PINAR DEL RÍO.–Al frente de una brigada de 20 hombres, Osmani Abreu dirige el anclaje de las 808 bases que requiere la segunda zona del parque fotovoltaico de la Empresa Pesquera Industrial La Coloma (Epicol).
Es la primera vez que asumen este tipo de obras, pero asegura que todo se ha hecho siguiendo el proyecto, con los materiales que lleva.
Cuenta que antes habían trabajado en la primera zona, bordeando una de las naves de la unidad empresarial de base (UEB) Extractiva, en la que ya fueron colocados los más de 600 paneles encargados de transformar la luz solar en energía limpia.
Con esta valiosa iniciativa, la mayor empresa pesquera de Cuba y una de las más grandes de América Latina trata de compensar una parte de la electricidad que consume. Así no solo confirma su compromiso con el medioambiente, sino que contribuye, además, con las políticas del país para lograr un cambio de su matriz energética.
Laura Izquierdo García, directora general de Epicol, explica que, en un primer momento, se trabajó en los centros de acopio, ubicados en medio del mar, donde se recepciona y preserva la captura del día, que luego se traslada a puerto en una especie de barcos-almacenes llamados «enviadas».
«Los sistemas fotovoltaicos instalados en estos sitios en los que, por supuesto, no había electricidad, nos han permitido mejorar las condiciones de vida de nuestros trabajadores en las zonas de pesca», dice.
Con este antecedente, y ante el llamado que se ha hecho a las empresas que tengan condiciones para transformar su matriz energética, comenta que se revisó un extenso espacio de áreas verdes que existía en la entidad, y se decidió la instalación en ella de un parque solar.
Aun cuando con él no se cubrirá la totalidad de la demanda eléctrica de esta gigantesca industria, la nueva inversión tiene la peculiaridad de que estaría inyectando directamente a la red. De esa manera, además de aportar energía, el parque ayudaría a cubrir una parte de la factura eléctrica de Epicol.
«Los estudios de factibilidad indican que el costo de la inversión se recupera en un año y medio», asegura Laura.
José Carlos Alonso, director técnico de la empresa pinareña, señala que, en total, sumando sus dos zonas, el parque tendrá 1 080 paneles solares con una capacidad conjunta de 410 kilowatts hora.
«Aquí, en tiempo de veda, se necesitarían de nueve a diez megawatts diarios de electricidad. El parque aportaría de dos a tres. Por tanto, aunque no satisface completamente la demanda, será un aporte importante», afirma.
Este valioso proyecto convierte a La Coloma en una de las primeras entidades de Pinar del Río en dar pasos concretos en la transformación de su matriz energética a partir del uso a gran escala de fuentes renovables, pero no es la única.
También en el sector tabacalero y en los sistemas de acueducto que abastecen pequeñas comunidades rurales se ha estado extendiendo en los últimos tiempos el empleo de los paneles solares.
No obstante, la mayor empresa pesquera de Cuba no piensa quedarse ahí. Su Directora señala que, actualmente, se trabaja en el diseño de sistemas aislados para el bombeo de agua y la producción de hielo, que garanticen la continuidad del proceso de captura, aun cuando ocurran apagones en el Sistema Eléctrico Nacional.
«Esto tiene el propósito de lograr la autonomía para esos dos procesos en todas nuestras UEB», agrega Laura.
«Estamos aprovechando el encadenamiento que ya tenemos con Copextel, que es la misma empresa que nos van a diseñar estos otros sistemas fotovoltaicos en las UEB, para lograr esa independencia que hoy nos es tan necesaria».
Por otra parte, señala que también las nuevas embarcaciones que se adquieren, como parte del proceso inversionista, vienen con sistemas fotovoltaicos para la iluminación. De ahí que tanto por sus producciones, que le aportan anualmente más de 20 millones de dólares a la economía cubana, como por su vocación para impulsar el empleo de fuentes renovables, La Coloma puede brillar con luz propia.