El Dr., colega y amigo, Félix Julio Alfonso, ha dedicado varios espacios sobre los Leopardos de Santa Clara, quizás el equipo más poderoso que se haya desempeñado en la Isla, lleno de figuras emblemáticas, como el mismísimo Martín Dihigo (también fue su director) y tantos otros.
Hoy dedicaremos nuestro espacio a alguien poco recordado, pero que contribuyó de forma extraordinaria al buen desenvolvimiento de la pelota de aquellos tiempos y dirigió al excelente plantel. Me refiero a Julio Domingo Rojo, quien en sus años mozos se desempeñó en la receptoría, el cuadro y como jardinero. Bateaba a las dos manos.
Nació el 22 de mayo de 1894 en Sagua La Grande, antigua provincia Las Villas, y falleció el 27 de diciembre de 1958. Alcanzó 5’ 8” de estatura. Se destacó en la pelota de su localidad. Participó en veintiuna temporadas de la Liga Profesional Cubana y dos torneos independientes:
En 1918-1919 con el Cuban Stars (sin datos); 1919-1920, con el América (.155); 1920-1921, con el Bacharach (.286); 1922-1923, con el Santa Clara (.288); 1923-1924 (.320); 1923-1924, también con el Santa Clara pero del torneo independiente (.214); 1924-1925, alternando entre Santa Clara y Matanzas (.275); 1925-1926, con el Habana (.264); 1926-1927 (.321); 1927-1928 (.184); 1928-1929 (sin datos); 1929-1930 (.272); 1930 (.400); 1930, con el Habana del torneo independiente (.250); 1931-1932 (.243); 1934-1935 (.241); 1935-1936, con el Santa Clara (.212); 1936-1937 (.266); 1937-1938, alternando entre Habana y Marianao (.288); 1938-1939, con el Habana (.357); 1939-1940 (.154); 1940-1941, con el Santa Clara (.286) y 1941-1942, con el Habana (.130). Total, incompleto: en 1 329 veces al bate consiguió 344 hits para promedio de .259 con 171 anotadas, 41 dobles, 22 triples, 6 jonrones y 25 bases robadas.
Como director actuó en tres temporadas: 1936-1937, con el Santa Clara (2do.); 1937-1938, con el Habana (4to.) y 1940-1941 (2do.). Total: en 135 desafíos obtuvo un balance de 64-71 (.474). En 1926-1927 fue líder en triples (4) empatado con Francisco (Cuco) Correa del Cuba-Cienfuegos.
Asimismo, defendió la receptoría de los Leopardos de Santa Clara en varias ediciones, equipo que también dirigió:
El Santa Clara, dirigido por Julio Rojo alcanzó el subcampeonato con una virtuosísima faena del lanzador Raymond Jabao Brown que ganó 21 desafíos y solo perdió cuatro, además de promediar .311 con ocho extrabases.[1]
El Jabao no aceptaba las derrotas, sobre todo cuando no lo defendían sus compañeros, se sabía en perfectas condiciones y por encima de aquel nivel. Julio Rojo, en su condición de manager, se vio en una situación compleja después de perder el primer juego por un error. Veamos.
Brown se molestó muchísimo y dando pisotones en el suelo exigió lanzar también el segundo encuentro, que comenzaba diez minutos después, porque el primero se había demorado más de lo previsto. El dueño del Santa Clara, Emilio de Armas, me dijo que el manager Julio Rojo consultó con él y le dijo que no estaba dispuesto a arriesgar el brazo de su pitcher estelar simplemente por un juego. Pero Brown amenazó con abandonar la novena si no le permitían lanzar, así que no les quedó más remedio que ceder (…) Blanqueó al Habana y solo permitió cinco hits.[2]
También estuvo con el Habana en el desafío del 17 de octubre de 1930, en La Tropical, contra el Estrellas de Bancroft integrado por jugadores destacados de las Grandes Ligas. Participó, entre 1916 y 1930, en las Ligas Independientes de Color, conocida por Ligas Negras norteamericanas, con los equipos: New York Cuban Stars (1916), Havana Stars (1917), Cuban Stars East (1918-1919), Atlantic City y Bacharach Giants (1920-1922), Baltimore Black Sox (1923-1926) y New York Lincoln Giants (1927-1930). En 1 264 veces al bate consiguió 325 hits (.257) con 191 carreras anotadas, 87 impulsadas, 51 dobles, 14 triples, 6 jonrones, 53 bases robadas, 76 bases por bolas y slugging de .334.
