Tan jovial como los primeros días de prácticas y sol intenso en la Eide pinareña, aparece hoy Leyanis Pérez Hernández. Esta triplista pinareña es una de las jóvenes promesas que resaltan en la actualidad los especialistas de World Athletic.
Ella es orgullo para Cuba entera, y desde el “El Rancho”, este reparto que la sigue acogiendo como la jimagua de Magalys, mira al futuro mientras sonríe. Esa risa nunca se le ha desprendido del rostro. Incluso, ni cuando su mamá le anunció que la biopsia de la tiroides era positiva y había que iniciar con un tratamiento para combatir el cáncer. Desde los entrenamientos le puso más fuerza, porque para esta morena, de casi dos metros de estatura, no existen imposibles cuando de luchar se trata.
Su madre está ahí, en una butaca vieja en la esquina de la casa. Al frente señala la pared donde atesora cada medalla de su hija.
Es como un santuario. Magalys ha luchado mucho con sus tres hijos. Ha sido padre y madre a la vez. La casa está en construcción, es mitad madera y mitad mampostería, muy humilde, casi a medio hacer. Una cortina es solo lo que divide el corto espacio de la sala donde se sientan a disfrutar de los saltos de su hija en cada competencia.
“A ninguna entrevista va sola”, grita desde lejos su madre. “He tratado de acompañarla, de luchar con ella al parejo, porque tú sabes lo difícil que ha sido la vida para nosotras, por eso hoy, orgullosa, custodio sus pasos. Ambas han accedido al diálogo con Guerrillero, sin pelos en la lengua, con la misma honestidad que no esconden que han adquirido “algunos recursos” por la izquierda para construir la casa que habitan.
Magalys, tener tres hijos, que dos sean deportistas y que una de ellas sea el orgullo, no solo de Pinar del Río sino de Cuba entera, ¿cuánto significa?
“Significa mucha alegría. Pero detrás de ese resultado, hay muchísimo sacrificio. Porque he sido una madre que andaba con los muchachos, ellos tres, guiándolos y empujándolos. Se puede decir así, porque a los hijos no se les puede dejar solos. Nosotros tenemos que seguir hasta el final con ellos dando buenos consejos. Cuando sale para viajar yo me conecto con ella temprano, y le digo siempre
‘vamos por más’. “A veces la que está un poco cansada soy yo, pero no puedo dejar de demostrarle a ella que hay que guapear, sacrificarse mucho, mucha consagración, y siempre le he dicho que su país está con ellas, buscándole lo bueno, porque usted sabe cómo es eso, siempre me la quieren robar, pintarle un mundo feliz fuera de Cuba. Hay muchas dificultades, eso lo sabemos, pero hay que lograr lo mejor”.
Leyanis, ¿es verdad que te exige mucho cuando estás cansada, cuando ya no tienes casi fuerza? ¿Cómo es esa relación entre ambas?
“Nosotras hablamos todos los días a primera hora, ella se levanta bien temprano. Cuando estoy aquí en Cuba no, pero allá afuera es todo el tiempo arriba de mí. A las 6:00 a.m ya me está escribiendo. Yo digo ‘mi mamá no duerme’. Una ráfaga de preguntas ‘¿Y cómo fue el entrenamiento? ¿Qué comiste? Dime qué hiciste, tú sabes todo ese entrenamiento y cómo estás y que vas a hacer para dormir. ¿Ya empezaste?’, pero es una bonita relación”.
¿Desprenderte del seno de la familia, de esa crianza con tus hermanos, de tu mamá, del barrio e irte bien jovencita a competir fuera de Cuba, ¿no te afectó en algún momento?
“Sí, sí me afectó, porque desde que empecé en el equipo nacional y vi que tenía posibilidades de competir en eventos internacionales, ellos sabían que no iba a permanecer dentro de Cuba mucho tiempo, ni tampoco en mi casa. Entonces me chocó un poco, porque me separé de mi mamá, recuerda que aquí en la Eide ella me iba a ver. Y sí, me chocó, porque ya te decía ahorita, a mí me gusta mucho estar aquí. Yo me paso dos meses afuera y me choca mucho. Pero bueno, me he tenido
que adaptar, no tanto, porque todavía sigo con lo mismo, de extrañar, pero ahí vamos”.
