La casa de los padres: es la única casa a la que puedes ir decenas de veces sin invitación. La única casa donde puedes poner la llave en la puerta y entrar directamente. La casa que tiene ojos amorosos que miran fijamente la puerta hasta que te ven. La casa que te recuerda tus días sin preocupaciones, la estabilidad y tu felicidad durante tu infancia.
La casa en la que tu presencia y la mirada en los rostros de tu madre y tu padre es para ti una bendición y tu conversación con ellos es una recompensa. La casa que si no vas, el corazón de sus dueños se encogerá. La casa en la que se encendieron dos velas para iluminar el mundo y llenar tu vida de felicidad y alegría.
La casa donde la mesa del comedor es pura para ti y no tiene hipocresía. La casa que si llega la hora de la comida y no comes, el corazón de sus dueños se romperá y enfadará. La casa que te ofrece todas las risas y felicidad. Oh niños, averigüen el valor de estas casas antes de que sea demasiado tarde. Afortunados son aquellos que tienen la casa de sus padres para ir.