¿Cómo reflejó la prensa española la caída en combate de José Martí? A 128 años del fatídico domingo 19 de mayo, indagar desde Pinar del Río la respuesta a esa interrogante solo es posible mediante la revisión en internet de las publicaciones de esa época que han sido digitalizadas.
Las primeras referencias aparecen en las ediciones del miércoles 22 y el jueves 23 en periódicos como El País, diario republicano progresista (tal como aparece presentado en su cabezal); Heraldo de Madrid; El Ideal; El Correo; El Eco de Navarra; La correspondencia de España y La Atalaya diario de la mañana. En estas publicaciones la información sobre el hecho de Dos Ríos aparece fundamentalmente en la página dos.
Lo más divulgado es el telegrama enviado a los ministros de la Guerra y de Ultramar desde La Habana en el que se da cuenta del combate y la muerte del Apóstol y que reproducimos textualmente a continuación:
“El General Salcedo dice que ayer se libró un combate con una partida de 700 hombres, entre Bijas y Dos Ríos, orilla derecha del río Contramaestre, con Martí, Máximo Gómez, Massó y Borrero, encontrados con la columna del Coronel Sandoval.
“El combate duró hora y media, siendo el enemigo dispersado y muerto el titulado Presidente de la República de Cuba, José Martí, cuyo cadáver fue reconocido a pesar del esfuerzo por retirarlo que manifestó el enemigo, el cual tuvo además 14 muertos, vistos, muchos heridos, cogiéndoles armas, la correspondencia de Martí y 11 caballos útiles con montaduras.
“Por nuestra parte cinco muertos y siete heridos.
“Los prisioneros aseguran que Gómez y Estrada han muerto o están heridos, pero falta comprobación”.
El País, bajo el título De Cuba y el subtítulo Otra victoria-Muerte de Martí-Heridos y prisioneros, dice en la primera página del 23 de mayo:
“No tenemos que encarecer la importancia de la victoria de que nos dio noticia ayer un telegrama de Cuba.
“El telegrama contiene algunas inexactitudes de poca monta.
“Martí, el cabecilla muerto, no es el Presidente de la República cubana; este es Estrada.
“Pero Martí tenía un nombre y más importancia, y era el alma de la insurrección con su prestigio y su tenacidad.
“La correspondencia de Martí es una buena adquisición, porque con ella podrán ser conocidos muchos de los planes de los insurrectos. La victoria es importantísima”.
En el propio espacio dedicado a informar sobre lo acontecido se dice sobre el lugar de la acción:
“El río Contramaestre es un afluente del Cauto, por su orilla izquierda. A su vez el primero recibe también en su orilla izquierda las aguas del río Baire. En la confluencia de estos dos está Dos Ríos, y un poco más arriba Bijas.
“Entre estos dos puntos ocurrió el último combate, a once leguas de Santiago de Cuba y nueve de Holguín.
“Las fuerzas combatientes pertenecen a la división Salcedo, que ocupa actualmente el ala izquierda del despliegue de esta división”.
También Heraldo de Madrid colocó en primera plana, pero el día 22, la noticia bajo el título en mayúsculas Victoria en Cuba y con el subtítulo El último combate.
Con una visión un tanto sensacionalista, el diario expone que “La importancia de las noticias que contiene el telegrama recibido a las dos de esta mañana en los centros oficiales, nos impulsó a comunicarlas a nuestros lectores por medio de una hoja extraordinaria, sin perjuicio de ampliarlas en nuestra edición de la noche”.
Se explica que llevaban cuatro días sin recibir despachos de interés desde Cuba y que lo ocurrido en Dos Ríos “…y en esta ocasión nos sorprende el telégrafo con la nueva de haber muerto en el campo uno de los más caracterizados y tenaces enemigos de la integridad nacional”.
