Sin demeritar a los ocho equipos que accedieron a cuartos de final en la Eurocopa de fútbol 2020-2021, hoy ningún especialista serio intentará demostrar que la liza destaca por su alto nivel de juego.
Emociones sí, entrega y sacrificio también. Pero el cúmulo de lesiones, el evidente desgaste físico de muchísimos futbolistas confirma, una vez más, que son seres humanos con variables en su curva de rendimiento.
Sería un dislate no mencionar la maldita pandemia de la Covid-19s, con un impacto tremendo en el deporte. Las ligas nacionales europeas se realizaron con interrupciones y contratiempos por contagios de jugadores.
La irregularidad de los partidos, incluyendo a la Champions y la Europa League, resultó veleidosa para los clubes y sus protagonistas. Una carga de entrenamiento singular para salir a las canchas sin público en los graderíos.
El hecho de que sean profesionales no quita que afecte en sus motivaciones. Es hora de reiterar el viejo análisis del exceso de encuentros a los que están sometidos los jugadores.
Al final lo que queda son los resultados. Sin embargo, los matices grisáceos sobresalen. Italia parecía un portento Azurri hasta que por poco es asfixiado por Austria.
Inglaterra se antojaba exultante entre jóvenes valores y otros más veteranos en pleno desarrollo. Si bien apeó de los cuartos de final a Alemania, hizo lo justo y antes pasó aprietos ante Escocia.
Christian Ericksen y el enorme susto con su infarto en el miocardio en su debut en la Eurocopa, al final fue como el salto al primer plano a Dinamarca. Y el equipo nórdico se creció y doblegó sin apelaciones a Rusia 4-1 y a Gales 4-0.
Dos resultados contundentes, aunque tampoco con un fútbol deslumbrante. Y las cosas de la vida, pudiera llegar a semifinales.
Luego España, con un elenco de jóvenes y un par de veteranos que arrancó desabrida, hasta subir la parada y arrasar con Eslovaquia 5-0 y doblegar a Croacia en tiempo extra 5-3.
Una Furia Roja que sale favorita frente al incombustible Suiza, verdugo de Francia por penales, pero exhausto luego del enorme esfuerzo.