entre ellos, quede admirado de su talento, profesionalidad y humanidad con que abordaba cada caso . Eso fue por los años 1969 ya era estudiante de Medicina el Giron y lo continue viendo en mis practicas en salas en ambos hospitales y es muy cuerto qye ne naravillo que ek Dr Iván aun mantenía altas dus cualidades humanas y cientificas en el ejercicio de la profesión. Nunca lo vi negarse a atender a un paciente, siempre buscando lugar y hora para darle atención esmerada ,muy cientifica y acertada..Que tuene su caracter , es verdad, pero pesado no es, conmigo duemore hace bromas , , juegos nos reimos. Estoy hablando de mas de cuarenta sños de conocernos y trabajar en los mismos hospitales …Es una eminencia y un grande ser humano.
Excelente entrevista, Iván siempre sincero y sertrro
Certero como siempre el profe.
No soy de la tama de la medicina pero tuve mi madre en la sala de neurocirugía donde el doctor era el jefe. Llegué hasta allí y el no fue el médico que la atendió pero dos de sus discípulos lo hicieron y agradezco infinitamente la atención recibida allí por mi madre,había mucha disciplina, organización y limpieza en esa sala. Mis respetos y admiracion a este Profesor que a formado a tantos neurocirujanos. Muy real está entrevista y mis aplausos para este GRAN DOCTOR así es de grande.
Excelente, mis respetos y alta admiración, salud Ivan
Conocí al De Iván Arenas en el año 1976
Fue quien atendió a mi hermano menor ,que sufrió un accidente automovilístico del cual quedó parapléjico con solo 25 años
Fueron 36 días de estancia en el Hospital Provincial ,
Durante los cuales pude conocer del profesionalismo,dedicación y preocupación q brindaba a sus pacientes y familiares,de las anécdotas q surgían de los casos por el atendidos y los milagros de vida q se le atribuían en la práctica de sus conocimientos aplicados durante las cirugías q realizaba
Nunca dejó un paciente solo ,ante una complicación ,pasaba las madrugadas en Terapia acompañando a sus pacientes
Lo nunca visto por mi antes
Su rectitud y exigencias por q se cumplieran las normas sanitarias en su Sala ,le dieron la fama de muy austero ,exigente y rudo
Le temían, tal vez , el nunca lo supo
Pero ese temor se manifestaba en la higiene y pulcritud de su Sala , eso dio resultado pues contribuía a la sanacion y pronta recuperación de sus pacientes
En lo personal le estaré eternamente agradecida ,por su amistad q a través de los años me ha brindado a mi ,a mi familia
Me atrevo a decir q somos como eso familia
Gracias Iván por el aporte q le has dado a la Neurocirugía Cubana, a Pinar del Río,
Gracias por tu humildad, tu desinterés y tu dedicación a la especialidad q escogiste
Te admiro mucho como médico,como especialista ,como
Profesional pero más aún como ser humano
Un abrazo fuerte desde la Distancia
Besos a todos,uno especial para Blanquita
Adelita
Gracias al amigo, al profe y al médico de cabecera. Eres orgullo pinareño. Te debemos mucho. Dios te colme de bendiciones por siempre.