Al analizar la base de datos de huracanes del Atlántico vemos que, varias veces, junio se ha ido sin tormentas tropicales, esos ciclones de núcleo caliente cuyos vientos medios máximos en superficie son de 63-118 kilómetros por hora. Ha habido años, como el 2017 y el 2020, en que se han formado dos tormentas en el primer mes de la temporada ciclónica.
Ahora bien, tres tormentas nombradas en junio es caso raro. Ello solo ha ocurrido en dos años desde 1966, es decir, en la era de los satélites geoestacionarios.
En junio de 1968 se originaron Abby, Brenda y Candy. Las dos primeras se convirtieron en huracanes, y Abby, antes de ser huracán, cruzó el extremo occidental de Cuba. Las tormentas tropicales Bill, Claudette y Danny surgieron en el sexto mes del presente año (ninguna se transformó en huracán). Danny se movió ayer sobre la parte sur del estado de Carolina del Sur.
Apunten lo siguiente: las tormentas A, B, C y D del 2021 se formaron, al igual que las del 2020, antes del primero de julio.
Después de Danny, Elsa
En julio, entre el noroeste de África y el arco volcánico de las Antillas Menores, una perturbación atmosférica puede volverse ciclón tropical si encuentra aguas superficiales cálidas, elevada humedad y una débil cizalladura vertical del viento. Los ciclones que surgen en esa región suelen desplazarse hacia el oeste y el oesnoroeste.
La próxima tormenta de la cuenca atlántica será nombrada Elsa.