En medio de un contexto de crisis económica y tras el cierre de instituciones formadoras en la manifestación, Pinar del Río ha hecho un esfuerzo por mantener activas sus galerías.
Sobre la creación y promoción de las artes plásticas en el territorio dialogamos con Yania Collazo González, especialista del Consejo Provincial de las Artes Plásticas, quien asegura que sobre los artistas recae el mayor peso de su gestión.
“La promoción de las artes plásticas se maneja de forma diferente al resto de las manifestaciones. Prácticamente hemos estado más en sintonía con el mundo desde el punto de vista de los presupuestos para ofrecer proyectos en galería.
“Mientras las artes escénicas, la literatura y la música reciben dividendos por puestas en escena, lecturas, presentaciones y conciertos -espectáculos, encuentros o peñas que duran entre 45 minutos y tres horas-, nuestros artistas no cobran por exponer durante un mes o dos. Es decir, las crisis nos golpean en materia económica como a todos, pero no hacen la diferencia en materia de presupuestos, porque los artistas de las artes visuales no perciben dinero como los demás. Se buscan sus materiales y se gestionan sus acciones.
“En realidad, los apoyamos en documentaciones de viaje -por la Dirección Provincial de Cultura (DPC)- y un poco de acceso a ciertos materiales -por el Fondo Cubano de Bienes Materiales-, cosas que no marcan mucha diferencia, pues sólo resultan acciones protocolares de estas instancias para mantener cierto orden administrativo estatal. Más bien nuestros artistas se gestionan sus materiales y eventualidades, no ahora que hay crisis, sino desde siempre.
“Es cierto que algunos han formado parte de proyectos internacionales, gestionados por las instituciones nacionales como el Consejo Nacional de Artes Plásticas o el Ministerio de Cultura, pero han sido los menos, pues como la lógica de muchas sociedades como la nuestra indica, en las capitales se concretan la mayoría de los proyectos de este tipo, por lo que las provincias tienen que buscar otras alternativas”.
¿Cómo se ha trabajado para promover el coleccionismo?
“La política cultural cubana ha insistido en los últimos años en potenciar el coleccionismo institucional. Nosotros nos hemos regido por ella. Siempre hemos tenido un presupuesto, para desde el Museo de Arte de Pinar del Río, con la anuencia del Consejo Provincial de las Artes Plásticas (CPAP), adquirir obras de artistas cubanos, sobre todo, pinareños. Presupuesto simbólico, por supuesto.
“Nuestros artistas han ofrecido sus obras, no por el simbólico dinero, sino por el prestigio de formar parte de colecciones de instituciones locales que defienden el patrimonio y la identidad. Más que por el dinero, ha sido y sigue siendo, por amor al arte”.
¿Cómo garantizar una continuidad en las artes plásticas vueltabajeras sin una institución formadora?
“Desde el CPAP seguimos inaugurando exposiciones con artistas relevantes y también jóvenes promesas. Tratamos de promover la creación en torno a problemáticas contemporáneas desde todos los géneros de las artes visuales. Y convocamos a nuestros actuales principales eventos: Salón 20 de Octubre, bienal de fotografía Alfredo Sarabia in memoriam y la Muestra de Arte Contemporáneo.
“Colaboramos desde la curaduría, el montaje y la organización con instituciones como la Uneac, la AHS, el Centro Provincial de Casas de Cultura, Gedel y otras tantas cuando se involucran en cuestiones de artes visuales. Así como con eventos importantes de nuestra provincia que incluyen a las artes visuales dentro de sus programas, dígase la Feria Internacional del Libro y la Literatura, el Festival Nosotros…”.
¿Cuáles son tus criterios sobre las convocatorias que promueve el Consejo y las diferentes galerías y los incentivos que encuentran los artistas para participar en ellos?
“Los artistas participan en nuestras convocatorias porque la crisis actual no ha marcado mucho la diferencia en materia de percepción monetaria. Les interesan aún la creación visual y siguen apareciendo, incluso, cuando viven en otros países. Algunos trabajan en gestiones desde sus proyectos comunitarios como Pelegrín o Carrete.
“Mientras que otros, como los que fomentaron el único proyecto internacional que hemos tenido en las últimas décadas, el de murales, entre Pinar- Cuba y Dusseldorf-Alemania, se encuentran varados en restauraciones y futuros proyectos, más por falta de voluntades y comprensión sobre la enorme importancia e impacto del arte mural, que por financiamientos escasos por crisis”.
Sobre la formación…
“En cuanto a la educación Artística, hace años cerró nuestra Academia. Tenemos al Proyecto Farmacia, que funciona como una gran escuela desde muchísimas aristas, y por otro lado, el trabajo y gestiones del CPAP y la DPC para pequeñas formaciones que contribuyen a la preparación de aspirantes a la Escuela Nacional de Arte y al Instituto Superior de Arte. Pero no resulta suficiente. Es incuestionable que en esta tierra de grandes creadores, se necesita una escuela elemental de artes visuales que siembre las semillas que luego pudieran pulirse a nivel local o nacional”.