Jesús Millo tiene un talento natural para el humor, para él es algo fácil sacar bromas de cualquier aspecto de la vida, aunque casi siempre sus chistes tocan el tema deportivo, con la pelota como el punto central.
Habla con mucha emoción acerca de su padre, Teté Millo, uno de los personajes más famosos de la historia del poblado de Minas de Matahambre, de quien dice haber heredado su genio para hacer reír a los demás.
Millo, como se le conoce en Matahambre, es todo un espectáculo para los mineros. Cuando camina por las calles de este pueblo recibe saludos por doquier y no pocos le abordan para tratar algún tema candente del béisbol, deporte al cual le ha dedicado la mayor parte de sus seis décadas de vida.
Para acarrear un poco más de fama provincial – ya era alguien con mucha para los mineros– fue durante dos temporadas la mascota del equipo Vegueros, la primera de forma oficial que tuvo esta selección.
A pesar de que tu vida ha estado más ligada a la arista cultural y a la logística en el deporte, jugaste béisbol durante mucho tiempo.
‟Jugué en todas las categorías menores en el béisbol con el equipo de Minas, sin embargo nunca pude representar a mi municipio en una provincial de mayores, esto ocurrió debido a la calidad de los peloteros en Matahambre.
‟No obstante, debo aclarar que tenía muchas habilidades defensivas en el jardín izquierdo, a veces me lo recuerdan en la calle, la gente me dice ‘batazo para el left field, ni corras, ahí está Millo’.
‟Aquí se jugaba mucha pelota, cada barrio tenía su representación en la segunda categoría y para hacer el equipo para la provincial había que ser un estelar; entonces opté por ser el cargabates de las Minas y en ese puesto estuve por casi tres décadas.
‟En ese sentido, te diré que tuve el gusto de relacionarme con ese gran cargabates que es Alberto Hernández, el Nine, alguien que no se puede sustituir y que tiene garantizado un papel importante en la historia de la pelota pinareña”.
¿Cómo fue el proceso de selección de la persona que interpretaría la mascota, conocido por El Veguero, que estuvo durante las temporadas 57 y 58 de la pelota cubana?
‟Para tal función se desarrolló un casting en nuestra provincia, recuerdo que estuvo dirigido por la periodista Angélica Arce Montero y aunque con exactitud no recuerdo la cantidad de personas, sí sé que se presentaron muchos interesados”.
¿Es este personaje el que mayor reconocimiento te ha dejado en el pueblo pinareño?
‟Para mí lo más grande que me ha pasado en la vida. Creo que en Pinar tuve muchos logros con este personaje. Aprovecho esta oportunidad para felicitar a la afición que tanto me respetó y me quiso. El Veguero fue algo muy lindo en mi vida, nunca lo olvidaré.
‟Al igual que fue algo muy romántico, también recuerdo todo el complejo proceso para confeccionar la mascota, todo lo que se trabajó para que saliera en aquel Juego de las Estrellas de 2017, celebrado en nuestra provincia.
‟Sí deseo aclararle a la afición que si hoy no existe la mascota no es debido a ninguna indisciplina cometida de mi parte, porque me lo han preguntado aquí en mi pueblo y es algo muy injusto que me digan esto.
‟Creo haber cumplido en esas dos temporadas con mi papel de mascota, jamás sobrepasé los límites de mi función, de ahí que creo haberme ganado el cariño y respeto de los atletas y del cuerpo de dirección y de los compañeros de la villa deportiva, donde fui más que huésped, porque ayudé en distintas labores y llegué a tener mucha amistad con esos trabajadores, a quienes envío un saludo.
‟Cuando comenzó la temporada 59 me presenté ante las autoridades deportivas de la provincia, lo hice también en la 60 serie y hasta ahora me han dicho que hay que trabajar para mejorar su confección.
‟No obstante, quiero referirme a aquellos que dicen que con la mascota no se gana, pero hay otras provincias que mantienen la mascota y tampoco ganan, o está el caso de Matanzas que sigue teniendo su mascota y cuánto tiempo estuvo sin obtener una serie. Para ellos aclaro, además, que tengo un corazón verde, yo amo a esa selección y estoy dispuesto a seguir como mascota en el caso de que me llamen”.
Más allá de la mascota, has tenido una trayectoria meritoria tanto en el sector deportivo como en la cultura minera.
‟Mis inicios laborales fueron en la Mina Fosforita como almacenero, pero eso no era lo mío y me fue fácil darme cuenta, luego me dediqué a la albañilería y entonces quise escalar un poco más y me fui por el deporte y después por la cultura.
‟Fui por más de 20 años técnico de recreación, en tal labor mis actividades casi siempre se desarrollaban en los barrios periféricos. Por mi trabajo me otorgaron la condición de Vanguardia Nacional en el 2002.
‟También recuerdo que en esa función tuve el honor de recibir a las Morenas del Caribe y a Félix Savón, a quien utilicé en un programa A jugar en la zona de Río del Medio y tuve un espectáculo con él en el cine de Matahambre.
‟Más tarde me llegó la opción de ser promotor cultural y no lo dudé, desde ese entonces me incorporé al sector cultural, esfera donde mantengo por más de una década el espacio Rincón del bolero en el cabaré de Minas y una peña habitual, además para los más pequeños soy el payaso Mantequilla, otro personaje que he encarnado.
‟Recuerdo que cuando los ciclones Isidore y Lili, momentos en que Minas estuvo 11 días sin luz eléctrica y desarrollé una peña con aficionados que aglutinó a mucha gente en este territorio, algo que ha quedado para la historia del poblado”.
A menudo dices que el humor te llegó vía paterna.
‟Creo que fue por la parte paterna, alguien tenía que heredar el carácter de mi padre, Teté Millo, y ese honor me tocó a mí. Mi padre le puso un apodo a cada uno de los ocho hijos: al mayor, le nombró Amor; a los siguientes Cariño, Puntilla, Coracho, Resumen, Final, Descuido y quien te habla, el menor, a quien le puso el Inra, porque nací con la Reforma Agraria.
‟Además desde niño cultivé un buen sentido del humor y mucha disposición para participar en todos los matutinos, fui muy alegre desde mi infancia y hasta ahora eso no ha cambiado”.
Y así es Jesús, un hombre alegre y querido en Minas de Matahambre, alguien a quien todos admiran.