De sincero, transparente y fraterno puede catalogarse el diálogo sostenido entre los miembros de la Uneac y los candidatos a diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular por el municipio de Pinar del Río.
Un intercambio en el que la construcción colectiva por una provincia y un país mejores fue el punto de partida. La presencia de Abel Prieto, actualmente presidente de Casa de las Américas y quien fuera ministro de Cultura por varios años, hizo del conversatorio un espacio en el que, sin tapujos, se habló de cómo necesita Cuba una transformación cultural que defienda lo más auténtico de sus valores patrios, la idiosincrasia y que garantice también el futuro.
TRANSFORMACIÓN NECESARIA
Carolina Mora, miembro de la Uneac y maestra de varias generaciones en el Pedagógico, refirió una preocupación que puede ser la de muchos: “Soy cubana hasta la médula, sin opciones; vivo con los jóvenes el día a día y cuando llegan a nosotros lo hacen con patrones negativos sistematizados, y dice la psicología que es mucho más difícil desinstaurar que instaurar patrones nuevos.
“Si les hablo de Dulce María Loynaz y les digo que fue hija de un general de la guerra del `95, autor del Himno Invasor, no lo saben, no conocen el Himno, y eso hay que reforzarlo en las escuelas, desde la primaria”, señaló, a la vez que se mostró seriamente interesada en el otorgamiento de las carreras pedagógicas, hoy dadas a la masividad, a pesar de la importancia estratégica que tienen.
Al respecto, Nelson Simón, presidente de la Uneac en la provincia, argumentó que lo más difícil de reponer son las distorsiones humanas: “Arrastramos años de deformaciones, debido a la profunda crisis en la que se ha visto sumido este país desde los años ´90. Una crisis del mundo y de la que no escapamos, pero la transformación que nosotros provocamos en este país tiene que ser una transformación cultural, hay que refundar culturalmente este país, y hablo de formación, de educación”.
Agregó Nelson que se promovió por años que no se produjera y que todos podían ser ingenieros o profesores, y el campo se viera entonces como algo rezagado.
“Como ha repetido nuestro Presidente, el bloqueo va a estar ahí siempre y tenemos que saltar sobre eso; tenemos que ser un país suficiente capaz de desarrollarnos por nosotros mismos. Buscar maneras de recuperar el campo, la producción y la industria”, acotó el escritor.
“Necesitamos una transformación cultural profunda en la que volvamos a sembrar, y en la que se recupere el papel importantísimo y esencial de la escuela, aterrizada a estos tiempos, que pasa por el aterrizaje de la tecnología y porque hoy una escuela no puede ser como en los años `60. Hoy una escuela tiene que ser abierta a la tecnología, a la comunicación y los profesores tienen que dar ese salto.
“En ese batallar está también la familia, que se perdió en el camino, y están los medios de prensa, con muchas deficiencias, y que hoy compiten con los medios del mundo, porque la información está al alcance de todos. No solo hablo del paquete que pensábamos que era una amenaza, no. La amenaza es internet, la amenaza es la globalización del conocimiento, la globalización de la información”.
Sobre ello, apuntó Abel Prieto que hay que crear una distancia crítica y una capacidad de evaluación de ese tipo de fenómenos y mantener una presencia responsable en las redes sociales: “Creo que el retroceso cultural no es solo de Cuba, sino del mundo. Un asunto que va a pagar con creces la civilización.
“Fidel dijo, ‘no podemos formar a los ciudadanos del presente y del futuro en una urna de cristal, hay que formarlos a la intemperie, recibiendo todos los virus y toda la contaminación. Formar valores en los jóvenes que les sirva de antídoto a todo lo que le venga de tóxico’”, rememoró el presidente de Casa de las Américas.
