Desde inicios de la pandemia la Empresa Provincial de Farmacias y Ópticas de conjunto con Salud han tratado de organizar la dispensación de medicamentos en la red de boticas, de manera que se redujeran las colas y se pudiera hacer una repartición lo más justa y equitativa posible de estos productos.
Sin embargo, todas las ideas puestas en práctica tuvieron más detractores que defensores, hasta que se llegó a la variante que hoy se aplica, la cual, muy lejos de satisfacer las demandas y necesidades de la población, opta porque todos tengan las mismas posibilidades de acceso a los medicamentos, en medio de una escasez de estos sin precedentes.
En busca de respuestas a la situación actual sobre disponibilidad de medicinas y estrategias adoptadas para su distribución, Guerrillero dialogó con directivos de las entidades implicadas.
EL PUNTO DE PARTIDA
“Las dificultades con el medicamento empezaron mucho antes de la COVID-19”, reconoció el doctor Eliécer Cepero Medina, director general de la Empresa de Farmacias y Ópticas, quien explica que por problemas de financiamiento el país tuvo que desplazar alrededor de 80 productos del cuadro básico de fármacos.
“Posteriormente a esta falta se le unieron otras cuestiones que perjudicaron a todos los países del mundo, una de ellas fue la interrupción de las cadenas de suministro, lo cual encareció las materias primas.
“Otro problema es la prioridad que se le otorgó a los medicamentos de la COVID-19. Si usted tiene que producir una serie de medicinas, analiza el cuadro básico y le da la ventaja a aquellos que salvan vidas y tienen una urgencia mayor”, explicó Cepero Medina.
Así resumió las causas principales que determinaron la reducción de un grupo importante de renglones en las farmacias.
Para que se tenga una idea de la cantidad de medicamentos que en la actualidad están en falta, bastaría con aclarar que de los 333 que integran el cuadro básico de Pinar del Río, 84 se mantienen aplazados desde antes de la pandemia, lo que quiere decir que no se están produciendo.
Se contabilizan 111 faltas en farmacia y de los que se entregan por tarjeta control (tarjetones) casi el 30 por ciento también están bajo esa situación.
De manera general, las ausencias redundan siempre por encima de los 100 medicamentos, mientras que los productos de Medicina Natural y Tradicional (MNT) igualmente se han visto diezmados: 18 de los que pertenecen a la industria nacional y 42 de los que integran el cuadro básico local.
Sobre este escenario, la licenciada Odalys Lorenzo Morejón, jefa del departamento provincial de Medicamentos y Tecnologías Médicas de la Dirección Provincial de Salud, apuntó que la estrategia de vincular los consultorios a las farmacias funciona como “un mecanismo de control que se implementa con el objetivo de que la distribución sea lo más equitativa posible. Está propenso a cambios en función de un perfeccionamiento, la práctica diaria y los resultados irán diciendo lo que hay que cambiar o modificar”, señaló.
“No obstante, lo importante y que conlleva a todo esto es que las disponibilidades hoy son insuficientes, y dentro de los grupos más perjudicados están los que se distribuyen por tarjeta control, entre ellos los antihipertensivos. Además, están los ansiolíticos y antibióticos.
“Este último ha tenido una gran disminución en la Atención Primaria de Salud, y va a continuar de esa forma. Hasta el momento no se han mantenido más de dos o tres antibióticos en cobertura”, precisó Lorenzo Morejón.
ESTRATEGIAS PARA LA DISTRIBUCIÓN
Olga no ha podido comprar desde hace dos meses la hidroclorotiazida que es el diurético que toma por años, tampoco pudo alcanzar el enalapril la semana pasada. “El día que le tocó comprar a mi consultorio tenía el siete en la cola y no alcancé”.
Otro dilema le ocurrió a Yamilé, quien presentó una faringitis y su doctora le recetó azitromicina. Felizmente había en la farmacia, pero compraba otro consultorio. Un problema hasta que, apelando a la sensibilidad humana y a su condición de salud, le permitieron adquirir el antibiótico cuando pasaron todos los de la cola que sí les correspondían comprar.
Y como de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno, Yusniel se encontró con que la receta que le habían entregado en cuerpo de guardia no la podía comprar en la farmacia de su área de Salud.
A estas y otras situaciones respondió la directora provincial de Medicamentos:
¿Cómo se distribuye hoy?
“Una vez que llega la factura se decide cómo se distribuyen los medicamentos, según la complejidad del consultorio. Cuando es tarjeta control se tiene en cuenta la cantidad de inscriptos que tenga cada uno de esos consultorios, datos que están en las farmacias y los domina tanto el jefe del Grupo Básico de Trabajo como el que lleva el área de Medicamentos en el policlínico”.
