La zona centro-norte de Cuba abarca un área de cayos de gran desarrollo turístico a partir de los encantos de la naturaleza, emblemático escenario sumamente conocido en el mundo.
Se trata de la en su momento cuarta región de desarrollo recreativo del país por su capacidad hotelera (detrás de La Habana, Varadero y Holguín).
Ese nombre, Jardines del Rey, devenido marca, agrupa varios cayos con potencial turístico en el archipiélago Sabana-Camagüey, y tal bautizo se debe al explorador español Diego Velázquez, quien entre 1513 y 1514 quiso rendir honores al rey Fernando el Católico de dicha manera.
Por tanto, ese nombre resultó la denominación oficial de esos lares hasta principios del siglo XX. Lugar abandonado, solo frecuentado en su momento por carboneros y pescadores con asentamiento temporal, se tornó en lugar ideal para unas vacaciones perfectas.
También fue sitio inmortalizado por el escritor estadounidense Ernest Hemingway en el libro Islas en el Golfo, y por donde incluso este autor persiguió submarinos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.
LUGAR PARADISÍACO
Cayo Coco es la cuarta isla en extensión del archipiélago cubano y principal eje de la zona, cuyo nombre se debe al pájaro Coco o Ibis del bosque, blanco y de pico curvado.
Pero también están los cayos Guillermo, Cruz y Paredón Grande, incluidos en los planes de desarrollo turístico con una potencialidad de hasta 22 mil habitaciones.
Tiene Cayo Coco 370 kilómetros cuadrados y 22 kilómetros de playa, en tanto Cayo Guillermo cuenta con 13 kilómetros cuadrados y casi seis de playas, entre estas Pilar, con la mayor duna arenosa del Caribe (15 metros de altura) según los partes oficiales.
Paredón Grande, el otro cayo del lugar, dispone de ocho kilómetros de playas, y el cuarto en relevancia es Antón Chico. Por esos lugares se distinguen más de 200 especies de aves, simbólica el Flamenco Rosado, y una flora con alrededor de 385 especies, dentro de ellas 28 endémicas.
Las playas constituyen el principal atractivo del lugar con una suma de 38 kilómetros en extensión, y pese a ser estrechas, sus aguas son cristalinas y los fondos bajos.
En Jardines del Rey hay 13 hoteles con cuatro mil 147 habitaciones, propiedades de las cadenas locales Cubanacán, Gran Caribe, Gaviota e Islazul.
A su vez, el 90 por ciento de las habitaciones de los cayos, alrededor de tres mil 800 en 10 hoteles, son administradas por seis cadenas hoteleras internacionales como Sol Meliá, NH, Iberostar, Blau, Globalia y Hotetur; y dentro de ellas aparecen tres empresas mixtas (mil 550 habitaciones).
Este polo se opera de conjunto con la provincia cabecera de Ciego de Ávila, en tierra firme, y en total existen entonces 18 instalaciones hoteleras con cuatro mil 526 habitaciones, sumados tres yates de vida a bordo.
Completan la oferta Ranchones de playas con propuestas gastronómicas para todos los gustos, teniendo en cuenta la procedencia de sus turistas: Canadá (Montreal, Toronto, Quebec, Halifax y Vancouver), Reino Unido (Londres y Manchester) y Argentina (Buenos Aires), por solo poner estos ejemplos.
ESPIRAL CRECIENTE DE DESARROLLO
En 27 años de explotación turística de este polo, desde noviembre de 1993, se aprecia una espiral creciente de su desarrollo.
Favorecen los encantos de la cayería, la posibilidad de llegar al lugar sobre todo por un moderno aeropuerto inaugurado en septiembre de 2002 con tres mil metros de pista, capaz de recibir a todo tipo de aviones y una terminal para 600 pasajeros por hora.
Otra vía de acceso es mediante una unión terrestre nombrada en Cuba ‘Pedraplén’, con 17 kilómetros de largo.
Como perspectivas se evalúa una potencialidad para los cuatro cayos principales de 22 mil habitaciones, con 16 por ciento de esas posibilidades en operación. La más reciente edificación resultó el hotel Blue Bay, que abrió sus puertas en diciembre de 2008.
Los cayos cuentan con lugares de recreo como Sitio La Güira, Cueva del Jabalí, Cayo Mortero, La Silla, Club del aire, Tren turístico en Cayo Coco y Guillermo y motos, entre muchos otros encantos.
Completan la lista de actividades buceo y excursiones, muchas de ellas en barcos, catamaranes y otras embarcaciones, o terrestres en ómnibus y minitrenes o coches de caballos.
Por demás, el lugar cuenta con un Centro Spatalasso con tratamientos de calidad de vida, recuperación de dolencias, antiestrés y otras posibilidades, en un lugar con una vista maravillosa del mar y atención sumamente profesional.
En este polo recreativo se organizan anualmente dos eventos de mucha clientela como son el Torneo Internacional de Pesca Deportiva en octubre y el Festival Jardines del Rey en diciembre.
Y otra peculiaridad del lugar lo constituye tener una asesoría perenne de especialistas para no afectar la naturaleza a partir del criterio gubernamental de un turismo sustentable y sostenible, con protección medioambiental.
Desde los años 80 del pasado siglo los directivos de los cayos trabajan en coordinación con Planificación Física, el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), Flora y Fauna, universidades, Recursos Hidráulicos, empresas de proyecto, Ministerio de la Construcción y Ministerio de la Agricultura, entre otras instancias.
Jardines del Rey, por tanto, constituye en la actualidad de la industria turística cubana uno de los lugares más encantadores y atractivos por su calidad de infraestructura y servicios, pero sobre todo por un entorno natural muy bien conservado y capaz de brindar un descanso activo de mucha calidad.