Los comportamientos en la adolescencia pueden ser confusos y frustrantes para los adultos. Pero muchos de ellos ocurren por una razón y son señales de crecimiento hacia la edad adulta. Nuestros hijos están viviendo un periodo único en la vida que les definirá para siempre, un momento irrepetible. Una fase necesaria para llegar a la edad adulta donde se encontrarán como persona y conocerán sus límites y posibilidades.
Sin embargo, no todo consiste en la ilusión de afrontar descubrimientos asombrosos, ya que les genera mucha frustración el no poder definir claramente su identidad o creer que estaba definida y descubrir que no es así. Los adolescentes pueden reaccionar con irritabilidad e inseguridad ante estas situaciones, pero estos sentimientos no deben ser un gran problema si los padres mantenemos un cierto nivel de calma y una adecuada comunicación con nuestros hijos.
Es de gran ayuda utilizar los mismos canales de comunicación que ellos usan, porque así conoceremos perspectivas de sus vidas que hasta ahora permanecían ocultas y podremos iniciar una comunicación más rica y efectiva. Debemos comprender que están en la época en la que más ayuda necesitan de nosotros, aunque paradójicamente es el momento en el que más la rechazan.
Mantener con nuestros hijos un diálogo basado en la confianza hace que podamos saber quiénes son sus amigos, con quién se relacionan y qué tal se sienten con dicha relación.