Llegaron los días de recordar al Che. Octubre devuelve al argentino más cubano del mundo, ese que repartió su destino entre muchas naciones urgidas de libertad, con una demostrada e imponente valía.
Es momento de honrarle en fechas, este día ocho se multiplicarán los homenajes a otro de nuestros héroes, quien mucho hizo por la unidad de los pueblos en función de la misma causa.
En el corazón de esta Patria suya, su nombre es venerado, porque sus principios siguen vivos. Es que ya no hay límite para el afecto que el Che nos dejó, ese hombre de corazón grande, en el que cabía a la par de su Argentina, esta pequeña Isla del Caribe.
Su pensamiento y acción lo imprimieron para siempre a la condición de ser cubano. Se vale destacar sus ideales revolucionarios con esta tierra, los mismos que lo hicieron enfrentarse a la opresión y a la explotación.
Guevara fue un defensor apasionado de los derechos humanos y luchó por la emancipación de los pueblos oprimidos. En un mundo donde los derechos humanos cada día se violan en diferentes contextos, su legado nos recuerda la importancia de defenderlos.
Su retrato icónico y su historia personal inspiran aún a personas que buscan un cambio social y político desde cualquier lugar, pues su internacionalismo cruzó barreras al creer en la solidaridad entre la gente y la ayuda mutua.
Serán 56 años de que en Bolivia, otra tierra que lo atesora, corriera su sangre mortal, regresarán entonces las flores, los homenajes y la memoria a mencionarle, porque entre los grandes hombres de este mundo, sobresale la estirpe de un grande, la imagen del Che.