Desde hace solo un año, Karla Pérez Rubier dejó su habitual rutina de vida en los salones de estomatología. Esta jovencita, de apenas 22 años, optó por la práctica del fisiculturismo como una razón más para entregarse en cuerpo y alma a una actividad que, confiesa, le ha robado el corazón y sus horas.
Karla es muy presumida, y casi por embullo llegó hasta el oasis que significa para ella el gimnasio Coliseo, ubicado en el mismo centro de la ciudad vueltabajera. En el sitio, más que ejercitar el cuerpo, alcanzar masa muscular y moldear la forma de su cuerpo, aprendió a cambiar sus hábitos de vida, a emprender, a tener metas por las cuales luchar.
Amante de la lenteja con pollo y la tranquilidad de su familia, se declara una Tauro empedernida. Nada la perturba, a menos que sea no cumplir con las indicaciones de su mentor y dejar de venir un día a sus habituales prácticas del fitness.
Para todos fue una sorpresa verla elegir esta nueva actividad, en cambio ella declara que su atención se la robó la nueva oportunidad de superarse a sí misma. La posibilidad de comerse los hierros literalmente.
“Me llamaron la atención dos cosas principalmente, una, la oportunidad de superarme en la búsqueda de un objetivo, dos, la belleza estética creada por el ejercicio. Este último factor es muy importante para nosotras las mujeres”.
Sin embargo, contrario a lo que muchos piensan del “gym”, Karla fue en busca de una forma de vida. No el mero espacio de pasar el tiempo, y créanme, que lo ha ido logrando con los cambios evidentes que hoy experimenta su cuerpo y mente.
“El culturismo es un modo de vida más que todo. Tiene rutinas bien establecidas, y a diferencia de otros deportes puede practicarse en la mayoría de los casos por toda la vida. Es admirable ver personas que, incluso con más de 70 años, aún practican el culturismo”.
Quizás esta filosofía sea un poco pretenciosa, pero una vez que te atrapa no hay forma de salir de ella. La práctica asesorada del ejercicio físico en las personas que, como Karla, se entregan en cuerpo y alma llega en modo de transformación inmediata.
“El gimnasio ha sido un antes y un después en mi vida. El deporte de manera general trae consigo rutinas disciplinares arduas y el culturismo competitivo específicamente. Además de las rutinas de entrenamiento, ocupa tiempo en las prácticas de poses y una dieta que es única, específica de este deporte, por lo tanto, el cambio es radical. En mi caso lo he asumido, más que todo, con una responsabilidad muy clara”.
Acercarse al gimnasio de mayor popularidad por los jóvenes y no tan jóvenes que tiene la ciudad fue la oportunidad de hacer una familia. Es hoy el Coliseo ese sitio donde Karla no puede dejar de ir, al menos dos veces, y hasta más al día.
“En el gimnasio lo disfruto todo, desde el duro entrenamiento hasta las amistades que se hacen en él. Es un lugar especial en mi vida ahora mismo.
“A este lugar le agradezco que este deporte acaba dejándote más organizada y responsable en la vida, lo cual incluye también la faceta profesional. Porque aquí no solo se aprende de rutinas, ejercicios específicos y esas prácticas habituales de los fitness, se crea una familia indestructible, a prueba de todo”.
Sus cualidades como practicante la hicieron ser seleccionada para representar al “Coliseo”, y en especial a Pinar del Río, en el Campeonato Nacional Clásico Cubano de Fisiculturismo 2023.
“Representar a mi provincia natal en el torneo nacional es una oportunidad muy grande. Genera cierta ansiedad, pero hasta eso se disfruta. Soy muy competitiva en todos los aspectos de mi vida. ¡Y nada mejor que competir por mi tierra, por mi equipo, por mis entrenadores, que sin ellos nada hubiera sido posible!”.
La competencia es una oportunidad de visualizar cuánto, desde los emprendimientos locales con una mirada a futuro y social, se puede hacer por la gente. En el “Coliseo” se les abrió las puertas para que Vueltabajo pueda competir y mostrar las potencialidades de los nacidos en esta tierra.
“Es el primer campeonato en el que participaré, pero la meta es vencer, siempre es importante salir a darlo todo. No me imagino siendo una más. Entreno dos veces al día, tengo una atención de mis entrenadores esmerada, y eso no puede retribuirse de otra forma que no sea con sacrificio y entrega”.
Karla aprovecha y se seca el sudor, saca una toalla blanca. Se mira en el espejo, y claro, uno no hace otra cosa que admirar su belleza. Es fenotípicamente impresionante la transformación, cual metamorfosis ajustada a la belleza de ahora. Al verla así, tan dispuesta, desinhibida y con porte delante del espejo del “Coliseo”, uno entiende, que tanto para ella como para las personas que le acompañan, ha valido la pena.
“Tengo una relación de hace cuatro años. Mi esposo Alexander es un pilar muy grande para mí. Su apoyo ha sido excepcional, comprensivo, acompañándome en este proceso, nunca me ha soltado de la mano. Tenemos una relación muy madura y él sabe que lo amo, claro, sin su compañía, paciencia y tolerancia, ante todo, nada de esto hoy hubiera sido posible”.
Las mujeres en la actualidad han acaparado los espacios de entrenamiento en la ciudad. Van de todas las edades, pareciera que el gimnasio es como el espacio terapéutico para ponerse en forma, pero no solo físicamente, sino espiritualmente.
Sin embargo, todavía existe el tabú de que más jovencitas no lleguen a estos sitios, por los complejos de transformar su imagen más a los valores estéticos del hombre. Esto nunca ha sido una limitante para ella, capaz de alzar las pesas con soltura, al mismo tiempo que se maquilla y pinta los labios con la destreza de una bailarina.
“El mensaje al público femenino es que el culturismo tiene varias categorías. Y siempre podrán optar por alguna de ellas. Existen algunas que exigen más masa muscular como el bodybuilding y otras mucho menos como el bikini. En la que yo participo específicamente es la categoría Wellness”.
“Es una categoría que premia más el desarrollo muscular de las piernas y glúteos. En la actualidad, el mundo deportivo se ha abierto de manera exponencial para las mujeres, incluso, ya existe boxeo femenino y lucha. Es muy importante la inclusión de todas nosotras. El deporte es un arma de inclusión”.
Así de inclusiva y desprovista de moldes o esquemas, es esta belleza de mujer que representará desde este 19 de noviembre a Pinar del Río en el certamen nacional. Es valiente y vencedora de cualquier estereotipo sexista.
Sabe que las mujeres en esta Isla pueden lograr cada reto que se impongan, aunque para ello tengan que levantar en peso una muralla. Para eso se prepara, para derribar todo lo que no la deje ser feliz. Por eso defiende con fuerza, el derecho a soñar desde el salón del gimnasio con una mente sana en un cuerpo bello y ágil.