Volveremos esta vez sobre otra rastra improvisada con función de tribuna, no estará la misma gente de aquella noche del 17 de enero del año de la luz para la Mayor de las Antillas, pero sí será en igual punto de la ciudad pinareña donde, con el afán de recordar, de dar vida a la historia que nos pertenece, un grupo de jóvenes de esta tierra volverán a escuchar al líder que nunca se olvidó de Pinar del Río.
Por aquel año ´59, cuando recién se estrenaba la Revolución cubana, hubo quien sugiriera que antes de llegar a La Habana Fidel viniera a Pinar del Río, pues “tal era el fervor revolucionario de esta provincia, tan grandes sus méritos en la lucha, que durante el trayecto entre Oriente y La Habana llegaron las insinuaciones de numerosos compañeros”, así lo contó el propio Comandante, por lo que nada detuvo a la Caravana de la Libertad hacia estos lares.
No fue aquel, precisamente, el día más indicado para salir de recorrido, pues no eran las mejores condiciones de salud las que tenía; no lo acompañaban las mismas fuerzas que le permitieron desafiar los picos de la Sierra Maestra, esta vez -como a cualquier ser humano- malestares físicos le aquejaban; sin embargo, el viaje a la más occidental provincia era inminente porque un pueblo de corazón abierto como el nuestro no se le dejaba esperando.
Aún retumban bajo el cielo de la calzada vueltabajera, en la intercepción de las calles Rafael Ferro y Martí, las palabras del más grande de los barbudos y las exclamaciones de todo el pueblo, que atento al discurso pronunciado, presagió un camino difícil, pero de cosechas innegables.
Este martes 17 de enero volverá un sábado de euforia, en la que se darán cita los que han hecho posible en creencias y acciones que podamos contar, como lo expusiera el propio Fidel, con una nación madura, una nación y un pueblo que ha evolucionado extraordinariamente y es que hay una verdad irrefutable en su pensamiento: “Si hemos llegado hasta aquí, ¡pues vamos a seguir adelante!”.
Otra vez, a años de la multitudinaria concentración, en la entrada misma de la ciudad, volverán los aplausos al rememorar aquel insigne 17 de enero. Las manos se alzarán para agradecer lo que se ha logrado, para defender nuestras conquistas y trazar estrategias a favor del bienestar colectivo, pero, sobre todo, para revivir las palabras que emitiera el gran líder de la Revolución cubana bajo este mismo cielo, “yo sigo creyendo en el pueblo, ¡en este pueblo!”.