En la zona sur del océano Atlántico existe un área en la que la radiación supera a la del resto del planeta. Esta curiosa circunstancia, que es completamente natural y en la que no ha intervenido la mano del hombre, está relacionada con los Cinturones de Van Allen, que forman la cúpula que protege la Tierra, de los que ya te hablamos en Supercurioso. La anomalía del Atlántico Sur (SAA, por sus siglas en inglés) es una región peculiar y fascinante del campo magnético terrestre.
Ubicada entre América del Sur y África, esta área presenta un debilitamiento significativo del campo magnético. Este fenómeno geomagnético intriga a los científicos y plantea importantes desafíos para la tecnología espacial y la navegación global.
¿Qué es la anomalía del Atlántico Sur?
Los Cinturones de Van Allen son unos anillos de radiación que rodean la Tierra. Forman parte de la magnetosfera y protegen a nuestro planeta de los vientos solares que llegan cargados de partículas de alta energía, ya que las retienen para que no nos alcancen.
Son dos Cinturones, el interior y el exterior. El interior, que es el que nos interesa para conocer la anomalía del Atlántico Sur, está entre 1.000 y 5.000 km. de la superficie terrestre. En esta zona sur del océano Atlántico los Cinturones de Van Allen se encuentran únicamente a 400/500 km. Debido a ello, la radiación en esta región es más elevada que en el resto de lugares del planeta.
Los científicos explican que este hecho se debe a la inclinación de la Tierra. Existe una depresión en el campo magnético de nuestro planeta justo en esa región debido a que el centro magnético de la Tierra y su centro geográfico no coinciden; el magnético está desviado unos 450 km. del geográfico. Como el campo magnético es más débil, la repulsión de las partículas atrapadas en el Cinturón de Van Allen es menor y penetran más cerca de nuestra atmósfera.
La SAA es un área de interés continuo para la investigación científica, ya que su expansión y profundización ofrecen pistas sobre los procesos dinámicos en el núcleo de la Tierra que afectan el campo magnético global. Los científicos utilizan modelos como el Modelo Magnético Mundial (WMM) para monitorear y predecir los cambios en esta región, lo cual es esencial para mitigar sus impactos en la tecnología espacial y las comunicaciones.
Origen y evolución de la anomalía
Son dos Cinturones, el interior y el exterior. El interior, que es el que nos interesa para conocer la anomalía del Atlántico Sur, está entre 1.000 y 5.000 km. de la superficie terrestre. En esta zona sur del océano Atlántico los Cinturones de Van Allen se encuentran únicamente a 400/500 km. Debido a ello, la radiación en esta región es más elevada que en el resto de lugares del planeta.
Los científicos explican que este hecho se debe a la inclinación de la Tierra. Existe una depresión en el campo magnético de nuestro planeta justo en esa región debido a que el centro magnético de la Tierra y su centro geográfico no coinciden; el magnético está desviado unos 450 km. del geográfico. Como el campo magnético es más débil, la repulsión de las partículas atrapadas en el Cinturón de Van Allen es menor y penetran más cerca de nuestra atmósfera.
La SAA es un área de interés continuo para la investigación científica, ya que su expansión y profundización ofrecen pistas sobre los procesos dinámicos en el núcleo de la Tierra que afectan el campo magnético global. Los científicos utilizan modelos como el Modelo Magnético Mundial (WMM) para monitorear y predecir los cambios en esta región, lo cual es esencial para mitigar sus impactos en la tecnología espacial y las comunicaciones.
El origen de la Anomalía del Atlántico Sur (SAA) se encuentra en los complejos procesos que ocurren en el núcleo de la Tierra. El campo magnético terrestre es generado por el movimiento de hierro líquido en el núcleo externo, un fenómeno conocido como geodinamo. Este movimiento crea corrientes eléctricas, que a su vez generan el campo magnético. Sin embargo, este proceso no es perfectamente simétrico, lo que resulta en variaciones en la intensidad del campo magnético en diferentes regiones del planeta.
En el caso de la SAA, se ha observado que el campo magnético es notablemente más débil entre América del Sur y África. Esta debilidad permite que el cinturón de radiación de Van Allen, una zona donde se concentran partículas cargadas de alta energía, se acerque más a la superficie terrestre en esta región. Como resultado, se incrementa la radiación ionizante que afecta a los satélites y otros dispositivos electrónicos que orbitan la Tierra.
La evolución de la SAA es igualmente intrigante. Estudios recientes indican que esta anomalía se está expandiendo y profundizando. Los datos recopilados por la Agencia Espacial Europea (ESA) y otras organizaciones muestran que la anomalía se desplaza hacia el oeste a un ritmo de aproximadamente 20 kilómetros por año. Este movimiento continuo sugiere que los procesos en el núcleo de la Tierra que generan el campo magnético están cambiando de manera dinámica.
Además, las mediciones más recientes del Modelo Magnético Mundial (WMM) revelan que el área afectada por la SAA ha aumentado un 5% en los últimos tres años. Este crecimiento tiene implicaciones significativas para la tecnología espacial y la navegación global, ya que un área más extensa de debilitamiento magnético puede afectar a un mayor número de satélites y sistemas de comunicación.
Consecuencias de la SAA
La existencia de esta anomalía ha causado cierta alarma en los países que quedan bajo ella, como son Brasil, Argentina, Uruguay o Paraguay. Esto por el miedo a que esa radiación pudiera ocasionar mutaciones o enfermedades a las personas que están expuestas a ellas.
Los científicos en general niegan esta posibilidad, pero en algunos lugares el temor persiste, ya que sí ha producido alteraciones en algunos equipos electrónicos, de telecomunicaciones e incluso en GPS.
A quien afecta realmente la anomalía del Atlántico Sur es a los satélites y naves espaciales que orbitan la Tierra con inclinaciones entre 35º y 60º, puesto que sus órbitas los hacen cruzar la anomalía periódicamente y quedan a merced de la fuerte radiación, aunque sea por un corto espacio de tiempo.
Esos minutos son suficientes para dañar sus equipos y componentes y las agencias espaciales lo tienen en cuenta. La Estación Espacial, por ejemplo, fue dotada de un blindaje extra para aguantar su paso por la AAS y el telescopio Hubble no hace observaciones cuando cruza la zona excepto, y en contadas ocasiones, con un gran angular.
La Anomalía del Atlántico Sur no permanece inmutable, sino que los científicos han observado que su frontera varía y creen que esto se debe a una debilitación del campo geomagnético. Esto se traduce en un acercamiento a la superficie terrestre del cinturón interior de Van Allen y, por tanto, un aumento proporcional de radiación, aunque es tan mínimo que no creen que ni a corto ni medio plazo llegue a afectar realmente la vida en nuestro planeta.
Publicado por: https://supercurioso.com/anomalia-del-atlantico-sur/