Con trece tormentas nombradas registradas (récord) culminó la primera mitad de la temporada ciclónica del 2020. Cuatro tormentas se transformaron en huracanes y, de estos, solo uno fue de gran intensidad. La pequeña depresión tropical Diez se desplazó entre el archipiélago de Cabo Verde y las costas de Senegal y Mauritania. La depresión Quince surgió ayer a varias millas al sur-suroeste del cabo Hatteras.
De los quince ciclones tropicales vistos entre el 16 de mayo y el 31 de agosto, siete (47 %) tocaron tierra en los Estados Unidos contiguos. El huracán Laura —el más intenso— golpeó severamente Luisiana; penetró en ese estado norteamericano siendo de categoría 4.
En Cuba incidieron, de forma directa o indirecta, las tormentas Cristóbal, Marco y Laura y el huracán Isaías.
El más activo mes
La actividad ciclónica suele incrementarse en el Atlántico norte en septiembre. En el período 2017-2019, en agosto se formaron nueve tormentas, y en septiembre, dieciocho.
Ahora, las aguas son cálidas o muy cálidas en las zonas donde comúnmente se gestan depresiones y tormentas en el cuarto mes de la temporada: las temperaturas de la superficie del mar son de 27-31 grados Celsius. Continúan las condiciones neutrales de El Niño/Oscilación del Sur.
¿Se formarán Nana, Omar, Paulette y René en septiembre? Es probable. ¿Habrá huracanes? Por supuesto que sí. ¿Dos o tres ciclones simultáneos? Tal vez. Ah, no olviden que con muchos días de anticipación no es posible predecir, específicamente, dónde y cuándo se originará una tormenta tropical.