Comenzó como receptor regular con el Cuban Stars de Alejandro Pompez en las pre Ligas Negras de 1916. Está considerado uno de los mejores receptores defensivos de aquel circuito, con un potente brazo. No se destacó por el poder al bate, pero alcanzó buenos promedios: 1921 (.224); 1922 (.333); 1923 (.316); 1924 (.309) y 1925 (.250). Según James A. Riley:
Fue veloz en las bases, al extremo de robarse la segunda, la tercera y el home sucesivamente, en un partido. No demostraba buena motivación para jugar y fue inconsistente. Jugaba bien fuerte, tirándose duro en las bases. Era capaz de retar a los jugadores que se tiraran duro en el home. A veces defendió la primera y la tercera base. En 1925 fue votado como el Más Popular, pero el próximo año tuvo varias indisciplinas, relacionadas con asistir al campo de juego después de ingerir bebidas alcohólicas…[3]
Jugador longevo, sus últimos momentos como pelotero fueron con el Partagás, del béisbol semiprofesional, a principios de la década del cuarenta. Fue coach del Cienfuegos en varias campañas. También dirigió el Norton de la liga semiprofesional. En 1937 guio al Estrellas Orientales que disputó el título de la Liga Dominicana, certamen ganado por el favorito Ciudad Trujillo.
Jugó con el Bacharach de las Ligas Negras Norteamericanas, a las órdenes de Rube Foster, que vino en el invierno a Cuba para juegos de preparación antes de los torneos oficiales de cada país. Pero fue tanta la admiración que despertó el equipo, lleno de luminarias, que fue aceptado por primera ocasión para jugar en 1920-1921 en la Liga Profesional Cubana.
Estuvieron corto tiempo, pues varios de sus jugadores se marcharon a sus países y por eso quedaron en el último lugar, con balance de 4-27, incluidos algunos forfeits. Rojo se desempeñó en Venezuela, en la Liga de Caracas con el Santa Marta (1932) y en la de Maracaibo con el Gavilanes (1934). También jugó en tres campañas de la Liga Mexicana, entre los años 1938 y 1941, con los equipos Río Blanco Cidosa (1938), Águila de Veracruz (1939) e Industriales de Monterrey (1941).
Su hijo, el derecho Julio Rojo, hace años emigró del país. Se desempeñó en las Series Nacionales durante diez temporadas, con equipos de la capital. Ganó 71 juegos y perdió 39, para un promedio de .675 y 2,06 carreras limpias permitidas.
(Con documentación de Félix Julio Alfonso, Jorge Figueredo, James A. Riley, Peter Bjarkman, Severo Nieto, Javier González, Carlos Figueroa, James D. Cockroft, Ángel Torres, Roberto González Echevarría, Gabino Delgado, Raúl Diez Muro, Seamheads.com. Negro leagues DataBase, Alfredo Santana, Martín Dihigo y otras fuentes).
[1] Félix julio Alfonso López: Leopardos de Santa Clara, un equipo inmortal. Periódico Juventud Rebelde, domingo 12 de julio de 2020, p. 15.
[2] Roberto González Echevarría: La gloria de Cuba. Historia del Baseball en la Isla. Editorial Colibrí. Madrid, España, 1999, p. 452.
[3] James A. Riley: Biographical Encyclopedia of the Negro Baseball Leagues. Carroll & Graf Publishers, Inc. New York, USA, p. 681.