En dos aristas esenciales para los pinareños se concentró la reunión anual de trabajo de Salud Pública en Pinar del Río: los indicadores del Programa de Atención Materno Infantil y la Atención Primaria de Salud.
Al respecto, la doctora Carilda Peña García, viceministra de Salud Pública, expresó que nuestra Medicina se hace en la comunidad y es en el programa del médico y la enfermera de la familia donde se gestan y sustentan los resultados de la atención a la población. Refirió que es vital el análisis de la situación de salud en cada localidad.
El doctor Yusleyvi Martínez Carmona, hasta el momento subdirector de Asistencia Médica y quien asumió en el balance las responsabilidades como director provincial de Salud, expresó: “Tenemos que retomar las funciones del médico y la enfermera de la familia. La función gerencial, docente y asistencial, pero tenemos que aterrizarlo en la realidad.
Insistió en la necesidad de potenciar los ingresos en el hogar, lo cual requiere de un análisis de los procedimientos y procederes que existen hasta hoy, así como intencional todos los procesos desde la base.
Sobre las interconsultas comentó: “Son un escenario docente, gerencial, pero así tenemos que verlo. Hay que brindar más calidad en el servicio, ganar en organización y hacer más funcional el trabajo de los consultorios del médico y la enfermera de la familia”.
Para lograr este sistema de trabajo, Pinar del Río cuenta con un total de 628 consultorios funcionando con cobertura médica y de enfermera al ciento por ciento.
Al referirse puntualmente a la política de cuadros, un aspecto con debilidades en varios municipios como Los Palacios y Minas de Matahambre, Rubén Ramos Moreno, gobernador de Pinar del Río, recalcó que esta no es labor de un día: “Hay que trabajarla como un sistema, todos los días, implicar a los jóvenes y eso hay que hacerlo desde la Dirección Provincial y hasta cada estructura en los municipios. Todos tenemos responsabilidad en ello”.
Como una cuestión de dignidad, catalogó el doctor Sergio Alberto Díaz Cruz, director de Salud en Consolación del Sur, las labores que urgen ante los indicadores de cierre del año en el Programa de Atención Materno Infantil (PAMI), al incrementarse la tasa de mortalidad infantil de 3.7 a 9.6 por cada 1 000 nacidos vivos.
Al cierre del 31 de diciembre ocurrieron 5 311 nacimientos, 406 menos que el año precedente y se puede afirmar que en el 63.6 por ciento de los municipios se observa una disminución en ellos.
En cuanto a la prematuridad, otro indicador que incide en la elevada tasa de mortalidad, el 55.8 por ciento de los fallecidos nacieron antes de las 37 semanas. De ellos, el 58.3 inició el parto de forma espontánea y el 50 por ciento fueron casos pretérminos extremos.
Del total de fallecidos, 26 presentaron bajo peso al nacer con menos de 2 500 gramos y otros siete fueron menores de 1 000 gramos. Además, el 22.0 por ciento tuvo crecimiento intrauterino retardado.
En el periodo ocurrieron nueve muertes maternas, cuatro fueron directas y estuvieron relacionadas con patologías como hipertensión arterial, hemorragia intraparenquimatosa, edema cerebral severo e hipertensión endocraneana; preclampsia grave, Síndrome de HELLP con hematoma subcapuslar hepático roto; trombosis intestino mesentérica, shock séptico y fallo renal, e insuficiencia hepática aguda por atrofia amarilla del hígado. Otras cinco estuvieron relacionadas con la COVID-19.
El doctor Ariel Godoy del Llano, hasta el momento director de Salud, y quien fue promovido para ocupar nuevas tareas en el Minsap, reconoció que más allá de las huellas de la COVID-19, faltó control en los procesos, porque es ese mismo personal de Salud el que ha logrado año tras año tasas de mortalidad de las más bajas de país.
María Teresa Machín López-Portilla, jefa del PAMI en Pinar del Río, explicó que tienen una estrategia de trabajo proyectada y se debe alcanzar una mayor integración con los hogares maternos, las consultas municipales y las salas de hospitalización. «Todo eso hay que perfeccionarlo», concluyó.