En la historia de los torpederos, sin lugar a dudas, hay que mencionar a Sam Lloyd entre los mejores de esa posición. Todo lo hacía bien: excelente bateador, veloz en las bases, habilidoso, de eficiencia extraordinaria, que lo llevó a la cumbre del béisbol norteamericano y de otras plazas, incluida la cubana. Vestido más bien chabacano en el terreno, figuró tanto, que todos iban a verlo jugar.
También se desempeñó en primera y segunda base, receptor y director, aunque derecho, bateaba a la zurda. Conocido por Pop y Sam. En Cuba se le reconoció como Bemba Cuchara, porque se agachaba tanto para fildear, que parecía levantar parte del césped con sus gruesos labios.
Nació el 25 de abril de 1884, en Palatka, Florida, y falleció en Atlantic City, New Jersey, el 19 de marzo de 1965. Con 5’ 11 de estatura y 180 libras de peso. Babe Ruth lo bautizó como el mejor de todos los tiempos y Martín Dihigo como el bateador más consistente. Buck Canel, el destacado cronista y locutor argentino, lo seleccionó como la mejor segunda base de las Ligas Negras.
Así se expresó Alfredo Santana, en su libro Un Astro del montículo: “Lloyd demostró siempre ser un pelotero inteligente. Paseó su figura, un tanto estrafalaria si se quiere, pero interesantísima para el aficionado a la pelota, por todos los campos donde se practicaba el deporte. Se inició con el Acmes, de MACON, Georgia, pasando después a los Philadelphia Giants, y de allí al Chicago Lejenad, American Giants, New York Lincoln Giants y otros clubes…”
Jugó once temporadas en la Liga Profesional Cubana y dos torneos independientes. En 1908-1909, con el Habana (.255), 1910-1911 (.154), 1912 (.388), en 1913, con el Fe (.341), 1915-1916, con el San Francisco (.393), 1922-1923, con el Habana (.344), 1923-1924 (.267), 1924, con el Habana del torneo independiente (.288), 1924-1925, con el Almendares (.372), 1925-1926 (.373), 1926-1927, con el Havana Reds del torneo independiente (sin datos), 1927-1928, con el Almendares (353) y 1930 (.236). Total, incompleto: En 1 327 veces al bate, conectó 436 hits, para average de .329, con 210 anotadas, 45 dobles, 33 triples, 5 jonrones y 38 bases robadas.
En todos los tiempos de la Liga Profesional Cubana, fue 4to. en average, 7mo. (empatado) en triples. En 1924-1925 lideró las veces al bate (196) y los hits (73). En 1925-1926 encabezó los dobles (8), cantidad que logró en triples en 1922-1923, para también encabezar ese casillero. En las trece campañas conectó por encima de la marca de .300 en siete, más que cualquier otro extranjero.
Había visitado Cuba en 1907, con los Gigantes de Filadelfia, de las Ligas Negras. En 1913, con el Fe, se robó 22 almohadillas. En 1925-1926 fue líder de los jonroneros (3), junto a su compatriota Johnny (Jud) Wilson, del Habana. De extraordinarios resultados, pasó a la historia en noviembre de 1910, por utilizar chingalas de hierro para esperar al racista Ty Cobb en segunda en tres intentos de robo; en todos lo puso out.
Una de las figuras más destacadas, lo fue el torpedero de las Ligas Negras, John Henry (Pop) Lloyd, quien jugó para uno de los equipos locales. Lo curioso es que usó shingalas (shinguards), para proteger sus piernas de los peloteros del Detroit que afilaban sus spikes y se deslizaban fuerte como siempre lo hacía Ty Cobb, para intimidar a los contrarios.[1]
En aquella serie Lloyd conectó para .500, superior al propio Cobb (.370). A partir de allí Cobb juró que no volvería a jugar contra los negros; y lo cumplió. A propósito de su calidad, veamos las palabras que aparecen en Un Astro del Montículo, de Alfredo Santana, p. 208: “El legendario lanzador y manager, Rube Foster, afirmó que ningún pelotero podía situarse delante de Lloyd. En 1925 participó, defendiendo la primera base, con el equipo de ocasión All Yankees, en la Copa López del Valle, donde estuvo presente el Juez Landis, comisionado de las Grandes Ligas…”
Se destacó sobremanera en las Ligas Independientes de Color, o Ligas Negras norteamericanas, entre los años 1906 y 1932, con los siguientes equipos: Macon Acmes (1905), Cuban X-Giants (1907-1909), Philadelphia Giants (1907-1909), Leland Giants (1910), New York Lincoln Giants (1911-1915 y 1926-1930), Chicago American Giants (1914-1917), New York Lincoln Stars (1915), Brooklyn Royal Giants (1918-1920), New York Bacharach Giants (1919), Atlantic City Bacharach Giants (1922, 1924-1925 y 1931-1932), Columbus Buckeyes (1921), Hilldale Daisies (1923) y Harlem Stars (1931).
