«El futuro que vislumbra la cumbre de Biden no prioriza a la gente de nuestro continente. Es una visión donde Estados Unidos tiene dominio libre sobre los asuntos internos de los países de América Latina y el Caribe; uno que pone los intereses políticos y económicos de los Estados Unidos y las grandes empresas por encima de los del pueblo», resume la Declaración Final de la Cumbre de los Pueblos por la Democracia, que estuvo desarrollándose hasta este viernes en Los Ángeles, California.
Más de 250 organizaciones que representan a trabajadores, inmigrantes, mujeres, pueblos negros e indígenas, la comunidad LGBTQIA+ y muchas otras corrientes en lucha se unieron para compartir una visión del futuro inclusiva y basada en el principio de solidaridad, señalan en el texto compartido.
De igual forma, manifestaron el compromiso de defender el derecho del pueblo a organizarse y expresarse, para construir una democracia real –una democracia popular– en un clima caracterizado por la censura y la privación de derechos.
Estamos luchando contra un imperio que está decidido a aferrarse a la supremacía global, una peligrosa ilusión que pone en riesgo a la humanidad y al planeta; mas, por duro que sea el camino por delante, sacamos fuerzas de los siglos de lucha que tenemos por delante, de aquellos que se han levantado y vencido a sistemas que en su día parecían invencibles, continúa la declaración.
¡Cuba sí, bloqueo no!, fue uno de los reclamos que este viernes se escuchó frente a la sede de la IX Cumbre de las Américas, en Los Ángeles, California, y donde cientos de activistas protagonizaron una marcha y expresaron su rechazo a la política excluyente de Estados Unidos, así como su solidaridad con Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Asimismo, denunciaron la injerencia de Washington en los asuntos internos de los estados y pueblos soberanos, y las sanciones unilaterales impuestas a países de la región.
En horas de la mañana, los activistas también entregaron una carta a las puertas de la «Cumbre de la oea», en la que se oponen a la política de sanciones, exclusiones y bloqueos de la administración de Joe Biden.
«Aunque Biden hizo muchas promesas para acabar con la política belicista y de línea dura de Donald Trump contra América Latina y el Caribe, en la práctica ha hecho muy poco», expresó Manolo de los Santos, uno de los coordinadores de la Cumbre de los Pueblos por la Democracia.
Según el anuncio de los organizadores de la marcha, una coalición de más de 225 movimientos sociales, grupos comunitarios, sindicatos y grupos culturales de las Américas marcharía hacia la «Cumbre de la Exclusión», luego de tres días de mesas redondas, talleres y presentaciones artísticas.
LA VOZ DE CUBA FUE ESCUCHADA
Como parte de la agenda de la Cumbre, en su última jornada de actividades tuvieron lugar varios intercambios teóricos, en los que se reflexionó sobre temas tan acuciantes para nuestra América como las luchas sindicales del continente, y cómo las sanciones de Estados Unidos afectan a mujeres y niños venezolanos, entre otros temas.
Las razones de Cuba se hicieron escuchar nuevamente. Misael Rodríguez Llanes, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción, sostuvo que nunca antes los pueblos de nuestra América tuvieron principios tan sagrados que defender ni convicciones tan profundas por las que combatir para mantener viva la voz, la esperanza y la dignidad de las grandes masas de trabajadores.
Subrayó, además, que los trabajadores cubanos estamos afectados por el inhumano bloqueo los 365 días del año, y que esa política nos impide la adquisición de tecnologías de mayor productividad, contar con estabilidad de materias primas en nuestras fábricas y adquirir recursos que tienen gran impacto en la salud, la alimentación, materiales para la construcción de viviendas, la innovación y el desarrollo de estratégicos programas.
Además, representó a la Mayor de las Antillas el investigador del Centro de Estudios Hemisféricos y sobre Estados Unidos, Rafael González Morales, quien participó en el panel: ¿De quiénes son las calles?: La lucha contra la supremacía y la militarización.
La creciente globalización de una economía que experimenta los impactos de la crisis del capitalismo ha multiplicado los desafíos y los peligros para la región, ratificándonos en el objetivo de construir la Patria Grande, tal como la soñaron nuestros próceres, destacó.