Casi arribamos en Cuba a la etapa veraniega y el calor se hace sentir cada vez con más fuerza. También la sensación de cansancio y fatiga cuando salimos a la calle y nos exponemos al sol o caminamos distancias prolongadas, o permanecemos donde existe aglomeración de personas.
Las altas temperaturas pudieran llevarnos a la deshidratación. Por ello, en este período del año, resulta determinante una correcta absorción de agua y líquidos. Si bien no es aconsejable esperar a tener sed para beber, tampoco, -y a diferencia de lo que muchas veces nos aconsejan- no debemos beber más de lo que necesitamos.
Según el sitio web Sanitas, “el cuerpo tiene una regulación delicada con un contenido en agua que asciende a dos tercios de su peso. Esta supone el 85 por ciento de la sangre, el 80 por ciento de la masa muscular y un cuarto de la masa ósea.
Es importante que el cuerpo permanezca hidratado, para permitir que se produzcan las reacciones químicas vitales y que los nutrientes se transporten a los órganos y tejidos”. Se pierde agua constantemente al orinar, sudar e incluso al respirar, por lo que el organismo necesita recuperar lo que pierde. En tal sentido, hay quienes recomiendan beber al menos dos litros (unos ocho vasos) de agua al día. Pero, ¡cuidado!, no debemos excedernos porque “la ingesta excesiva de agua puede ser peligrosa”, así precisa Meditip, el portal de la salud para México y América Latina.
“La hiperhidratación también es conocida como intoxicación por agua y ocurre cuando la sal y otros electrolitos en el cuerpo se diluyen demasiado. Si el nivel de estos disminuye muy rápido, puede ser fatal. La muerte por hiperhidratación es rara, pero posible”.
A consideración de expertos en el tema, esta patología puede producirse de dos maneras:
1- Beber demasiada agua: esto ocurre cuando se bebe más agua de la que los riñones desechan por medio de la orina.
2- Retención de agua: esto pasa cuando el cuerpo no puede eliminar el agua apropiadamente. Debemos tener presente que existen condiciones y medicamentos que causan dicho trastorno, entre los que figuran: la insuficiencia cardiaca, la enfermedad hepática, los problemas renales, el síndrome de secreción inadecuada de la hormona antidiurética, la diabetes no controlada, los antiinflamatorios no esteroideos, los diuréticos y la éxtasis (droga sintética).
El portal de la salud para México y América Latina refiere que los síntomas no pueden sentirse desde un principio. Mientras la condición progresa, estos comienzan a notarse, por ejemplo: náuseas y vómitos, dolor de cabeza y cambios en el estado mental como confusión o desorientación.
“La hiperhidratación no tratada conlleva a tener bajos niveles de sodio en la sangre, lo cual resulta peligroso. Esto tiene como consecuencia síntomas más graves como: dolor muscular, espasmos o calambres, convulsiones, pérdida de consciencia y coma”. Acerca de su prevención, la lógica indica que lo ideal sería no ingerir más agua que la que nuestro organismo necesita.
Pero, ¿qué cantidad de agua deberíamos tomar por día? Especialistas del prestigioso hospital estadounidense Mayo Clinic plantean que “es una pregunta simple que no tiene una respuesta sencilla”, y explican: “Los estudios establecieron diversas recomendaciones a lo largo de los años. Pero tus necesidades individuales de agua dependen de muchos factores, como tu salud, el nivel de actividad y dónde vives.
No existe una fórmula fija para todas las personas. “Probablemente, te hayan dado el consejo «Bebe 8 vasos de 8 onzas de agua por día». Es fácil de recordar y un objetivo razonable. La mayoría de las personas saludables se hidratan bebiendo agua y otros líquidos cuando tienen sed. Para algunas personas, menos de ocho vasos por día puede ser suficiente. Sin embargo, otras personas podrían necesitar más”.
A criterio de estos doctos en la materia, la ingesta de líquidos probablemente sea adecuada si se cumple lo siguiente: casi nunca sientes sed y la orina es incolora o de color amarillo claro. “Un médico o un dietista matriculado pueden ayudarte a determinar la cantidad diaria de agua adecuada para ti”.
CURIOSO: Los atletas de alto rendimiento reducen el riesgo de hiperhidratación pesándose antes de una competencia. Esto les ayuda a saber la cantidad de agua que perdieron y que deben reemplazar. Es recomendable tomar medio litro de agua por cada 500 gramos perdidos.