El tema de la formación de las nuevas generaciones le atrae puntualmente: “No puede ser que un joven no conozca y cante el Himno Invasor. Y, por otra parte, hay que rescatar las tradiciones. Lo popular cubano no tiene que ser vulgar, ahí se crea una confusión extraña que nos degrada; nos ha crecido un lenguaje marginal, puede ser que dos niñas mientras juegan te digan una ‘palabrota’. Tiene que ver muchísimo con el papel de la familia, de la escuela en los primeros grados, y están los predios que no han ayudado.
“Es un clima espiritual. Díaz-Canel nos habló de la marginalidad, de la banalidad, de la grosería, de la chabacanería y contra todo ello tenemos que trabajar”.
EL SISTEMA DE LA CULTURA EN MEDIO DEL ANÁLISIS
¿Qué les preocupa a los artistas de Pinar? ¿Cuáles son sus desafíos, sus anhelos, sus ideas para hacer de este terruño un mejor lugar?
Sin convertir el diálogo en una asamblea de balance, se pusieron sobre el tapete lo que son, a juicio de los miembros de la Uneac, sus principales retos en estos tiempos tan convulsos.
‘“Echamos una pelea de león para mono’, porque no contamos con plataformas propias que nos ayuden a promover la música si no estás asociado a una disquera y eso es una brecha que queda”, sentenció Yusley Izquierdo, presidente de la AHS en Pinar.
“A veces pasamos por nuestra ciudad y tenemos instituciones culturales cerradas y nos pasa porque con un presupuesto que es insuficiente, priorizamos otras cosas y no precisamente la programación de la institución que legitima. En ocasiones decidimos si vamos a una comunidad o hacemos la programación en la institución, y priorizamos la presentación fuera. Por qué un día no ponemos esa guagua y traemos a los niños de la comunidad hasta el teatro para que lo descubran con sus luces, con la magia que tiene.
“Cuántos artistas hoy no aportan al contexto pinareño. Hay muchachos que están yendo, pero no regresan. Y pasa también en los medios de comunicación de los que se ha hablado aquí. Hoy en Pinar del Río no se forman periodistas ni comunicadores; la mayoría de los artistas que trabajan en los medios se forman por cursos de habilitación. Los medios durante mucho tiempo han estado alejados de la academia, y es necesario estudiar las Teorías de la Comunicación”.
Finalmente, resumió: “Creo que es importante que los jóvenes sientan que pueden hacer su obra en Pinar del Río, pero eso tenemos que pensarlo entre todos. Hay que aprovechar ese entusiasmo; es importante que los muchachos no pierdan ese deseo de hacer”.
Por su parte, para Reynaldo León, director de Teatro de la Utopía, constituye hoy un asunto impostergable atender la política de cuadros en el sector de la Cultura: “Hace más de 10 años señalamos los problemas que se avizoraban en la Enseñanza Artística y en la actualidad los tenemos, esto nos está hipotecando el futuro que no es mañana, es hoy. Estamos recogiendo los frutos de una mala colocación de cuadros frente a procesos complejos.
“Si no aplicamos la política de cuadros como está señalado por el Partido, los pinareños vamos a ir al fracaso en el terreno cultural”.
Yuliet Montes, actriz de Teatro de la Utopía, señaló que hay que aunar voluntades para que no sean más los grupos los que cierran sus puertas. En tanto, Tamara Campos, artista de la plástica, habló de la importancia de tener en la ciudad una calle para los artistas, un anhelo que ya es realidad en otros territorios.
“Platicó de un espacio en el que se agrupen los artistas, donde puedan llegar los escritores, los músicos, los actores y puedan dialogar con los de la plástica. No vamos a esperar a ver la obra cuando llega a la galería o al museo, vamos a ver cómo nace una obra”.
Con un comité grande, de unos 296 artistas, la Uneac en Pinar del Río se reinventa cada día, busca caminos para tener una ciudad mejor y en función de ello trabaja.
En el diálogo quedó como una premisa de los artistas su respaldo al voto unido, a sabiendas de que las elecciones son un ejercicio democrático y descolonizador, como apuntaran varios asociados, que promueve una espiritualidad liberadora, crítica y transformadora.