La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, avanza hoy sin contratiempos hacia la nominación del Partido Demócrata, ocho días después de asumir el reto de tratar de vencer al republicano Donald Trump en noviembre.
Tras la salida de la carrera por la reelección, el presidente Joe Biden dio su apoyo a Harris con la seguridad de que ella está calificada para ocupar el máximo puesto del país.
Harris logró recaudar 200 millones de dólares en la primera semana de campaña, un número récord, y sumó unos 170 mil voluntarios cuando faltan apenas 100 días para la cita de los votantes en las urnas.
Al anunciar el conteo total de los fondos la víspera, el equipo de Harris dijo que la mayor parte de las donaciones, el 66 por ciento, salieron de los bolsillos de contribuyentes primerizos en el ciclo electoral de 2024.
Según escribió en un memorando Michael Tyler, director de comunicaciones de la campaña, “el impulso y la energía de la vicepresidenta Harris son reales (…), esta elección será muy reñida y se decidirá por un pequeño número de votantes en tan solo unos pocos estados”.
El candidato a la vicepresidencia en la fórmula de Trump, JD Vance, admitió ayer en Waite Park, Minnesota, que Harris “ha recibido un pequeño empujón desde su presentación”, aunque, según él, pronto se disipará.
Sin embargo, Word In Black, un sitio web digital que agrupa a 10 periódicos negros locales, fundado tras el asesinato por la policía de George Floyd (2020), aseguró que el entusiasmo que está generando Harris no se había visto desde la histórica campaña de Barack Obama en 2008.
Harris tiene credenciales impresionantes: exfiscal de distrito de San Francisco, exfiscal general de California, exsenadora de los Estados Unidos, actual vicepresidenta, recalcó el texto.
Su historia personal (hija de padres inmigrantes activistas, graduada de la Universidad Howard, la primera mujer negra en ocupar un cargo electo a nivel estatal en California) es convincente, añadió.
Además, explicó, es una defensora intrépida de los derechos civiles y ha abogado por la reforma del sistema legal penal, el acceso a la atención médica y la inversión en comunidades desatendidas.
“Gente como yo que estamos desilusionados con el Partido Demócrata en varias cuestiones, entre ellas el tema Palestina, votaremos por ella y salimos para registrarnos”, comentó a Prensa Latina en diálogo telefónico P Bisset, residente en Nueva York.
Precisó que “Harris tiene una larga historia de apoyar a políticas que son incluso más progresistas que la línea del partido”, concluyó.
La exfiscal, de 59 años, abrió con buen pie este nuevo reto que la enfrentaría, de ser finalmente nominada, al exresidente, de 78, lo que augura una de las campañas más feroces quizás en la historia electoral de Estados Unidos.