Cierto es que la judoca Kaliema Antomarchi terminó hoy sin presea olímpica, pero también es verdad que merece las palmas y bien sonadas, ya que demostró en cada uno de sus combates la garra de los deportistas cubanos ante sus rivales, todas medallistas mundiales.
Desde el primer pleito y hasta el último, con escenario en el Nippon Budokan, la santiaguera Kaliema Antomarchi, de los 78 kilogramos (kg), 33 años de edad y dueña del bronce en la cita del orbe de 2017, no dejo margen a la duda de cuanto hizo por hacer realidad su sueño, un lauro bajo los cinco aros.
Sus respuestas a los periodistas que la esperaban en la zona mixta también fueron un reflejo de lo que se vivió en las jornadas de la mañana y la tarde, un largo camino lleno de emociones para quienes la seguimos en cada una de sus presentaciones en los tatamis, la última de estas frente a la alemana Anna-María Wagner, campeona mundial 2021.
Primero superó por Wazari a la croata Karla Prodan (Soto-makikomi-4.24 minutos), campeona mundial cadete 2015 y campeona mundial juvenil 2018, y después perdió por Ippon ante la francesa Madeleine Malonga (Ko-uchi-gari a los 5.30 minutos), campeona mundial 2019 y subtitular mundial de 2020.
Así las cosas, venció en la repesca por Ippon (Harai-makikomi-8.01 minutos) a la holandesa Gussje Steenhuis, plata mundial de 2018 y bronce mundial de 2021, pero por el bronce cayó por Wazari (Uchi-mata, tiempo en tiempo reglamentario) frente a Wagner.
Por supuesto que la expresión de su cara no era de alegría total, pero se mostró un tanto orgullosa con su desempeño, el quinto lugar olímpico.
“Como todo atleta, no estamos conformes nunca con el resultado, siempre aspiramos tener una medalla aquí, ya que eran mis primeros Juegos Olímpicos y últimos. Me esforcé y di lo mejor de mí en cada combate, pero al final no pudo salir el resultado, pero igual estoy muy contenta con mi quinto lugar”.
Sobre el pleito contra la alemana explicó “en realidad con esta atleta siempre habíamos tenido combates muy difíciles y en mi última gira me ganó en los últimos segundos. Hoy estoy contenta porque di un buen combate. Me siento orgullosa de mí”.
“Estos Juegos Olímpicos fueron un poco complejo por las características que han tenido por la situación de la COVID-19 y los pocos topes de preparación que hemos tenido este año. Llegar aquí y estar combatiendo con las mejores del mundo e incluso llegar a la Regla de Oro y lograr ganar me deja muy satisfecha”.
En relación con el pleito contra la francesa Malonga expresó “en realidad llegué con una sola meta, ganar el combate, no me interesaba otra cosa, todos los títulos, nada, yo solo salí a buscar la victoria. Creo que lo di todo, lo mejor posible para lograrla al final”.
Agregó que este quinto puesto representa mucho para ella, pero “indiscutiblemente mi bronce mundial es la medalla que me hizo llegar aquí, pues cuando pensé dejarlo todo y rendirme, esa medalla me dio fuerza para seguir adelante”
En cada combate “siempre tengo presente a mi familia, mi mamá, mi abuela, muchísimas personas detrás de este resultado, personas que no se ven, que no se saben, mis compañeras de entrenamiento, del equipo femenino, del masculino, sus colectivos de trabajo. Quiero agradecerle por la confianza que tuvieron en mi para esta competencia”.
Sobre su retiro señaló “yo soy una atleta inconforme, no me gusta quedarme con ese gustico de poder alcanzar la medalla. Si en el día de hoy hubiese terminado con una medalla, es posible que la historia fuera diferente, pero pienso seguir por ahora, hasta los Juegos Centroamericanos y del Caribe”.
Mañana debe llegar la primera medalla del judo cubano, cuando entren en acción Idalis Ortiz (más de 78 kg), multimedallista olímpica (1-1-1) y primera del ranking bajo los cinco aros, y Andy Granda (más de 100 kg).