Una atrayente idea cobra vida por estos días entre interesados en la historia de La Palma: la promoción en las escuelas de sus principales contenidos mediante el invento de una matriz multimedia. Acceder al conocimiento de la materia a partir de un juego electrónico, es la meta de quienes han puesto esta iniciativa en el centro de su entusiasmo y de su diario quehacer.
El proyecto, que se fragua en estos momentos —fruto de la colaboración entre el Museo Municipal y el programador independiente Yorjan Domínguez Cordero—, pretende solventar el problema que hoy día representa la prominencia de un enfoque tradicionalista en el abordaje de dicha disciplina. La extensión de la experiencia podría resultar vital para vencer en la guerra cultural permanente de que es objeto el país, destinada a ir despojando a la juventud de su identidad, en un proceso concebido como un lento pero indetenible goteo.
El llamado a olvidar la historia constituye uno de los ejes fundamentales en que se sustenta la campaña, que incorporó nuevos matices a partir de la aplicación por las administraciones norteamericanas del llamado Carril Dos. Forma parte, además, de los diversos manuales ideados por los “tanques pensantes” de la oligarquía estadounidense, cuyo fin es el derrocamiento de la Revolución Cubana por medios no convencionales.
El trabajo mancomunado entre el investigador Luis Martínez Cruz y el siempre inquieto informático, podría animar a otros territorios de la provincia y la nación a consumar el sueño que significa hacer divertida la enseñanza de la asignatura en las nuevas generaciones. Ciertamente, jugar con la historia parece de antemano una idea atrevida; pero, quién duda que ellas han hecho posible el avance de la humanidad.