¿Por qué hay lugares en los que solo se entrega la mitad del tratamiento?
“Que se entregue la mitad del tratamiento depende de la cantidad que llega a la farmacia, de ahí que muchas veces se distribuye de manera que se pueda cubrir, al menos, el 50 por ciento de las necesidades de estos pacientes”.
¿Qué ocurre cuando el médico prescribe un medicamento, digamos un antibiótico ante determinada patología, y hoy no le corresponde comprar al consultorio de la persona que está enferma?
“Siempre se deja en la farmacia principal del área una cobertura de antibióticos para los médicos que están de guardia en cada uno de los policlínicos. Puede ocurrir que también ahí se agote, pero es algo que se ha priorizado en todo momento. Entonces esa persona debería dirigirse al cuerpo de guardia de su área de Salud.
“Hemos pedido que los médicos de guardia estén en vínculo directo con la farmacia, para que no vayan a prescribir algo que ya se haya agotado. En caso de que se acabara ese medicamento, tendría que tomar otra alternativa, quizás tenga que remitir al paciente a la atención secundaria, por ejemplo”.
¿Una vez organizada la dispensación por consultorios se requieren otros documentos para asegurar la venta del medicamento?
“El Programa Nacional de Medicamentos plantea que las recetas tienen una vigencia de 30 días, excepto los antibióticos y los antiparasitarios. Las recetas mantienen esa vigencia y en ningún lugar de lo que es el control de la ruta crítica del medicamento se está pidiendo la hoja de cargo, por ejemplo. Eso no ocurre o no debe ocurrir. Una cosa importante es que no tienen por qué andar los pacientes con recetas sin respaldo. Lo que se busca con esta asignación de medicamentos por consultorio es que la receta tenga un respaldo real”.
¿Qué alternativa se adopta con los médicos que no prestan servicios directamente en la parte asistencial o no están en ningún consultorio? ¿Dónde comprar sus recetas?
“Los médicos que no están directamente en un consultorio, pero que están activos, se deben vincular a una farmacia, que puede ser la más cercana a su centro de trabajo o a su lugar de residencia. Eso tiene que verlo el doctor con las direcciones municipales de Salud y el área de medicamentos específicamente”.
OTROS DIABLILLOS DE LA ACTUALIDAD
Lorenzo Morejón reconoció que es muy compleja la situación actual porque resultan insuficientes las cantidades de fármacos que llegan a la provincia, por lo que recalca la importancia de velar allí donde las cosas no se están haciendo bien para “corregir los tiros”.
Por su parte, el director general de Farmacia en el territorio señaló oportunamente otras cuestiones que también atentan hoy contra la distribución de “ese poquito que llega”.
“Hemos extremado el control a las unidades de la Empresa, explica. Cada farmacia tiene la indicación de que los trabajadores indirectos vayan también al mostrador cuando llegue el medicamento, para agilizar la cola y así minimizar la espera. Y hemos actuado con rigor cuando se han detectado incidencias, delitos o irregularidades en la venta.
“Queremos que esta estrategia se mantenga en la nueva normalidad, porque mientras no mejore la disponibilidad tenemos que seguir administrando la escasez y ello resulta muy complejo. Somos conscientes de que a veces el seis en la cola no pudo comprar lo que necesitaba, ni siquiera por su tarjetón”.
Apunta el doctor Cepero Medina que la forma de ahorrar medicamentos parte de la propia atención médica. “No se indican dosis extremas; sobre eso está trabajando farmacoepidemiología, porque una vez que la dosis llega prescrita a la farmacia solo se puede anotar como una incidencia.
“En la actualidad tenemos establecidas dosis límites para determinados medicamentos y no se dispensa por encima de ellas. Aún hay personas acaparadoras y el médico es responsable de priorizar a los pacientes según las necesidades de cada uno”, recalcó.
Lo cierto es que las bajas disponibilidades no ayudan en un terreno que a todos duele. ¿Se puede acaso priorizar a un paciente sobre otro?
Tampoco se puede dispensar un medicamento que por tarjeta control el paciente debió adquirir el mes anterior, una exigencia de muchos que, sin ánimo de acaparar, ven en ello una opción para garantizar el suyo por si el mes próximo no pueden comprar.
El desafío está en revisar certificados y tarjetones, pues no son pocos los que se mantienen durante mucho tiempo fuera del país y amigos y familiares se encargan de guardar el medicamento aquí; otros tantos han fallecido y durante estos meses de pandemia los certificados no han vencido; chequear las dosis prescritas, pues más de un caso compra por encima del que realmente consume y, sobre todo, y quizás lo más importante, apelar siempre a la sensibilidad.
Casi nadie compra fármacos en vano, aunque al cubano le gusta tener los suyos a la mano.