Después de expresar la emoción que para España representaba la noticia, aseguraban que “La muerte de José Martí tiene para los revolucionarios cubanos excepcional trascendencia. Él con sus predicaciones constantes; con su esfuerzo de agitador empedernido, lo ha preparado en el trascurso de los últimos años. Su palabra ardorosa, su pluma envenenada han estado al servicio del separatismo constantemente, agitando los centros de tabaqueros en Tampa, Cayo Hueso y Filadelfia.
Y afirmaban “A su iniciativa se debe la organización de los comités filibusteros de los Estados Unidos”.
Este periódico incluyó en su edición del 30 de mayo una nota que ampliaba lo sucedido en Dos Ríos y que en uno de sus párrafos exponía: “Registrado el cadáver, se le encontró correspondencia, un revólver y un reloj de oro. Vestía de hilo rayadillo azul oscuro, zapatos amarillos, polainas de charol y sombrero de fieltro”.
Más adelante se reseña: “El coronel Sandoval ha regalado el revólver de Martí al general Martínez Campos y el reloj del jefe filibustero lo ha enviado, como recuerdo de la gloriosa acción, al ministro de la Guerra señor Azcárraga”.
Por su parte, La Atalaya diario de la mañana, de Santander, hace referencia al suceso, gracias a la información de su corresponsal en Madrid, y va más allá que otras publicaciones al expresar en su primera página del 23 de mayo: “La muerte del cabecilla Martí es una herida mortal para la causa separatista. Herida de que solo se cura en casos análogos un pueblo que lucha con toda la fe de un patriotismo extremado, nunca una partida de malhechores que tiene por estímulo el medro personal.
“Si hasta ahora no nos hemos dejado arrastrar por esas corrientes optimistas que han circulado casi constantemente desde el principio de la insurrección, hoy ya abandonamos ese pequeño pesimismo con que hemos hablado siempre de ella”.
Pero, sin dudas, de las publicaciones consultadas para este trabajo la que más se regocijó con la caída de nuestro Héroe nacional fue Diario de la Marina, de corte marcadamente a favor de la metrópoli pese a publicarse en La Habana.
En la página dos de su edición del 22 de mayo, bajo el título de Golpe certero, se expone la noticia y desde el inicio uno imagina lo que leerá porque comienza “Ha caído para siempre Martí, el jefe civil, la cabeza pensante y delirante del movimiento separatista…”.
Más adelante se dice: “Rudo, rudísimo es el golpe que acaba de sufrir la insurrección separatista y que, sin duda, precipitará el advenimiento de su término; pues, aun habiendo sido Martí un ejemplar típico del soñador político y como todos los utopistas siempre desavenido con la lógica de la realidad y del buen sentido, era, no obstante, la única personalidad intelectual que se destacaba entre sus correligionarios, por lo cual a todos dominaba y arrastraba, y la que mejor simbolizaba, en el actual período, el ideal separatista”.
(…) “Por la gloria, pues, de nuestras armas, y por la trascendencia de ese resaltado, enviamos a aquellos bravos nuestro aplauso patriótico más entusiasta y a la nación y al país nuestra modesta, pero calurosa enhorabuena”.
En los días subsiguientes y ya siempre en páginas interiores en esas y otras publicaciones se hacen relatos sobre el traslado del Apóstol, con énfasis en los intentos por parte de los mambises por rescatar el cadáver.
Sin embargo, pese a la búsqueda realizada en la prensa española de 1895, no encontramos referencia a las palabras del coronel José Ximénez de Sandoval durante el entierro final de Héroe nacional y que ahora reproducimos:
“Ante el cadáver del que fue en vida José Martí, y en la carencia absoluta de quien ante su cadáver pronuncie las frases que la costumbre ha hecho de rúbrica, suplico a ustedes no vean en el que a nuestra vista está al enemigo, y sí al cadáver del hombre que las luchas de la política colocaron ante los soldados españoles. “Desde el momento que los espíritus abandonan las materias, el Todopoderoso, apoderándose de aquéllos, los acoge con generoso perdón allá en su seno; y nosotros al hacernos cargo de la materia abandonada cesa todo rencor como enemigo dando a su cadáver la cristiana sepultura que los muertos se merecen. He dicho”.