“Pronosticar para un continente es fácil, porque el clima es muy estable, pero el trópico necesita vigilancia todo el tiempo, sobre todo en una isla. Cuántas veces pasa que en Pinar del Río te levantas con el cielo despejado y en la tarde tienes una tormenta local severa”.
Con el máster en Ciencias Meteorológicas Alfredo Victorero Hernández, especialista principal del Departamento de Pronósticos de la provincia, conversamos a propósito de que resultara Pinar del Río entre las de mejores indicadores el pasado año, junto a Cienfuegos y Las Tunas.
Y no es casualidad que se hayan alcanzado tales resultados, pues muchos factores hacen posible que, a pesar de las dificultades, el sistema meteorológico del país, y en especial de este occidental territorio mantenga un desempeño loable.
LO QUE NOS HACE FUERTES
“Tenemos varias fortalezas, primero es la estabilidad del colectivo de trabajo y la experiencia de los meteorólogos del centro. Eso a pesar de que la plantilla se ha visto reducida debido a causas que conocemos todos de emigración, envejecimiento y de que percibimos un salario igual al del cubano promedio, que no cubre las expectativas.
“Tratamos de captar jóvenes, pero es difícil. Hemos recontratado a tres que llegaron a la edad de la jubilación, pero como han pasado toda su vida trabajando en Meteorología conocen bien la climatología de Pinar y los cambios a través de la historia. Entonces tienen buen conocimiento de la materia y ello posibilita que los pronósticos sean bastante certeros.
“En segundo lugar, existen muchos modelos de pronósticos, unos para el Caribe, otros para nuestra cuenca y nuestra área, incluyendo los modelos ajustados en el Centro de Física de la Atmosfera de Cuba, pero no todos manejan las condiciones de igual manera.
“Lo bueno de todo ese caudal de modelos es que con el tiempo aprendes a diferenciar y a escoger el que vas a usar para las distintas variables (el viento, la lluvia, las temperaturas, la humedad…), y esa es otra de las fortalezas que tenemos en Pinar del Río.
“En todo este tiempo nos hemos dedicado a ir descartando los que no son de gran utilidad. También la climatología cambia, y hay modelos que en su momento fueron muy buenos y ya hoy no son tan efectivos. Esos estudios nos han ayudado a que la efectividad del pronóstico esté entre las mejores de Cuba”, explica Victorero Hernández.
En el país existen siete radares meteorológicos, que según el especialista se solapan unos con otros para no dejar espacios vacíos. El radar de La Bajada, ubicado en el cabo de San Antonio, es uno de esos centinelas que contribuye a que hoy la provincia ostente tan buenos indicadores.
“Dedicamos bastante tiempo a estudiar los patrones atmosféricos que el radar puede identificar y cómo esos patrones pueden, o no, convertirse en un peligro. Además, monitoreamos los cambios de la atmósfera constantemente para poder pronosticar lo que va a suceder al día siguiente.
“Es un radar que se ha calibrado y tiene buena calidad, es uno de los mejores de Cuba, pero que cuenta con un capital humano que labora allí desde su formación, y de eso depende también la calidad en los pronósticos y el dato meteorológico correcto”.
Resalta Victorero Hernández que para obtener un pronóstico acertado influye mucho la labor de las estaciones meteorológicas, que en Pinar del Río son siete: La Ceniza, San Juan y Martínez, Isabel Rubio, Paso Real de San Diego, La Palma, Santa Lucía y Cabo de San Antonio, esta última de intercambio regional y mundial.
“Es posible que lo que pasó ayer, por ejemplo, se parezca a lo que pueda pasar mañana si no viene un cambio en la sinóptica de la zona, o sea, si no viene un frente frío o una baja extratropical. Eso se llama pronóstico de persistencia, y sale de un dato que se emite desde las estaciones. Si la calidad del dato está mal, entonces traerá un ruido, y ese ruido provoca que te desvíes de lo que pueda estar correcto”.
SIN TEMOR A EQUIVOCARSE
Con 25 años de trabajo en el Centro de Meteorológico Provincial y la oportunidad de haber estudiado en diferentes partes del mundo, Victorero asegura que el meteorólogo trabaja por pasión y que los proyectos de investigación son esenciales para crecer en todos los aspectos.
“Ahora estamos enfocados en un proyecto, a pedido de la Organización Meteorológica Mundial, sobre los pronósticos de impacto. Por ejemplo, no es solo el hecho de prever la lluvia que va a caer en un lugar, sino qué va a pasar con esa lluvia, y entonces llevar esa información a escalas tan regionales como distritos, municipios, basándonos en los pronósticos de estudios de peligro, vulnerabilidad y riesgo que se han hecho a través de los años.
El estudio y la investigación no deben faltarle a un meteorólogo. Es un trabajo diario; sin embargo, veces no se queda bien con el público, ¿no es así?
“De un día para otro puedes pronosticar que habrá altas probabilidades de que existan tormentas locales severas, viento fuerte, caída de granizo y ahí vas a acertar, donde no vas a acertar es en qué lugar de Pinar del Río.
“El ser humano se ha vuelto cada vez más exigente y ya hoy en día quieren que les digas la cantidad de lluvia que va a caer en el techo de su casa, y esa exigencia nos ha puesto a trabajar mucho más, de ahí la eficiencia y los resultados que mostramos.
“Pero siempre hay margen de error, todo tiene un soporte matemático, físico, geográfico, y todo eso influye en que un pronóstico se pueda mover”.
Aunque no podían faltar los ciclones en el diálogo, y del impacto que han tenido en la vida de los pinareños, Victorero aporta un dato muy peculiar:
“Los fenómenos meteorológicos que más daño han provocado en Pinar del Río no han sido ciclones tropicales. Por ejemplo, tenemos lo que muchos llamaron la tormenta del siglo, que inundó la provincia, y fue un frente frío.
“Aquello era una línea prefrontal activa que anticipaba el frente. Se esperaba solo un ligero descenso de temperaturas y alguna lluvia, y los embates fueron graves. Vientos, inundaciones…un desastre.
“Recuerdo que en medio de todo aquello, las temperaturas bajaron mucho, fue un cambio muy brusco. Las personas llamaban mucho al centro asustadas porque las paredes sudaban.
Son fenómenos que no ocurren muy periódicamente. Las líneas de tormentas pre frontales son muy difíciles, sobre todo cuando se activan en el Golfo de México, porque pueden ocasionar lluvias muy fuertes.
“Lo otro han sido sistemas débiles, y el ejemplo está con Alberto, que era una tormenta tropical. La población estaba adaptada a que los ciclones tropicales eran lo más peligroso, pero el tiempo en los últimos 20 años se ha vuelto más extremo, entonces cualquier fenómeno que se forme en el trópico, en una tarde, puede provocar daños muy severos. Recordemos el tornando en La Habana.
“Nadie quiere equivocarse en un pronóstico, incluso cuando te equivocas mucho te baja hasta el salario, porque tenemos un índice que varía en dependencia de la época del año. No obstante, nunca en Pinar del Río nos hemos quedado por debajo de ese parámetro”.
Como bien dice este meteorólogo en su espacio en el telecentro provincial, el empeño de todo el equipo del departamento de pronósticos en Pinar del Río está en ir, siempre, “justo a tiempo, con el tiempo”.