¿Cuánto significa para ti ese pedacito de tierra donde vives que le llamas El Rancho?
“Ese pedacito fue donde nací. Para mí significa cantidad, ya que las personas de ahí, mis vecinos, son buenísimos, me encanta estar con ellos. Desde los recibimientos que me hacen cada vez que vengo con una medalla o cuando no vengo. Como el día que vine de la olimpiada y ellos me recibieron de la mejor forma, aunque no competí por una lesión, ellos me recibieron de la mejor forma y estoy muy agradecida de dónde vengo, y siempre lo digo, para mí El Rancho, ese barrio, su gente, es lo mejor, por eso los menciono siempre tras cada resultado”.
¿Por qué siempre te estás riendo?
“No sé por qué siempre me estoy riendo, pero me gusta reírme bastante. No me gusta estar seria, sonrío cuando termino, sonrío sola. Solamente me pongo seria en las competencias. A la hora de ponerme en la carrilera me concentro mucho, pero ya después es risa y risa. Me gusta reírme. A mí me gusta la gozadora, me gusta bailar, me gusta estar alegre”.
¿Cómo puedes evaluar hasta la fecha la temporada?
“La temporada, como bien ya saben, ha estado muy extensa, desde enero he estado compitiendo, así sea en la gira de verano que no salí como quería, pero bueno, mejoré mi marca personal que fue 14,65 metros bajo techo. Nunca lo había logrado. Desde que empecé la temporada de verano todo ha sido excelente para mí. En la competencia en Rabat también hice mi mejor marca. En el Mundial no mejoré mi marca, como ya saben. Pero todo ha estado muy bien, me siento feliz”.
¿Qué pasa que se te han hecho esquivos esos 15 metros y tienes todas las potencialidades para lograrlo?
“Sí, yo creo que esos 15 metros se han alejado más porque a veces no pongo de mi parte en querer hacer abdominales. Esto es verdad, soy un poco vaga por esa parte. Yo sí lo digo. Desde que empecé a estudiar todos mis videos dije ‘tengo que hacer abdominales y esto tiene que salir’, tienen que salir los 15 metros, porque me estoy enfadando conmigo misma por una cosa que yo sé que no estoy haciendo, y que no lo hago porque no quiero, porque no me gusta hacer abdominales”.
Muchos se preguntan cómo son las relaciones personales tuyas con la otra pinareña Liadagmis Povea. ¿Existe rivalidad?
“Sobre ese aspecto sí existe rivalidad. Sí, como en todo, dentro y fuera también existe rivalidad. Me estoy riendo aquí, me río en cualquier parte, pero hay cosas que no me gustan. Mentiría si digo que no. Además, eso se ve, es muy visible. Me llevo mejor con Yulimar Rojas que con ella. A ver, no es que me lleve mal, ¿no? Sí compartimos. Pero tengo mejores relaciones con Yuli que con ella. Y era para que fuera al revés, ¿entiendes? Porque como quiera que sea somos de Pinar del Río. Venimos
de donde mismo. Pero bueno, la vida es así. Lo que no quiere decir que si nos hace falta algo nosotras no nos ayudemos, eso no pasa, al contrario, hablo de relaciones personales.
Hemos estado sin entrenador en competencia y nos damos consejos mutuamente. Claro, eso no puede faltar, Cuba, ante todo”.
¿Magalys, ¿cómo se logra que la muchacha se mantenga enfocada, incluso, sabiendo las carencias que hay en la familia, la situación de precariedad de la casa?
“Eso es dificilísimo, porque déjame decirte que ella lo tiene más cercano que nadie. Pero siempre converso mucho con ella, dándole mis apreciaciones como madre. Dale que tú eres de aquí de Cuba. No nos puedes defraudar, tú sí puedes, para adelante, olvídate de todo lo que te están pintando a tu alrededor. Pero eso es muy difícil.
“También cuento con su padrastro Gilberto, que la apoya muchísimo, porque aun cuando yo no he podido ir a La Habana por problemas de enfermedad, él parte para allá, le da muchos consejos y para qué te voy a decir. La gente del “Rancho” donde vivimos la apoya cantidad, le dice dale que nosotros te esperamos para que Magalys y todo el mundo esté feliz. Me preguntan constantemente, Magalys, ¿la jimagua cuándo compite?”.
