No importa la ausencia de su padre, él deja claro que es el artífice de todo cuánto sucede allí. La admiración con que habla de sus habilidades, capacidades y rectitud moral, no deja dudas, pues más allá de los genes o el afecto entre una generación y otra de los Fuentes se tejen referentes desde la ejemplaridad.
El apellido da nombre a la mediana empresa ubicada en el poblado de San Diego de los Baños, del municipio de Los Palacios. La misma es fruto de un emprendimiento familiar y la encabezan tres socios igualitarios, de los cuales Jorge es el más joven.
LAS MOTIVACIONES
Recuerda que en el local donde ahora se encuentra el bar-restaurante -cuando era solo el garaje de la casa paterna-, en una conversación, su progenitor le pidió hacer algo allí, montar un negocio que le diera trabajo, un espacio para relacionarse con otros jóvenes, e ingresos económicos.
Acota, con una sonrisa exculpatoria en el rostro, que en ese momento él estaba bastante regado, y al padre le preocupaba su futuro. Empezaron con una “paladar”, precisa que estudió Comercio y Gastronomía, hizo su servicio social, pero es en este emprendimiento familiar que se ha realizado profesionalmente.
La ampliación fue un proceso natural, y sumaron la opción de discoteca, habilitaron el segundo piso, lo cual fortaleció la diversificación, pero con sellos distintivos que los hagan exclusivos.
Quien cree problemas dentro o en los alrededores del local queda eliminado como cliente, y nada revoca tal decisión. La permanencia del helado entre las ofertas es otra de las peculiaridades que los distinguen.
El cambio a mediana empresa lo hicieron por sugerencia de un tío paterno y tercer socio, fue quien les habló de las posibilidades de acogerse al nuevo modelo de gestión.
Actualmente asegura que no tiene tiempo libre, siempre está trabajando en aras de garantizar la logística y funcionamiento de d’Fuentes. «No tengo sábado ni domingo, aquí se abre todos los días».
Aunque reconoce que es difícil seguir el ritmo de su papá, quien se empeña en hacer más y de cuidar al mínimo cada detalle, “a cualquier hora él entra y cuando va un camarero con el plato para la mesa se lo quita de la mano, va a la cocina y comprueba el peso de la ración, que puede tener más, ¡pero pobre del que puso menos!».
Comenta que ese error coloca en la mira a cualquier trabajador, pero la reiteración lo deja fuera del colectivo, y de forma inmediata separan a quien incurra en adulteración de los precios.
También ofrecen presentaciones en vivo, tanto de humoristas como cantantes y hasta orquestas. Destaca que Wil Campa fue uno de los que logró repletar el local, y a pesar del mal estado de los viales de acceso tienen clientes de diferentes municipios de la provincia, e incluso, hasta de Artemisa y La Habana.
RESPONSABILIDAD SOCIAL
El negocio d’Fuentes es mucho más que un establecimiento en el cual comer, beber o bailar, ellos se sienten parte de la comunidad, tanto, que el tercer domingo de cada mes ofrecen matiné infantil, las ofertas gastronómicas corren a su cargo.
«No son grandes cosas, un cake, helado y refresco instantáneo; también le damos confituras a los payasos que realizan la animación para que premien a los niños ganadores, tampoco nada del otro mundo, pero se sienten bien y se divierten».
Asimismo, cada mes entregan cinco módulos para tres centros laborales ubicados en la demarcación: farmacia, centro escolar y policlínico; benefician así a 15 trabajadores con la venta, al costo, de una tina de helado, aceite y pollo. Explica que, si no desean llevarse todos los productos, eligen qué necesitan y solo desembolsan ese precio.
Igualmente, apadrinan a embarazadas y familias con desventajas económicas y sociales, esto lo hacen en coordinación con el Consejo Municipal de la Administración (CAM).
Para sectores como Educación y Salud que deseen realizar actividades en su local, lo brindan, al igual que la ambientación musical, de forma gratuita; les conforman menús de alimentos a precios económicos y sitúan una caja de cerveza al costo.
RAZONES
Al preguntarle el porqué de este accionar, en un tiempo en que muchos elijen el sálvese quien pueda, no duda en responder que es lo que aprendieron en la familia, de su abuelo.
“Cuando aquí hacemos videos de lo que pasa en las matinés, si filman a mi papá, siempre tiene los ojos aguados, porque lo emociona ver a los niños divirtiéndose”.
La responsabilidad social forma parte del quehacer cotidiano de d’Fuentes, lo que prueba que la empatía con el entorno no depende de modelos de gestión u otras categorías, sino de la calidad humana. Ojalá y crezca el número de esos a quienes les va mejor económicamente y se preocupan por aliviar las carencias de otros a los que la prosperidad no les sonríe igual.