Fue un jugador esencial para cualquier equipo donde se desempeñó, desde la era de la “bola muerta”, el más grande jugador de béisbol en las dos primeras décadas del siglo XX. Este superestrella fue el mejor torpedero, negro o blanco, pues con la excepción de Honus Wagner, ninguno de las Grandes Ligas pudo comparársele. El propio Wagner consideraba un privilegio que lo compararan con Lloyd.[2]
Jugador de cinco herramientas: excelente bateador de promedio y poder, rápido, fildeador de potente brazo e inteligente. Supo ubicarse correctamente ante los bateadores, con unas manos privilegiadas. Muy joven, había comenzado como torpedero en Jacksonville con un equipo llamado Old Receivers. En Georgia, después lo hizo en segunda base como semiprofesional, con el Macon Acmes, donde también actuó como receptor.
Esencial en cualquiera de los equipos de la bola muerta y más allá, era imprescindible la presencia de John Henry Lloyd, el gran jugador de las dos primeras décadas del béisbol. Con una figura de cinco pies y once pulgas, el gran torpedero negro, al nivel de cualquier jugador del campo corto incluidos negros y blancos, quizás con la única excepción de Honus Wagner, el único que pudo comparársele en las Grandes Ligas. Fue, sin lugar a dudas, un extraordinario jugador, capaz de capturar jugadas de ensueño, conectar como pocos, excelente fildeador, de un tremendo poder al bate.[3]
En las Ligas Negras, en 1910 promedió .417, 1911 (.475), 1912 (.376), 1913 (.363), 1919 (.387). Se caracterizó por poseer una vista de águila en el cajón de bateo y excelente robador de bases, especializado en las jugadas de hit and run. Siempre ocupó el cuarto turno en los equipos dirigidos por el gran Rube Foster.
Jugó con una fuerza total, lo que le provocó algunos contratiempos con otros jugadores. En 1921 actuó como manager-jugador del Columbus Buckeyes y conectó para .336. En 1923 dirigió el Hilldale Daisies (.418). Después de veinte años como estelar del campo corto, en 1924 pasó a la intermedia para dar paso al también estelarísimo Dick Lundy. No obstante, ese año ganó el título de bateo (.444), en 1925 (.330), 1926 (.349), 1927 (.375). En 1928, ya veterano, fue llevado a cubrir la 1ra. base y resultó líder de los bateadores (.564), así como en jonrones (11). En 1929 lo hizo para .362 y en 1930 (.312), ese año jugaría por vez primera en el Yankee Stadium. Como director supo orientar a los jugadores y ganarse el respeto, con buen carácter, a veces hilarante.
Por su prestigio como jugador y persona, en 1949 se inauguró en su honor, el John Henry Lloyd Park, en Atlantic City. Cuestionado por no haber podido jugar en las Mayores, según James A. Riley, en el libro citado, en esa fecha Lloyd sentenció:
“No considero que haya nacido en una fecha equivocada. Creo que fue la época correcta, porque pude demostrar las habilidades de nuestra raza en el deporte… y recibimos con buenos ojos las oportunidades que ahora se nos ofrecen para jugar junto a otros compatriotas en las Grandes Ligas…”
Su resultado de veintisiete años en las Ligas Negras, fue de .368. John Henry Lloyd, reconocido por Babe Ruth, es uno de los más grandes peloteros de cualquier época.
En 1977 fue electo al Salón de la Fama de Cooperstown, junto a Martín Dihigo, por el Comité Especial de las Ligas Negras. No pudo jugar en Grandes Ligas por el color de su piel.
(Con documentación de Jorge Figueredo, Guías del Béisbol Profesional Cubano, Enciclopedias de las Grandes Ligas, James A. Riley, Severo Nieto, Alfredo Santana, Rube Foster, Eddy Martin, Elio Menéndez, René Molina, Raúl Diez Muro, René Molina, Gabino Delgado, James D. Cockroft, Peter Bjarkman, Michael M. Oleksak, Martín Dihigo, Buck Canel, Roberto González Echevarría, Félix Julio Alfonso, Juan A. Martínez de Osaba y Goenaga, Félix Julio Alfonso, Honus Wagner, Base Ruth, Baseball-Reference.com, Seamheads.com, Marino Martínez, Yasel Porto Gómez, Adonhay Villaverde Blanco, Ismael Sené, y otras fuentes).
Liga Profesional Cubana:
VB H AVE CA 2B 3B HR BR
1327 | 436 | .329 | 210 | 45 | 33 | 5 | 38 |
-En todos los tiempos fue 4to. en average (.329) 7mo. (empatado) en triples (33).
-En 1924-1925 lideró las veces al bate (196) y los hits (73).
-En 1925-1926 encabezó los dobles (8) y los jonrones (3), empatado con Jud Wilson.
-En 1922-1923 había sido quien más triples conectó (33).
-En sus trece campañas conectó por encima de la marca de .300 en siete, más que cualquier otro extranjero.
-En 1913 se robó 22 almohadillas.
[1] Ángel Torres: La Leyenda del Béisbol Cubano, Library of Congress, Miami, Florida, p. 45.
[2] James A. Riley: The Biographical Encyclopedia of de Negro Baseball Leagues. Carrol & Graf Publishers, Inc, p. 486.
[3] James A. Riley: Ob. Cit., p. 486.