La gruta de Neptuno, una de las cuevas más impresionantes del mundo, alberga el segundo lago interior más grande de Europa. Y para llegar a él hay que bajar más de 600 escalones.
Al noroeste de la isla de Cerdeña, a unos 24 kilómetros de la ciudad de Alguer, un pescador llamado Ferrandino fue quien descubrió por el siglo XVIII la abertura que daría lugar al hallazgo de un complejo sistema de cuevas que se extienden unos cuatro kilómetros.
En su interior se encuentra una de las cuevas marinas más grandes de Italia y una de las joyas de la naturaleza más cautivadoras del Mediterráneo. La gruta, que se formó hace unos dos millones de años cuenta con espectaculares formaciones kársticas, una playa de arena blanca y un enorme lago subterráneo. Representan una de las principales atracciones turísticas de Algher y también un sitio de gran interés científico.
No todo el complejo de cuevas está abierto al público (de hecho, el público general solo puede ver unos cientos de metros cuya visita dura, en general, más de una hora). Algunas partes, consideradas más peligrosas, están reservadas para espeleólogos expertos, pero a diferencia de muchas otras cuevas en Cerdeña, la Gruta de Neptuno ha sido explorada en su totalidad.