“Antes de 1973 en Cuba existía una diversidad de tribunales. En aquella etapa se decidió que era aconsejable unificarlos. El 23 de junio de ese año se aprobó la Ley 1250 de organización del Sistema Judicial que dispuso que se fusionaran todos, incluidos los militares.
“Entonces, el 23 de diciembre, por iniciativa de Blas Roca Calderío, presidente de la Comisión de Estudios Jurídicos del Comité Central del Partido en esa etapa, se hizo oficial la constitución del Sistema de Tribunales, en el acto de conmemoración del aniversario 132 del natalicio de Ignacio Agramonte.
“Al igual que se ha hecho con las leyes, el Tribunal Provincial Popular se ha adecuado a las circunstancias y ha logrado cumplir con su cometido. En estos 50 años hemos evolucionado en cuanto a creación de nuevas estructuras y locales, ampliación de personal, formación de profesionales, nuevas leyes, acceso a la justicia, y todo ello siempre apegado a la realidad”.
Con palabras certeras, Liosbel Márquez García, presidente del Tribunal Provincial Popular en Pinar del Río, resume la labor del Sistema de Tribunales Populares a medio siglo de que fueran instituidos.
EL DESAFÍO DE IMPARTIR JUSTICIA
Para Marquez García, dirigir una institución como el Tribunal es un desafío importante, y a pesar de que asegura que es una labor a la cual hay que entregarse en cuerpo y alma, le reconforta, como al resto de los jueces, vivir todos los días honrados de poder realizarla y de encontrar en el pueblo la aceptación, el respeto, el reconocimiento y el prestigio que les demuestran.
“Somos una institución que forma parte de la superestructura del Estado. Nuestra misión fundamental es reconocer derechos, exigir deberes, impartir justicia, ofrecer tutelas a quienes lo necesitan, y cumplir con ese cometido requiere de un esfuerzo tremendo, de mucho autoestudio y un comportamiento ético impecable, porque la población no admite errores. Estar al frente de un grupo de compañeros cuya misión fundamental es esa, es bien complejo”.
Como en todos los sectores, advierte el Presidente, el Sistema de Tribunales no está ajeno a las presiones existentes en el orden económico, político y social de la Cuba de hoy.
“Tenemos limitaciones, fuga de personal profesional y auxiliar a otros sectores más competitivos, mejor remunerados, y quizás hasta con menos carga de trabajo, pero en medio de eso, nuestra misión es seguir avanzando y ofrecer un servicio de alta calidad que se traduce en una justicia ágil, en decisiones acertadas, apegadas a la justicia y bien fundamentadas.
“Impartir una justicia de alta calidad es uno de los desafíos más importantes que asumimos, pero también ejecutar las decisiones. A veces tenemos inconformidades de la población porque lo que se dispuso en el Tribunal no se cumple. Somos responsables de decidir y de ejecutar.
“Otro elemento importante es la transformación judicial digital. El Tribunal avanza en sistemas automatizados en el orden registral y sustancial de la tramitación judicial. Hoy tratamos de llevar un expediente de 200 o 300 folios, por ejemplo, a una carpeta digital en un sistema interconectado. No solo se agiliza el trabajo, sino que se ahorran recursos considerablemente.
“En el momento que vivimos tenemos el desafío de profundizar y consolidar el cumplimiento de la reforma procesal judicial que se acomete en el país. Hay un paquete importante de leyes de aplicación directa por los tribunales que excede la cifra de 10 y que cambian literalmente todo lo que hemos hecho hasta hoy, y eso lleva mucha autopreparación, colegio, estudio.
“Hablamos del Código Penal, de la Ley del Proceso Penal, Ley de Ejecución Penal, el Código de las Familias, la Ley de proceso administrativo…, entre otras. Por citar un ejemplo, soy del conocimiento de que se ha cuestionado el contenido de la Ley del Proceso Penal.
“Esta tiene una razón de ser fundamental, es una ley de primer mundo y es extremadamente garantista. Ciertamente uno goza de todas las garantías procesales, toda la protección que una ley de cualquier país del mundo le ofrece a un acusado cuando enfrenta un proceso penal.
“Eso ha generado que personas, amparadas por la presencia de un abogado, que enfrenten un proceso penal hayan logrado evadir responsabilidades, y aunque haya conciencia por parte de investigadores y fiscales de que existe responsabilidad, no hay pruebas que lo demuestren.
“Pero eso no significa que nuestra ley no posea la mayor virtud y las herramientas para que alguien no responda por el delito cometido. Por otro lado, tenemos que tener la suficiente capacidad para cumplir con eso y avanzar en otras formas para probar el delito y que no se genere una sensación de impunidad, porque no es así.
“No es un problema de la ley, sino de otras insuficiencias que poseemos que coinciden con las tensiones económicas que se han acrecentado después de la Covid-19. Cuando hay una situación económica de crisis, se agrava la situación de todo un país, y eso se refleja también en el ordenamiento jurídico. El delito crece, y en esta última etapa el incremento ha sido por eso”.
EL TRIBUNAL POR DENTRO
Aunque reconoce que hay mucho por perfeccionar, el Sistema de Tribunales en Pinar del Río cierra el 2023 con una situación favorable en cuanto a resolutividad, a los niveles de celebración de actos judiciales y los estándares de calidad.
“También cerramos con un alto nivel de ejecución. Solo tenemos asuntos con cierta demora y que no rebasan los 10. Quiere decir, que terminamos el año con un número muy reducido de asuntos demorados, el resto se ha resuelto como lo exigen las leyes procesales”.
Y los buenos resultados en su quehacer no serían posibles sin la constancia de los jueces que allí laboran. El Tribunal Provincial Popular de Pinar del Río se honra de contar este año con dos compañeras merecedoras del Mérito Judicial, reconocimiento que se entrega por única vez a quienes demuestran una trayectoria impecable en la impartición de justicia.
“Nuestros jueces son personas de a pie, que lo mismo están en una cola del pan que en una parada esperando una guagua, pero sí tienen plena conciencia del rol que juegan en la sociedad, y por lo tanto, requieren de normas de comportamiento especiales a los efectos de merecer del pueblo el respeto y la confianza.
“El criterio que damos en cualquier lugar no lo damos como ciudadano común, sino como juez. Y no es que se necesiten de condiciones o requisitos especiales para ser juez, sino que en nuestra conducta exista profesionalidad, transparencia, una proyección adecuada. Eso es lo que distingue a nuestro Tribunal.
“Para arribar a este aniversario en las condiciones que hemos llegado, debemos destacar la frescura y el interés de los jóvenes que ingresan al Sistema de Tribunales. Hoy en cada estructura se mezclan el experimentado con el recién graduado que busca cumplir su sueño de impartir justicia, lograr esa sinergia generacional es importante.
“Además, es una fortaleza contar con tantas mujeres en el Sistema. La membresía de nuestro Tribunal es mayoritariamente femenina, y eso es una fortaleza. La mujer suele ser muy concentrada en su trabajo, muy organizada y le imprime una frescura marcada al Tribunal y también constituye un desafío para que los hombres que impartimos justicia lo hagamos de manera digna”.
Con alusiones claras a los preceptos de José Martí sobre la Justicia y la concreción de Fidel Castro de contar en el país con un sistema de Tribunales Populares en Cuba, inició esta mañana el Acto Provincial por los 50 años de creación de los Tribunales Populares.
Presiden el acto Yamilé Ramos, integrante del Comité Central y primera secretaria del Partido en la provincia Pinar del Río; Eumelin González, Gobernador en el territorio. Están presentes jueces, secretarios judiciales, auxiliares, personal de apoyo.