Leymar Yunior Aroche Pérez, tiene seis años, cursa el primer grado en la escuela primaria Carlos Hidalgo, del municipio Pinar del Río, es la primera vez que participa custodiando las urnas en un proceso eleccionario, no pudo explicarme que eran esos “papeles” que ponían los “grandes” dentro de la “caja azul”, pero si sabe que tiene que cuidarlos.
Él es uno de los pioneros que está en el colegio especial número cuatro, ubicado en el hospital Abel Santamaría Cuadrado, para facilitarle a trabajadores de la salud, pacientes y acompañantes la participación en el referendo popular del Código de las Familias. Indira Cabrales Hernández, vocal de la mesa electoral, afirmó que se ha mantenido de forma constante la afluencia de personas para ejercer su derecho al voto.
Los residentes en la comunidad “La república”, sita en el consejo popular Entronque de Pilotos, del municipio de Consolación del Sur, pertenecen a la circunscripción 54, y están inscritos en el padrón electoral 174 ciudadanos que cumplen con los requisitos que exige el sufragio.
El colegio está ubicado en la escuela primaria Fermín Valdés Domínguez, el mismo centro en el que cursa cuarto grado Erika Manzano Lara, de 10 años de edad, hoy está allí en condición de guardiana de las urnas, es consciente de que se realiza el referendo del Código de las Familias.
Quizás no comprenda aún la magnitud y significado de ese texto, pero algo sabe: “Dice que no se puede maltratar a los niños, ni a los viejitos y también que a las personas mayores no se les grita.”
En lo personal me encantó constatar que no sólo habló de lo que pueda resultar un beneficio para ella, sino también del deber de respetar a sus mayores.
Un día, cuando la infancia ya no habite en su cuerpo, contará que ella estuvo entre quienes velaron por la transparencia del referendo popular.