“Hoy tenemos esta posibilidad. Ahora mismo estamos regando y es gracias a los paneles solares, no hay corriente, pero se trabaja, se garantiza la estabilidad del cultivo, los productos para el punto de venta, el salario de los trabajadores, y todo eso, gracias a la instalación de los paneles”, aseguraba a la prensa recientemente Miguel Espinosa Correa, responsable de la unidad productiva Ingeniería número Uno, perteneciente a la Agricultura Urbana.
Esa estructura, que dispone de un área acanterada de 1 390 metros y que en total alcanza las 2.5 hectáreas, con una extensión aledaña también beneficiada con un sistema de riego, está totalmente sembrada de hortalizas, principalmente, lechuga, remolacha, tomate, pimiento, pepino, quimbombó. También, condimentos de todo tipo: cebollino, ajo porro, cebolla, hasta llegar a 24 cultivos, de los cuales 18 estarán próximamente en cosecha.
Pero todos esos cultivos tienen ahora garantía de agua, gracias a la instalación de 14 paneles solares con sistema de riego y bomba sumergible. Ello gracias a un proyecto garantizado por Naciones Unidas a través de Humanity & Inclusion (HI) y financiado por la Unión Europea.
Ingeniería Uno fue el primero en colocar el sistema de riego aprovechando la energía solar, de los 10 organopónicos de la provincia que serán beneficiados con el donativo.
“El sistema no trae batería, pero permite el riego perfectamente. Cuando pasa una nube, por ejemplo, cambia de frecuencia y el riego fluctúa, pero con la intensidad del sol en estos meses, funciona de manera satisfactoria entre las 10 de la mañana y las cuatro de la tarde”, precisó.
Acota que en realidad es un alivio importante, sobre todo, porque en medio de la contingencia energética, la provincia ha tenido apagones de más de 17 y 20 horas seguidas. “Así es imposible regar”, asiente.
Allí, colindante con el Ipvce Federico Engels, en Ingeniería Uno no permiten que se les eche a perder ninguna producción. Para ello, tienen un centro de elaboración que da destino final a toda la mercancía.
“Hay producciones que no tienen un valor comercial o que están en un pico de cosecha y se dirigen hacia el Centro: se hace encurtido de col y de pepino, hacemos vinagre, vino seco, salsa, puré”, comenta.
El Centro de Elaboración va a ser beneficiado también por este proyecto a través de HI, con un grupo de recursos que permitirán una mejor preparación de los alimentos, siempre con la inocuidad y normas establecidas.
DE BUENA VOLUNTAD
Sobre el trabajo de Humanity & Inclusion, una organización de solidaridad internacional independiente e imparcial, que trabaja en varios países del mundo, y que específicamente en Cuba labora para hacer que la sociedad sea más inclusiva para las personas con discapacidad, particularmente en las áreas de inclusión económica y reducción del riesgo de desastres, ya que el país es particularmente vulnerable a huracanes y terremotos, dialogó Sonia Álvarez Pineda, su coordinadora.
“Este es un proyecto de repuesta al huracán Ian. La organización Humanity & Inclusion lleva muchos años trabajando en Pinar del Río, fundamentalmente, ha interactuado con personas con discapacidad y en la actualidad apuesta también por todo lo que es la seguridad alimentaria del país y a la soberanía en este ámbito”, destacó.
Comentó que el donativo de los paneles solares y el trabajo que hoy desarrollan con los patios familiares y la agroecología, apuesta más hacia el desarrollo y a hacer una resiliencia comunitaria, y se enfoca hacia varios resultados esenciales.
El primero de ello se basó en una labor con 200 familias vulnerables seleccionadas por el Gobierno: en el segundo, se trabajó como parte de las respuestas humanitarias con escuelas especiales; en el tercero, entra todo lo relacionado con los organopónicos, patios y parcelas, lo cual ha demostrado ser un camino para la resiliencia comunitaria.
“Hemos trabajado en otras provincias, y lo que hemos encontrado aquí en Pinar es extraordinario, y no se lleva un registro de ello, pero en términos de producción y de conservación, Pinar es fabuloso”.
“La Agricultura Urbana es de mucha constancia, refiere Miguel. A veces digo que voy a la casa prácticamente a dormir. Es de mucho detalle. Es una agricultura que está dentro de la ciudad, por lo que necesita mucho más estética, más detalle, porque tiene que convertirse en jardines entre la ciudad”.