¿Crees que Cuba, o sea, la Federación Cubana pudo haberse anticipado a sacar las visas para la etapa final de la Liga del Diamante o simplemente piensas que también está la cuota de politizar el deporte para que los cubanos no puedan llegar a copar este tipo de competencias?
“Desde mi punto de vista hay responsabilidad en las dos partes, porque nosotros fuimos el martes y yo tenía una competencia el fin de semana. La competencia era el sábado, aunque ellos querían, yo decía “Estados Unidos no nos va a dar la visa tan fácil”. Cuatro días antes de la competencia, no, eso es imposible. Es muy difícil eso. “Creo que, si hubieran gestionado eso en la embajada mucho antes, tal vez, no sé, es que con esa embajada nunca se sabe, porque a otros compañeros ya le había pasado lo mismo, se la negaron con tiempo de antelación. Entonces, no puedo decir. A lo mejor lo hubiéramos hecho dos meses antes y no nos hubieran dado la visa. Lo hubiéramos hecho ahora
y no nos dieron la visa. Lo cierto es que la visa nunca llegó”.
¿Qué se siente cuando tú sabes que te privan primero de competir, y segundo que te dan dinero, esa competencia da premio en metálico?
“Esa competencia se paga. Por una parte, me sentía en ese momento un poco molesta porque tuve una temporada muy buena y ya tenía muchos puntos para participar en la final. Y dije, ‘bueno, cuando Dios no quiere, ni, aunque te pongas’. Pero, por otro lado, estuve bien contenta porque ya estaba cansada, llevaba mucho tiempo compitiendo y entrenando, un sol y mójate para aquí, muévete para allá y ahora mismo estoy de descanso una semana, y verdad que necesitaba el descanso, ya lo necesitaba. Y después que vine del Mundial, que llegué a la escuela, ya me molestaba”.
¿Qué pasa ahora en los Panamericanos?
“Varias personas me han preguntado que si Yulimar no va a estar en el Panamericano. Les he contestado porque de verdad Yulimar no es la única rival fuerte que nosotros tenemos. Verdaderamente, la jamaicana Sheneika tiene muchas condiciones. Bueno, saltó 15 metros
en la final de la Liga del Diamante. Ella no es la única que tenemos en América, están todas, casi todas. Solo falta la ucraniana, pero tenemos muchas rivales fuertes y hasta la de Dominica, que saltó 14,90 metros en el Mundial, que fue su mejor marca”.
¿Tienes novio?
“Por ahora no. No tengo novio. Por ahora. No, no”.
¿Qué queda de esa morenita flaquita, que Magalys mandaba con una jaba a buscar los mandados o el pan a la bodega?
“De la que vieron hace unos años atrás queda todo, la misma humildad, la misma alegría con deseos de seguir adelante, con deseos de sacar a mi mamá adelante, de ponerla en una mejor posición. Y aquí sigo, luchando por lo que quiero. Y bueno, espero que algún día se me cumpla todo lo que espero”.
¿Piensan ambas que necesitan más apoyo desde el punto de vista material, tanto del Inder como gubernamental para salir adelante con el proyecto de vida que tienen formado?
“Sí, yo pienso que con la ayuda del Inder y de las organizaciones de nuestra provincia, que es lo fundamental, el esfuerzo que nosotros necesitamos, porque primero yo lo necesito, esa calidad de vida, porque si no me ayudas… Soy de la provincia, represento a mi provincia y allá en La Habana estoy representando a mi país. Cuando estás luchando por tu país todo es maravilla; estás en La Habana, es por tu provincia, y cuando llegas aquí, ves la realidad y me pregunto, ¿por qué? Nosotros nunca hemos sido mal ejemplo. Solo quiero que las organizaciones se pongan en función de eso, y que humildemente me puedan ayudar”.
¿Qué mensaje tú le das a las nuevas generaciones?
“Le digo a todas aquellas muchachitas que empezaron desde abajo como yo que lo primero es que sigan con humildad cuando se encuentren en un lugar que ellas no esperaron. Que sigan sus sueños, la verdad. Que sigan con el mismo deseo de salir adelante, de seguir luchando y que siempre, cuando estén en el exterior, representen a Cuba con humildad, a pesar de todo lo que pueda pasar, de los problemas que siempre existen”.