No hay una edad ni un tiempo límite para hacer amigos. Cuando piensas que tienes suficientes, llega alguien a tu vida y la llena de un sentido diferente.
A Pedro José Ramos Toste, estudiante de primer año de Educación Artística de la sede Pedagógica Rafael María de Mendive en la provincia Pinar del Río, le han surgido al menos una veintena de amistades en el último mes y medio, tras incorporarse al destacamento XI Congreso de la UJC y asumir la tarea de llevar medicamentos a adultos mayores que viven solos y a otras personas vulnerables a quienes se les dificulta salir de sus casas en este escenario marcado por el peligro de una pandemia global.
Pedro es el coordinador de la actividad de entrega de fármacos en el consejo popular Hermanos Barcón. Al principio solo él y dos compañeros de la FEU prestaban el servicio en el área, lo que les demandaba recorrer largas distancias para atender los requerimientos de 183 pobladores.
“La llegada de nuevos voluntarios me permitió compartir el trabajo y acomodar mis entregas en una sola circunscripción; pero me quedé con tres ancianos de una de las zonas que antes atendía porque les cogí cariño”, relata.
“Se trata de un matrimonio de ancianitos y el hermano de uno de ellos. Cada vez que acudo a su hogar me reciben con alegría sincera y me ofrecen todo lo que tienen”.
-‘Cuando pase la COVID no te olvides de nosotros; porque nosotros nunca te olvidaremos’, me dijeron hace unos días y me sentí conmovido”.
Pedro y sus colegas del destacamento se reúnen cada 15 días en la farmacia Remigio para comprar los respectivos medicamentos por tarjetón que poco más tarde acercarán a los beneficiarios.
“Los muchachos realizan un parte diario del total de personas que atendieron esa jornada, información que me hacen llegar por teléfono y que yo transmito al Consejo de Defensa activado en el ‘Hermanos Barcón’.
“Quizá no luchemos desde la primera línea de combate; eso corresponde ahora mismo a los médicos y al personal de Salud de forma general; pero nuestra misión nos reconforta porque es humana y oportuna en este momento difícil que vive el país”, opina el futuro maestro.
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Osvaldo Fonticoba Arronte, de 75 años, tiene una cardiopatía que le impide hacer esfuerzos físicos o salir de casa; pero hasta la fecha no le han faltado los fármacos para tratar su dolencia ya que Gabriela González Hernández, estudiante de primer año de Derecho de la Universidad de Pinar del Río Hermanos Saíz Montes de Oca, se los trae puntual hasta la puerta de su hogar.
“De no ser por esa ayuda yo no estuviera bien. Solo puedo expresar mi gratitud”, comenta el anciano.
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Omar Camilo Marrero Godoy, presidente del Consejo Popular Hermanos Barcón, califica de noble y altruista la actitud de los jóvenes voluntarios:
“En estos momentos críticos en los que cada cual afronta sus propios dilemas y dificultades, llegan estos muchachos queriendo ayudar a otros que no tienen casi nada, y nos ponen a pensar a todos.
“El tiempo que podrían dedicar a su superación personal o a actividades propias de su edad, lo invierten en la atención de los sectores más vulnerables de nuestra población”.
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La entrega de medicamentos es una de las cinco tareas trazadas por la Unión de Jóvenes Comunistas para hacer frente a la contingencia epidemiológica de la Isla.
Luis Gabriel Junco Quintana, integrante del buró municipal de la UJC para atender Educación, Salud y Deporte, informa que las restantes cuatro prioridades se corresponden con las pesquisas de población desarrolladas por los estudiantes de Medicina, la participación activa en la producción de alimentos, la implicación en las acciones constructivas de la provincia y la constatación de precios adulterados en agromercados, carretillas, cafeterías y otros puestos de venta.
En cada una de estas misiones asoma el arrojo de una generación comprometida con el progreso de su país y con la construcción de un futuro mejor y más próspero.
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Algo tan aterrador como una pandemia puede hacer que la gente cambie su perspectiva del mundo, que valore más lo que tiene y que de valor a cosas que antes desestimaba.
Pedro, por ejemplo, descubrió la amistad de tres ancianos que hasta ese momento eran meros extraños para él. En otras circunstancias probablemente nunca hubiera reparado en ellos.
Mirar allí donde antes no veíamos y estar atentos a la vida de los otros, a esa que late fuera de nuestras burbujas, es algo que deberíamos cultivar en este y en todos los tiempos por venir; pues como dijera Martí: “Ayudar al que lo necesita no solo es parte del deber, sino de la felicidad”