Con los primeros ecos que llegaron de Wuhan sobre el nuevo coronavirus, la FMC se lanzó al embate, de la mano con Salud y los CDR, convencida de sus posibilidades para acceder a las familias cubanas, por la credibilidad ganada en cerca de 60 años.
Centrada en elevar la percepción de riesgo de la población, inició en el mes de enero con la capacitación a cuadros y trabajadores en los 11 municipios, sensibilizándolos con la necesidad de reproducir los aprendizajes en sus grupos y comunidades.
La organización jugó un papel activo en 1 458 audiencias sanitarias, en las que se informaron a más de 57 mil pinareños sobre características del virus, su trasmisión y medidas higiénicas de prevención.
Una vez confirmados los primeros casos en Cuba el 11 de marzo, las audiencias se enfocaron al trabajo en el hogar, con el fin de evitar la concentración de personas.
Según Katiuska Abreu Ferreiro, miembro del secretariado provincial que atiende la esfera ideológica: “En esta tarea, ocuparon el rol protagónico las 4 282 brigadistas sanitarias voluntarias capacitadas que, de conjunto con médicos de la Atención Primaria de Salud, visitaron 5 921 casas, beneficiando a 18 1444 personas con las charlas educativas sobre COVID 19, con énfasis en núcleos de adultos mayores, por la vulnerabilidad de este grupo al contagio”
Como es costumbre, la organización femenina no trabajó frente al COVID 19 con “camisas de fuerzas”, sino que se dispuso en función de dudas y necesidades de las personas, es por ello que las visitas a las familias cumplieron la doble función de pesquisa y consejería cara a cara.
“No solo informamos, también aconsejamos, porque las personas tenían dudas de todo tipo, y confían en la Federación para ser orientadas sobre el cuidado de las familias. Muchos estaban preocupados, sobre todo los que tienen a su cargo el cuidado de niños o ancianos”, apuntó Alina Domínguez Palacios, primera autoridad de la organización en San Luis.
Los impactos del virus a nivel global y la celeridad de su propagación, han generado temores en la población, que la FMC asumió como desafío. “A pesar de la experiencia en la prevención, ha sido un nuevo aprendizaje explicar a la gente que el miedo no evita la enfermedad y que solo se supera con información y autorresponsabilidad”, alega Marbelis Vento González, secretaria general en Viñales, primer municipio afectado por la pandemia en Pinar del Río.
Para Consuelo Vázquez Molina, secretaria general en el municipio cabecera, el trabajo de las brigadistas, y de la Federación en sentido general, ha tenido en esta tarea un papel cardinal. “Se revisa casa a casa y se conversa con la familia, se visitan los niños que se suspenden de la escuela, se explica sobre las consecuencias del COVID 19 para los ancianos o las personas con enfermedades crónicas. El trabajo de las brigadistas ha sido potenciar la convocatoria y dar seguimiento en la comunidad a los casos que se identifican con riesgos clínicos o epidemiológicos, derivando cada sospecha a los centros municipales de higiene y epidemiología”.
Frente al asecho de la pandemia sobre Cuba, que hoy nos obliga a evitar el contacto físico como principal medida de autocuidado, 3 75 federadas en la provincia, pertenecientes al movimiento de mujeres creadoras, cosen nasobucos en sus casas, a puertas cerradas, para incrementar el aporte de los más de 6 000 que han donado, hasta la fecha, a sus comunidades y a las instancias de Salud Pública en sus municipios.