Contribuir a la producción de alimentos es una de las tareas trazadas por la Unión de Jóvenes Comunistas para hacer frente a la pandemia del coronavirus en Cuba.
En tal sentido, un grupo de 50 jóvenes de Pinar del Río se dieron cita en el organopónico Ingeniería número 1 del consejo popular Hermanos Cruz, para participar en distintas acciones como siembra de pepinos, plantación de sábila, recolección de habichuelas y preparación y escarde de canteros.
El trabajo productivo contó con el acompañamiento de Aylín Álvarez García, segunda secretaria del Comité Nacional de la UJC, quien distinguió a varios de los voluntarios con la entrega del carné que los acredita como miembros de la organización juvenil.
“Se ha convertido en una práctica que todas las mañanas, muchos jóvenes a lo largo y ancho de la isla se afanen en labores agrícolas y contribuyan con sus manos a la producción de alimentos tan necesarios para el pueblo. Nuestros muchachos han dado el paso al frente además para colaborar con el Sistema de Atención a la Familia, asistir a ancianos y a personas vulnerables en las comunidades, pesquisar viviendas y sumarse a contingentes energéticos impulsores del ahorro en la nación”, sentenció la dirigente.
Agregó que el Buró Nacional ha decidido otorgar la condición de “Jóvenes por la vida” a esas brigadas que se han activado de forma espontánea y creativa para ayudar a la recuperación del país.
“La batalla comenzó cuando decidimos hacer frente al SARS-coV-2, pero se mantendrá en todo este período de crisis que viene para los cubanos. El acompañamiento de los jóvenes estará siempre”, aseguró.
Miguel Espinosa Correa, administrador del organopónico, catalogó de muy útil la participación de la UJC en las dinámicas productivas de esta entidad, perteneciente a la Granja Urbana Pinar del Río.
“En estos tiempos de tanta humedad la yerba se desarrolla mucho más que los cultivos y se nos complejiza tener el trabajo al día. Un apoyo como el recibido hoy resulta decisivo para que mantengamos elevados nuestros niveles de rendimiento; especialmente ahora que algunos de nuestros trabajadores, de edades avanzadas, se hallan en sus casas para evitar posibles contagios debido a que padecen de enfermedades de base como la hipertensión y la diabetes”, explicó el directivo.
“Sería bueno que más jóvenes se motivaran a trabajar con nosotros y perdieran ese pánico que tienen respecto a la agricultura. Su aporte sería decisivo por tratarse de personas fuertes y llenas de energía”, opinó.
El organopónico Ingeniería 1, fundado en 1992, ha llegado a alcanzar un rendimiento de hasta 20 y 21 kilogramos por metro cuadrado, lo que le ha valido la categoría de quinta excelencia dentro del movimiento de la agricultura urbana. Actualmente tributa con sus suministros a una casa de abuelos y a ventas destinadas a la población.
“La máxima dirección del país nos convoca a producir viandas y hortalizas para el consumo nacional y no dudamos en responder. Aquí vinimos con nuestra alegría y entusiasmo a trabajar la tierra, lo cual nos permite fraternizar con otros miembros de la organización y conocernos mejor al tiempo que somos útiles”, expresó Jesús González Arronte, quien se desempeña como jefe del departamento de producción de la UEB La Conchita.
Hany Suárez Guzmán, especialista de comunicación de la dirección provincial de la brigada de instructores de arte José Martí, añadió por su parte:
“Creo que la juventud tiene que movilizarse con el objetivo de servir a la sociedad en este contexto tan complejo que nos ha tocado vivir. Nuestra brigada, por ejemplo, ha estado vinculada a las labores de construcción desarrolladas en el cuerpo de guardia y en la terapia intensiva del Hospital Pediátrico Pepe Portilla. Hoy acudimos a este organopónico donde se requieren nuestros esfuerzos y mañana haremos otro tanto, pues somos la vanguardia y así debe ser”.