Al decir del refranero popular, “de los cobardes no se ha escrito nada”, y no es menos cierto, pues la fortuna o la buenaventura suele llegar a quienes apuestan siempre por ir más allá de lo que otros considerarían como arriesgado o insensato.
Pero hay ocasiones en las que la voluntad se impone a modo de ideas, y el sentido de pertenencia y la pasión por lo que se hace, son motivos suficientes para lograr realidades.
No podía ser de otra forma entonces en la UEB de Transporte Agropecuario de Consolación del Sur, en la provincia Pinar del Río, lugar que para bien, con la participación activa de directivos y trabajadores, hoy muestra un semblante completamente diferente al de meses anteriores.
LA IDEA…
Con una insuficiente capacidad de carga, la cual no satisfacía las necesidades del territorio ni los contratos provinciales, esta UEB de Transporte Agropecuario perdía los posibles ingresos que se generaban mediante contratos constantemente.
A raíz de ello, un grupo multidisciplinario se dio a la tarea de recorrer las principales bases de camiones del país, con el fin de recuperar medios de transporte que estuvieran catalogados como bajas técnicas.
“En un momento determinado nos dimos cuenta que la provincia no podía contar con nosotros, y decidimos buscar camiones para recuperar. Recorrimos diversas bases, entre ellas las de Artemisa, Mayabeque, La Habana, Matanzas, Cienfuegos y otras provincias”.
“Finalmente, y gracias también a nuestro ministerio, logramos adquirir 10 de estos carros que ya estaban propuestos para baja de servicio”, aseguró Felipe Benicio Delgado Borges, director de la UEB consolareña.
Los respectivos camiones comenzaron a llegar a la UEB entre mayo y septiembre del pasado año, bajo costos irrisorios si se tuviesen en cuenta los del mercado actual.
A partir de ese momento, todos los implicados: choferes, técnicos, mecánicos y directivos, pusieron manos a la obra para comenzar las labores de rescate y mantenimiento y reparación.
SIN JORNADAS DE DESCANSO
La idea inicial era la recuperación de todo lo que se pudiera, aseguran los implicados, pues debido a la situación económica actual del país era imposible pensar en asignaciones extras de recursos, partes y piezas.
“Nunca nos rendimos, desde el principio dijimos pa´lante que sí se puede. Nunca miramos atrás ni nos amedrentamos cada vez que se nos cerraba un camino”.
“De esta forma comenzamos a buscar apoyo en otras entidades al tiempo que criterios sobre cómo proceder, de forma tal que el proceso de recuperación fuera lo más rápido y económico posible”, comentó Delgado Borges.
Por su parte, Lázaro Hanoy García, chofer de la UEB, mencionó que las jornadas se hacían más extensas cada vez y el esfuerzo de los días pesaba. Sin embargo, la constancia y el saber certero de que nuevamente iban a manejar los impulsaba constantemente.
“A los carros hubo que chapistearlos, pintarlos, buscarles parabrisas, comprarles puertas, herrajes, muelles, trasmisiones, coplings, llantas, tamboras, cranes y otras partes y piezas otras por solo mencionar algunas”.
“Ahora los ves y es impresionante el cambio que han dado. Ya se ven en nuestro taller parados y esperando somatón. No hay quién diga hoy que fueron recuperados”, explicó este chofer.
¿VALIÓ LA PENA?
Ya de los 10 camiones que entraron a la base, tres se encuentran trabajando a plena capacidad, otros dos en espera de la certificación y revisión técnica automotor, y otro que aún carece de neumáticos.
“Algo importante a mencionar es que esos tres carros que tenemos en explotación, solamente este marzo pasado promediaron alrededor de 257 000 pesos, algo similar al costo de todos cuando los trajimos. Tengo entendido que si los hubiéramos adquirido en el extranjero, el costo promedio se hubiese elevado hasta los 285 000 USD cada uno”.
“Pero batallamos y ya casi todos están “afuera”. El primero que sacamos nos salió en 35 890 pesos cubanos, el segundo en 29 630 y el tercero y el cuarto en 33 580 pesos respectivamente. Y todos los insumos y materias primas, mano de obra y demás fueron también en moneda nacional. Creo que valió la pena ¿no?”.
A pesar de ser tildados de “locos”, la realidad es que hoy se eleva al 90 por ciento de las gestiones de la empresa relacionadas con la transportación de tercios de tabaco para la exportación.
Antiguamente para llevar 200 de estos tercios se necesitaban cuatro carros. Hoy solo con dos de los recuperados basta. Eso sin poner tráilers o “vikingos”, pues de ser así las cargas ascenderían hasta 160 tercios (lo que sería igual a cuatro camiones V8).
Gracias a esta “arriesgada” maniobra de Transporte Agropecuario en Consolación del Sur, se logran hoy ahorros de combustible considerables, aumentó la capacidad de carga de la base, así como el coeficiente de disponibilidad técnica, y lo que es más importante, se generan ingresos beneficiosos para la economía nacional. Todo debido a una alternativa que en el futuro muchas otras entidades deberán imitar.