No hay límites posibles para un soñador, o acaso sí, pero este los empuja a fuerza de coraje y se abre paso hasta llegar a esos sitios donde todos creían que era imposible plantar bandera.
Karlen Isrober Regaiferos Cruzata es uno de esos seres que no paran de soñar. De pequeño se quedaba embelesado frente al televisor mientras atendía a los comentarios internacionales de Fritz Suárez Silva en el Noticiero del Mediodía y se imaginaba a sí mismo en el rol del periodista.
“Fue por esa época que empecé a colaborar con programas de la emisora Radio Sandino, allí pude desempeñarme como corresponsal pioneril y participé en círculos de interés que estimulaban la redacción y la creación de materiales que se asemejaban a los géneros de opinión. Desde esa etapa tuve bien claro que mi vida estaría vinculada al periodismo y me tracé como meta estudiar esa profesión”, relata el protagonista de esta historia y apunta otros detalles sobre su niñez.
“Mi infancia está llena de importantes recuerdos, algunos buenos y otros un tanto entristecedores. El peor momento fue la separación de mis padres y el traslado desde San Luis, en Santiago de Cuba, hasta Sandino, en Pinar del Río.
“En el nuevo ambiente encontré algunas barreras, fundamentalmente con términos del idioma, lo cual me obligó a profundizar el estudio e incorporar las normas que se hablan en el occidente; pero muy pronto me sentí tan pinareño como el resto de los nacidos aquí, sin abandonar nunca mis raíces santiagueras”.
Fiel a su vocación, Karlen matriculó en la carrera de Periodismo en la Universidad de Pinar del Río Hermanos Saíz Montes de Oca.
“El tiempo en la UPR fue decisivo en mi formación. Desde los primeros acercamientos a la vida y obra de los hermanos Saíz, hice mío su programa de lucha titulado ¿Por qué no vamos a clases? A partir de esas enseñanzas perfeccioné mi obrar como dirigente estudiantil, investigador y creador. Allí conocí a personas maravillosas que hoy ocupan parte esencial en mi lista de amistades, también encontré grandes profesores y una vida estudiantil fructífera.
“Llegado el tercer año existieron muchos factores que provocaron que mi grupo quedara reducido a solo tres estudiantes, lo cual hacía complicado nuestra formación en la casa de altos estudios pinareña, eso determinó que fuéramos transferidos a la Universidad de La Habana”.
La vida en la capital supuso todo un descubrimiento para este estudiante inquieto, apasionado y curioso, que no tardó en ganarse el afecto de sus compañeros de estudio y de sus profesores.
En el momento de su graduación, fue reconocido como el estudiante más integral de la carrera de Periodismo y de toda la Facultad de Comunicación y mereció además el Premio al Mérito Científico.
“La elaboración del discurso de graduación resultó un poco complicada para mí, pues debía cronicar cinco años de estancia en la Facultad y yo solo había vivido tres, sin embargo, con la ayuda de mis compañeros y motivado por los directivos, pude cumplir esa tarea y contentar a parte de los graduados con un pronunciamiento emotivo.
¿Cómo surge la idea de reorientarte profesionalmente hacia la diplomacia?
“Desde los primeros años de la carrera y como parte de mi participación en los Modelos de Naciones Unidas, tuve el privilegio de ser electo coordinador nacional de estos eventos, en los que los estudiantes universitarios simulábamos el quehacer de la ONU y otros organismos internacionales, asumiendo el rol de plenipotenciarios. Así creció mi simpatía por las Relaciones Internacionales, e iniciado el quinto año apliqué para el Diplomado en Servicio Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex) y fui uno de los ocho aspirantes aprobados para la edición del 2019”, comenta.
Este curso demandó tu paso por la Brigada de la Frontera, que defiende el límite con el territorio ocupado ilegalmente por la base naval estadounidense de Guantánamo. ¿Cómo definirías esta experiencia?
“Integrar la Vanguardia Combativa Ramón López Peña y hacer Revolución desde la primera trinchera antimperialista de América Latina forjó mi madurez como revolucionario, al tiempo que aumentó mi compromiso con la lucha por el derecho del pueblo cubano a recuperar el territorio ilegalmente ocupado.
“Fueron 10 meses intensos, llenos de experiencias novedosas. Laboré como cuadro político de una compañía de infantería y secretario general de un comité UJC que funcionaba con facultades municipales, lo cual requirió de mucha preparación, compromiso y liderazgo.
“En ese lugar conviví con jóvenes entre 17 y 20 años que veían en mí, más allá de superior, a un hermano mayor.
“Si me pidieran volver a la frontera lo haría sin reparos, pues es en ese sitio donde más se materializa la defensa a la Patria que aprendemos desde niños”.
Una vez concluido el diplomado, Karlen fue ubicado en la Dirección General de Prensa, Comunicación e Imagen del Minrex, con sede en el Centro de Prensa Internacional.
“Allí me desempeño como analista político del Grupo de Análisis. Desde el mes de diciembre y previo a la defensa de mi tesis me inserté en el colectivo y tuve el privilegio de ofrecer seguimiento a importantes tópicos de la agenda internacional. Este trabajo me gratifica mucho porque además de prepararme en la primera tarea de un diplomático, que es el análisis, me permite integrar mis conocimientos como periodista, al tiempo que eleva mi preparación y nivel de información”, explica y prosigue:
“El aislamiento social impuesto como consecuencia de la COVID-19 me ha impedido obtener mi título y ratificar los principios de la diplomacia cubana ante las máximas autoridades del país y del Ministerio, pero me siento listo para reincorporarme a trabajar cuando las condiciones lo permitan y realizar el protocolo correspondiente.
“Desde la segunda semana de aislamiento me vinculé a Radio Sandino para colaborar en la batalla comunicativa que requería el país como parte del enfrentamiento al coronavirus. Con la ayuda de la periodista Noemí Balmaseda, empecé a tener mis propios espacios para el diálogo y el ejercicio periodístico. Coordiné un segmento sobre política internacional dedicado a América Latina, donde cada día visualizábamos las realidades de nuestros pueblos y cómo ello condiciona el enfrentamiento de cada nación al coronavirus. Me complació mucho trabajar estos últimos meses para el pueblo de Sandino al que tanto aprecio”.
¿Qué representa ese municipio para ti?
“Representa paz. Creo que es mi patria chica, aquí están mis mejores amigos, a quienes considero familia. Cuando hablo de Sandino o de Pinar del Río siempre lo hago de corazón. Pienso en los tesoros naturales que poseemos, en la gente amable y solidaria, en el sistema educativo de excelencia y sobre todo en las personas humildes que te acogen desde el alma, que nunca te abandonan, que son capaces de sentir tus triunfos como propios y que te ayudan a materializar los sueños. Defiendo a esta tierra como el más auténtico de sus hijos”.
Tengo el gusto y el honor de llamar amigo, a Karlen. Yo fui compañero de muchos viajes, eventos y aun separados lo quiero mucho. Pocas personas existen con su calidad humana y profesional. Le adoro y me parece esta una muy merecida dedicatoria. Gracias Susana, por tomar este espacio y dedicárselo a un grande
Muchas felicidades Karlen, sé que eres un profesional excelente