La velocidad con que opera el desarrollo tecnológico resulta “aplastante”. Ahora mismo contamos con equipos que hace una década no podíamos imaginar. En el futuro tendremos otros que hoy se antojan de ciencia ficción.
Para suerte del deporte muchas compañías apuestan por la investigación en busca de soluciones que potencien el esfuerzo de los atletas y sus desempeños, y también que faciliten el trabajo de jueces y árbitros para lograr la mayor justeza en los resultados.
Un ejemplo de ello ha despertado la polémica desde la gimnasia, luego de que la firma japonesa Fujitsu anunciara la puesta a punto de un software basado en inteligencia artificial (imágenes tridimensionales) para ayudar a los jueces a emitir mejores valoraciones en las competiciones.
El japonés Morinari Watanabe, presidente de la Federación Internacional de Gimnasia (FIG), figura entre los más entusiastas defensores del proyecto. Ya desde 2015 había bromeado con la posibilidad de que fueran robots los evaluadores en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020…
Ya sabemos que no fue así, pero apenas dos años después de tal “predicción” se realizaron las primeras pruebas en competencia, mediante cámaras 3D que captan los movimientos y transmiten datos a una computadora que se encarga de procesarlos y proyectar la imagen gráfica de la ejecución.
Por si fuera poco, también se determinan los ángulos de las articulaciones con un margen de error minúsculo, de más o menos un centímetro de diferencia.
El sistema se probó de manera oficial en el Campeonato Mundial de Gimnasia de Stuttgart 2019, en las especialidades de anillas, arzones y caballo de salto, esta última en ambos sexos. El programa tiene opciones para reconocer 800 elementos del sector varonil y 500 del femenino.
«Las implicaciones a largo alcance de la tecnología y cómo podría mejorar el deporte son innumerables y emocionantes», dijo entusiasmado Watanabe, antes de augurar que quizás la cita olímpica de París 2024 sea la mejor oportunidad de evaluar el ambicioso proyecto.
Uno de los mayores retos enfrentados por Fujitsu fue lograr que el programa distinguiera entre el cuerpo humano y el aparato. Comprender el espacio de transición de un elemento a otro requirió empeños extras.
Se supone que para la temporada 2022 estén en funcionamiento todos los elementos del sistema, considerado entre los mayores avances tecnológicos del deporte en décadas.
Además de utilizarlo en las competencias, se incorporaría en la preparación de los gimnastas para constatar con precisión los errores y trabajar en su corrección. De ese modo disminuirán las ejecuciones hasta el agotamiento.
Todas las pruebas se han realizado en la modalidad artística, en que las rotaciones, giros, saltos y transiciones están mejor definidas.
EXPECTATIVAS Y CAUTELA ENTRE ESPECIALISTAS
Especialistas cubanos se han informado sobre los detalles de este proyecto y algunos han apreciado pruebas realizadas durante entrenamientos.
JIT indagó con varios de ellos y un factor común se manifiesta: se trata de una herramienta de apoyo el trabajo de los jueces —similar al VAR del fútbol— y valiosa para los entrenamientos.
El presidente del Comité Olímpico Cubano y otrora estelar atleta de gimnasia artística, Roberto León Richards Aguiar, considera que todavía no es momento apropiado para que las máquinas sustituyan a los jueces.
«En el futuro no tengo dudas de que el sistema será capaz de ver mucha más información que el ser humano, porque las cámaras se pueden ubicar en todos los ángulos y la suma sería perfecta», asegura el también titular de la federación cubana de este deporte.
«Estas técnicas deben incluirse primero en los entrenamientos, de manera que el atleta pudiera ir perfeccionando la técnica de ejecución de los ejercicios con mayor facilidad», acepta decir aunque está convencido de que esta tecnología traerá también más diferencias entre los países ricos y pobres.
El máximo ganador de medallas en juegos panamericanos, Erick López, nos habló desde su posición de metodólogo de la comisión nacional. Considera que todo esto será una guía excelente para los encargados de puntuar las selecciones.
«Aportará precisión numérica, pero siempre va a faltar el componente sensible que aporta el ser humano. Por ejemplo, no todos los atletas logran los elementos de igual manera. Eso se permite en el código, los jueces lo saben y evalúan como cumplido determinado movimiento. ¿Será capaz de evaluar eso la máquina?», se pregunta Erick.
Pedro Pablo Barrios, comisionado nacional de gimnasia artística, participó en las sesiones del congreso online en que se presentó el tema. Asegura que «en algunos aparatos no es tan útil esta tecnología. Por ejemplo, en arzones los movimientos no son solo en plano sagital y eso dificulta la exactitud del programa, que trabaja con los ángulos en ese plano».
La otrora multipremiada Leyanet González, actualmente jueza internacional, transita en ese mismo sentido… «El tema de los jueces es siempre polémico en los deportes de apreciación, pero este tipo de programas no podrá nunca sustituir al ser humano.
»Se pueden implementar para ayudar a definir notas reclamadas, o criterios desiguales entre los miembros del panel D, responsables de las notas de dificultad. Ellos tienen mucha responsabilidad en los ángulos que determinan el cumplimiento de los elementos y demás, pero solo de apoyo, nunca hacer el trabajo completo», explica.
Para la Dra. C. Mélix Ilisástigui y la entrenadora Nely Ochoa, especialistas en gimnasia rítmica, la implementación del programa aportaría objetividad con una planeación adecuada de los elementos técnicos. A sus juicios apoyará la opinión de los jueces y aportará precisión ante alguna reclamación.
«Los software pueden ser fidedignos al calificar la dificultad, la contabilidad de los elementos que se ejecutan, pues tienen un modelo integrado y es algo mecánico. Sin embargo, el arte que implica la gimnasia rítmica es difícil de evaluar con una computadora. Se necesita la sensibilidad humana», dice Nely, experimentada jefa de entrenadoras del equipo nacional.
«Hablamos de un refuerzo que imprime objetividad a la evaluación, como referente. No sustituye la labor de los jueces en tanto hay aspectos que aún no pueden ser evaluados por la máquina, como los relacionados con el componente artístico y plástico de la ejecución», agrega Ilisástigui.
El futuro traerá más noticias sobre este tema. Las siguientes pruebas servirán para ratificar o corregir criterios, mas la tecnología demuestra otra vez que lo impensable ayer no lo será tanto hoy o mañana.